Hermida pretende quedarse en el 'limbo' del Parlamento hasta que dimita Quinteiro

El pontevedrés fue nombrado el viernes diputado electo al correr la lista de En Marea, pero reitera que «polo de agora» no firmará el acta

Xoán Hermida. RAFA FARIÑA
photo_camera Xoán Hermida. RAFA FARIÑA

Los líos se multiplican en el seno de En Marea. "É evidente que todo isto lle está a dar unha boa munición ó PP, pero o problema poderíase ter solucionado dende o minuto un", reconocía este jueves Xoán Hermida en referencia al cisma interno que ha provocado el escándalo de la diputada Paula Quinteiro, cuando alardeó de su condición de parlamentaria para enfrentarse a la Policía Local de Santiago tras unos actos vandálicos en los que se vio envuelta.

Y es que el propio Hermida se ha convertido en protagonista del nuevo capítulo del culebrón. La dimisión de Juan Merlo (por inflar su currículum) le abre las puertas al pontevedrés, siguiente en la lista de la formación rupturista. Su nombre ya había sonado cuando sobrevoló la posibilidad de que Quinteiro dimitiese, pero él había anunciado entonces que renunciaría a su acta de diputado, "porque as miñas obrigas profesionais me impiden poder adicar o tempo que necesita ser representante do pobo galego".

De rebote, vuelve a encontrarse de nuevo en la disyuntiva, pero su discurso ha variado. El no rotundo de hace unas semanas se ha convertido en un sí condicionado, tal y como explicó el jueves. "A Xunta Electoral de Galicia comunicoume o venres que era deputado electo do Parlamento, pero non vou cumprimentar os requisitos para ser nomeado deputado de facto, isto é, facer unha declaración xurada de bens, prometer ou xurar a Constitución e o Estatuto de Autonomía, e firmar a miña acta", advirtió.

Su objetivo es quedarse en un limbo político (propiciado por el vacío estatutario para prevenir estas complejas situaciones) y evitar así que el Parlamento lo envíe al Grupo Mixto, "porque o que non pretendo é que a miña marcha perxudique a En Marea e que deixe de ser a primeira forza da oposición".

MUY CRÍTICO. La postura de Hermida se mantendrá durante unos quince días, hasta mediados de mayo, que es cuando las Mareas tomarán una decisión en firme sobre el futuro de Paula Quinteiro. "Se se mantén o criterio inicial, esixirase a súa dimisión. E se ela acepta, eu tamén renunciarei e En Marea terá dúas novas caras no Parlamento", indicó, sin desvelar qué ocurrirá si, como es previsible, la diputada de Podemos volverá a hacer oídos sordos a los gritos de que entregue su acta. "Xa veremos qué pasa despóis".

En lo que sí se mostró muy claro fue en criticar la actitud de Quinteiro y de Carmen Santos, su gran valedora en este conflicto: "En Marea chegou á política para elevar o listón da ética e todos os diputados, e cando nos presentarnos ás eleccións aceptamos as regras do xogo, independentemente da tribu á que cada quen pertenza no seu tempo libre".

Aseguró que todos "deben disciplina, respeto e lealdade" a la formación y adelantó que "non vou facilitar que se manche a ética de En Marea".

Fue especialmente duro con Quinteiro, cuya conducta tildó de una "sorte de transfuguismo" al entender que "non pode ser de En Marea só cando lle interesa" y comparó la dimisión de Cristina Cifuentes "por roubar dúas cremas a unha multinacional capitalista" con la negativa de la deputada de Podemos a abandonar su acta "tras estar envolta nun incidente con coches de obreiros en Santiago. E iso que é anticapitalista".

Xoán Hermida, que el jueves comunicó su decisión al Parlamento, volvió a manifestar que durante este impasse político renunciará a todas las prerrogativas propias de un diputado, como el sueldo y la inmunidad parlamentaria.