El número de autónomos aumenta gracias a una hostelería aún amenazada

La economía de la provincia resiste al golpe de la covid durante el verano con el repunte del número de trabajadores por cuenta propia
Las cuotas del alquiler son para muchos autónomos y pequeños empresarios inasumibles ante en bajón de los ingresos. RAFA FARIÑA
photo_camera Las cuotas del alquiler son para muchos autónomos y pequeños empresarios inasumibles ante en bajón de los ingresos.

Calma tensa en la economía. El termómetro que permite medir con datos objetivos la evolución de la crisis derivada de la pandemia en la provincia habla de una paulatina vuelta a la normalidad, aunque desde casi todos los sectores lanzan una advertencia: lo peor llegará en invierno. De momento, el número de autónomos vuelve a niveles anteriores al confinamiento y los locales comerciales continúan ocupados pese a las dificultades de los propietarios de negocios para asumir los costes del alquiler.

Así, en julio el número de autónomos en la provincia ha crecido en 472 trabajadores por cuenta propia, un 0,7% más que el mes anterior, una subida de la que tira con especial impulso el sector de la hostelería. De este modo, en este ámbito es en el que la subida es mayor, de un 3,5% con respecto a junio. La vuelta a la actividad de bares y cafeterías en el mes de julio es un factor determinante para este incremento. También el comercio experimenta una subida con 73 autónomos más de alta en la provincia en el último mes del que se tienen registros. De este modo, en julio hubo 67.108 autónomos en activo en la provincia, al haberse producido 1.311 altas y 839 bajas con respecto al mes de junio.

El dato más bajo de afiliaciones de autónomos que evidencia el parón que se produjo durante el confinamiento se registró en abril, con 65.857 trabajadores por cuenta propia, 1.351 menos que en la actualidad. Por lo tanto, los números hablan de recuperación de la actividad, aunque los expertos alertan que el efecto paracaídas de los ERTE pueda estar atenuando la crisis y que, en cuanto terminen, se produzcan cierres de negocios. En este sentido, a nivel estatal, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), alertaba esta semana en un informe de que siete de cada diez autónomos se verán obligados a cerrar o a recortar su plantel si se repite el escenario de confinamiento de la pasada primavera.

En el primer confinamiento, el respaldo público sirvió para salvar a prácticamente la mitad de los autónomos -el 46%- que solicitaron la prestación extraordinaria por cese de actividad. Esto supone que 16.364 recibieron ayudas por tener que cerrar y otros 13.570 por bajada de ingresos.

BAJOS VACÍOS. Por otra parte, la imagen de bajos vacíos y persianas bajadas todavía no es una realidad palpable, aunque algunas inmobiliarias comienzan a detectar un goteo de nuevos locales que se incorporan al mercado por cerrar los negocios que acogían. Sin embargo, las empresas inmobiliarias sí notan síntomas de crisis. Por ejemplo, el interés por el alquiler de bajos comerciales ha caído prácticamente al completo. "Esta parte del negocio está parada, nadie viene a ver bajos comerciales, son clientes muy puntuales y que buscan lugares pequeños concretos", indican en la inmobiliaria Michelena. También en TopCasa cifran la caída de nuevos contratos de alquiler de locales comerciales en un 70% con respecto a antes de la pandemia, mientras el alquiler de viviendas sigue al alza marcado por precios elevados debido a la poca oferta de vivienda de segunda mano en la ciudad.

Aún así, desde las principales inmobiliarias de la ciudad se muestran preocupados de cara al otoño y el invierno. Para entonces, muchos vaticinan un escenario peor para los pequeños negocios del comercio y la hostelería al confluir el final de ayudas como los ERTE, el bajón del turismo tras la temporada estival y un posible aumento de los casos de covid que obligue a imponer nuevas restricciones. "Creo que vamos a notar la diferencia desde septiembre y hacia final de año, de momento todo se va conteniendo, pero llegará un momento en el que se note", indican en Engel & Völkers.

Pagar el alquiler en un contexto de falta de ingresos como el actual es uno de los retos a los que se enfrentan buena parte de los autónomos o pequeños empresarios y, aunque algunos propietarios de locales se muestran flexibles a la hora de rebajar cuotas o incluso suprimirlas, esto depende en último extremo de la buena voluntad de los caseros.

A pesar de las dificultades, las inmobiliarias coinciden en que los precios de los locales comerciales de alquiler se mantienen con respecto a antes del confinamiento. "Al estar el mercado parado tampoco se mueven los precios demasiado", explican en Inmobiliaria Michelena.