Hallan el pasadizo donde los Poza escondían a los 'rojos' en la Guerra Civil

Unas obras de saneamiento en Andrés Muruais dejan al descubierto el secreto del médico pontevedrés Celestino Poza Cobas. El túnel unía su sanatorio con su casa
Celestino Poza y trabajadores de la empresa que realiza las obras de saneamiento en la calle Andrés Muruais
photo_camera Celestino Poza y trabajadores de la empresa que realiza las obras de saneamiento en la calle Andrés Muruais

La historia de los represaliados durante la Guerra Civil española en Pontevedra también se esconde bajo tierra. Unas obras de saneamiento en la calle Andrés Muruáis acaban de destapar el pasadizo secreto que la familia Poza llegó a usar para esconder a los fieles a la República durante la dictadura.

El túnel, que ahora está lleno de escombros y residuos, atraviesa esta céntrica calle a la altura del número ocho. Sus dos metros de alto por otros dos de ancho fueron diseñados por el médico pontevedrés Celestino Poza Cobas, que construyó este espacio a principios del siglo XX, entre los años 1926 y 1930. Por evidentes razones históricas, la galería subterránea se cimentó con otra finalidad: la de comunicar la vivienda familiar con el Sanatorio Quirúrgico Poza.

El túnel se construyó a principios del siglo XX con otra finalidad: comunicar la vivienda familiar con el Sanatorio Poza

Aquella construcción también simbolizó la queja del cirujano pontevedrés ante el Ayuntamiento, que le había prohibido levantar un puente para unir su casa con el hospital en el que trabajaba. "Non todo o mundo coñecía a existencia daquel túnel. Nin sequera algúns membros da familia", cuenta su bisnieto, Celestino Poza Domínguez.

"O meu bisavó axudou a moita xente durante a guerra e durante o franquismo. Alí, naquel túnel, houbo xente que pasou a noite escondéndose dos afíns ó réxime. Outros usárono como refuxio cando chegaban a Pontevedra e ían trasladarse a outros lugares. Así mo contou a min meu pai e a el o seu (Celestino Poza Pastrana). Iso sabíase", explica.

Curiosamente, el pasadizo secreto de Andrés Muruáis se encuentra muy próximo al refugio antiaéreo utilizado durante la Guerra Civil en Andrés Mellado. Los vestigios de este espacio son visibles en la fachada del edificio del número siete de esta calle, en la que se puede leer -en letras de color rojo- la frase "Refugio para ataques aéreos" acompañada con una flecha que señala la dirección del mismo.

La galería construida por Celestino Poza Cobas se selló a principios de los años 70 por orden municipal. "Pechouse polo mal cheiro que desprendía este espazo", explicó el miércoles el concejal del Ciclo da Auga, Raimundo González Carballo, en la comparecencia en la que dio cuenta de los motivos que causaron el retraso de las obras de saneamiento en esta zona. Según el edil del BNG, la clausura de esta galería -azulejada por dentro- se debió a la presencia de aguas fecales filtradas por la antigua red de tuberías, que daba servicio a las casas y negocios del lugar.

BIOGRAFÍA. Los trabajos que ejecuta la empresa Viaqua en Andrés Muruais, que finalizarán en diez días, han vuelto a poner de actualidad la figura de Poza Cubas, sobre la que han escrito ediles como Luís Bará (BNG), el expolítico pontevedrés Roberto Taboada (PSOE) o el escritor Carlos Pereira Martínez, que relató para el Anuario Brigantino el trabajo de investigación ‘A familia Poza: un exemplo de republicanismo e librepensamento en Pontevedra’.

La galería que atraviesa la calle Andrés Muruais mide dos metros de alto por otros dos de ancho y se cerró a finales de los 70

Precisamente eso, su fuerte compromiso con el republicanismo, ha sido uno de los principales compañeros de viaje de Poza Cobas, que nació 1868 en Pontevedra. Después de trabajar como carpintero y cursar estudios superiores, se convirtió en médico.

En un artículo publicado por este periódico en 2011, el periodista Manuel Jabois recuerda que su profesión como cirujano llevó a Celestino a embarcarse en un navío con destino Filipinas, donde llegó a adquirir varias propiedades. Allí le sorprendió la última guerra colonial española y fue herido en un asalto tras resistir, él y trece héroes más, cuarenta días en un pequeño fortín. "Firmaron una capitulación honrosa y en 1989 regresó a Pontevedra convertido en un héroe", recoge el artículo.

Poco tiempo después de su llegada abrió un sanatorio justo enfrente de su casa, en Andrés Muruáis. Corría el año 1902 y aquel hospital se había convertido en uno de los más modernos del país. Disponía de salas de operaciones, radiodiagnóstico o radioterapia.

Poza dirigió la Escuela Laica, también en la calle Andrés Muruais, puso a andar el movimiento de Solidaridad Gallega, promovió el Centro Republicano de Pontevedra y no tardó en dar el salto a la política. Militante de la Unión Republicana, en las elecciones de febrero de 1936 fue elegido diputado por el Frente Popular. En plena Guerra Civil, fue procesado. "Su consejo de guerra se celebró el 17 de febrero de 1937, siendo condenado a reclusión perpetua con accesorias de interdicción civil e inhabilitación absoluta. Se salvó de la muerte, pero, además de los años que permaneció en prisión, sus bienes fueron incautados, el sanatorio saqueado, etc.", expone Roberto Taboada en su libro Mi Familia.

El médico pontevedrés, que fue puesto en libertad en 1941, compartió días de cárcel con uno de sus seis hijos, Tino, que también era sanitario. Allí, en la Illa de San Simón, se enteró de la condena a muerte de otro de sus hijos: Luis Poza Pastrana, fusilado el 12 de noviembre de 1936.

Luis no fue el único que aquel día perdió la vida en Poio. José Adrio, Germán Adrio, Telmo Bernárdez, Víctor Casas, Amancio Caamaño, Ramiro Paz Paulo Novás, Benigno Rey y Juan Rico también fueron asesinados. Una escultura de Sergio Portela honra desde 2014 a los diez mártires.


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