"He recorrido casi todo el mundo y nunca he visto un paisaje como el de la ría de Pontevedra"

El magistrado del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido, fiscal general del Estado en la época de Rodríguez Zapatero, repasa su trayectoria con motivo del reconocimiento realizado por la asociación Amigos de Pontevedra.

Cándido Conde-Pumpido disfruta de sus vacaciones en Sanxenxo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Cándido Conde-Pumpido disfruta de sus vacaciones en Sanxenxo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Más de 50 años de trabajo en el ámbito judicial rodean a Cándido Conde-Pumpido, magistrado del Tribunal Constitucional. Por su importante trayectoria y su cercana relación con la capital de la provincia ha sido galardonado con el Premio Amigos de Pontevedra.

¿Cómo se siente tras haber ganado este premio?

Para mí es una enorme satisfacción. Yo me siento amigo de Pontevedra. No solo por los años que pasé aquí en mi juventud, sino porque todos los años venimos juntos a pasar una temporada en Pontevedra y estamos enamorados de la ciudad y de la ría. Además, tengo una gran vinculación con muchos amigos aquí desde mi infancia.

¿Qué recuerdos tiene de la ciudad?

Pues muy agradables. Coinciden con una época en la que uno es niño o joven y no tienes más preocupaciones que jugar y estudiar. En mi juventud asistíamos a las típicas tradiciones pontevedresas: la romería del San Benitiño de Lérez, la romería de San Cibrao, los carnavales, escapadas a la playa en bicicleta... Es una etapa de la vida que me trae recuerdos muy felices.

¿Tiene algún lugar favorito en Pontevedra?

Hay algunos sitios que me encantan. La plaza del Teucro es un lugar que me encanta y también los jardines cerca de la calle Xeneral Gutierrez Mellado que recuerdo de niño. En general los jardines y las plazas son maravillosas. Además, viendo cómo ha quedado ahora peatonalizada. Yo recuerdo en mi infancia que el sistema de movilidad habitual era el trolebús, que atravesaba calles como la Peregrina o la Michelena. Hoy todo eso se ha hecho tan humano, tan cercano, tan accesible... Ahora realmente la ciudad combina modernidad con tradición de una forma perfecta.

La derrota de ETA y ver el final del terrorismo fue mi mayor satisfacción

¿Cómo vive las fiestas de la Virgen Peregrina?

Mi vivencia está más fundada en el recuerdo, cuando uno va madurando busca más la tranquilidad. Admiro la vitalidad que tiene Pontevedra con fiestas como las de la Peregrina que recuerdo por ejemplo con los bailes del Casino. Forman una parte imborrable de mi juventud.

¿Hay alguna localidad de la provincia de la que disfrute especialmente?

A mí me gusta toda la ría. Mis amigos de Madrid no me creen cuando yo digo que en la ría de Pontevedra hay más de 100 playas. A lo largo de los años, puedo decir que las he recorrido casi todas. El conjunto de la ría es lo que a mí me gusta. Venimos mucho a Sanxenxo y hemos estado muchas veces en la zona de Portonovo. He recorrido prácticamente todo el mundo y todos los continentes y nunca he visto un paisaje como el de la ría de Pontevedra.

Este premio es, en gran medida, por su trayectoria. ¿Cuál es el mejor momento de su carrera?

Fui juez en un juzgado de primera instancia de instrucción, en la Audiencia Provincial de San Sebastián, presidente de la Audiencia de Segovia, llevo casi 30 años en el Tribunal Supremo, fui fiscal general del Estado y ahora magistrado del Tribunal Constitucional. La época que mejor recuerdo fue en la que fui juez en Galicia. Mi padre estaba de fiscal en Pontevedra, por lo que no debía estar en esta provincia. Fui a donde más cerca me quedaba, en Carballiño. Uno aprende una barbaridad. Hacer justicia de forma muy personal, muy directa, conoce a la gente y se implica en el conflicto para tratar de dar una solución razonable y justa.

Viendo el otro lado, ¿cuál ha sido su momento más complicado?

Fui juez en el País Vasco en una época en la que el terrorismo causaba casi 100 víctimas mortales al año. Había que vivir con protección, dar una respuesta a las víctimas y el acoso era muy fuerte. Hicimos un esfuerzo para que la justicia estuviese presente y representase al Estado. Creo que lo hicimos bien.

¿Usted fue acosado alguna vez?

Evidentemente. En aquella época, yo recuerdo que llegué a San Sebastián y lo primero que encontraba al entrar en la Audiencia era la Policía con sus armas permanentemente garantizando nuestra seguridad. Recuerdo con algún compañero regresar a casa y veíamos las consecuencias del último atentado que había sucedido. Gente como Enrique Casas, que era un gran amigo mío, o Fernando Mújica, que era un abogado que actuaba todos los días en el juzgado, fueron asesinados. Tuvimos que vivir momentos muy difíciles en aquel momento.

La época que mejor recuerdo fue en la que fui juez en Galicia

Más tarde sería fiscal general del Estado. ¿Qué recuerdos tiene de aquella época?

Fue una satisfacción. Mi padre había sido fiscal y yo me encontraba también persiguiendo esa tradición familiar. Yo siempre he concebido que toda la historia de la humanidad es una larga mancha desde el momento en el que los conflictos se resolvían a través de la violencia hasta el momento en el que se resuelven a través del ordenamiento jurídico. Eso todavía no se ha conseguido en el ámbito universal y vemos como ahí algunos de esos conflictos se resuelven por la guerra. En España afortunadamente tenemos un Estado de Derecho que garantiza no sólo derechos políticos, como la libertad de expresión o de asociación, sino también derechos sociales, como el derecho a la vivienda digna o el derecho al medio ambiente. Influir al conjunto de fiscales españoles para que tengan unidad de criterio fue muy importante. Además, fue relevante que en la época en la que fui fiscal general del Estado, a través de una labor difícil y, a veces, poco comprendida, conseguimos acabar con el terrorismo de ETA. Cuando dejé de estar en ese cargo, ETA estaba tan estrangulada que tuvo que dejar definitivamente la lucha armada porque estaba derrotada. Esa derrota fue mi satisfacción más importante. Acabamos con el terrorismo y España pasó a ser un Estado mucho más civilizado.

¿Tiene una respuesta a aquellos que dicen que ETA aún existe?

ETA no existe. Ha dejado de funcionar como banda armada y desde hace 12 años no se producen atentados violentos. Existen personas que tienen una ideología independentista y evidentemente eso nos puede parecer mejor o peor. Hay que tener en cuenta que la democracia consiste en saber aceptar posiciones políticas de los otros que a nosotros no nos parecen correctas o que incluso nos repugnan. Tiene que hacerse de forma pacífica y por las vías legales. Mientras sea así, no se puede decir que siga sea una banda terrorista activa. Hay un problema político, pero no hay un problema conque la gente pueda perder su vida en un atentado terrorista.

¿Hay algo que se quedase con la pena de no haber trabajado o mejorado en esa etapa?

La verdad es que no. Tuve la suerte de ser el Fiscal General del Estado que, desde que se aprobó la Constitución, más tiempo ha ejercido. Estuve dos mandatos y tuve la oportunidad de realizar muchos cambios. Había conflictos políticos que no me correspondían, pero desde el punto de vista judicial potenciamos la lucha anticorrupción y la lucha antiyihadista, de tal manera que, después del atentado de Atocha, se reorganizó el sistema y no volvimos a tener un atentado yihadista en esa época. Hombre, nadie puede realizar una labor perfecta y se pueden recibir críticas, va con el cargo y uno las acepta, pero siento la satisfacción de haber cumplido.

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