La hostelería hace números para tapar el agujero de un segundo parón

El reparto a domicilio no alcanza para cubrir gastos ni evita la obligada vuelta a los ERTE 
Pablo Liste, ante el gastrobar Savoy. BEATRIZ CÍSCAR
photo_camera Pablo Liste, ante el gastrobar Savoy. BEATRIZ CÍSCAR

Ni siquiera reinventarse es garantía para no morir. La hostelería pontevedresa afronta un invierno muy frío en el que las restricciones amenazan con bajar persianas de forma definitiva. En este contexto, muchos buscan la forma de salvar los muebles e ir tapando agujeros mientras duren las limitaciones. La Xunta deja abierta la posibilidad de servir comida a domicilio o para recoger en los locales, pero no siempre es una opción que compense. "Encender una cocina industrial ya es un gasto enorme, si hago cuentas no me compensa. Nosotros volveremos al ERTE", explica Pablo Liste, propietario del restaurante Badiana y del Savoy.

En Poio, Margarita González, propietaria de O Eirado das Margaridas, devolverá a sus seis trabajadores a un ERTE, excepto a uno, que se quedará con ella preparando comidas a domicilio. "Todo lo que podamos ingresar ayuda", cuenta. Cada establecimiento trata de esquivar el golpe como puede. "Yo quiero llegar a la gente de mediana edad que quiere comer bien, entregamos a domicilio nosotros mismos y estamos tratando de llegar a la gente a través de las redes sociales porque el tipo de comida que preparamos no es la típica que se pide a domicilio. Ahora, a cada uno que entra por la puerta, le recuerdo que el domingo hacemos cocido para llevar a las casas", explica.

Y es que los restaurantes tienen difícil la adaptación a la nueva realidad de la pandemia y el take away. Por eso la implantación de este sistema se hace con la esperanza de ayudar a cubrir algunos de los gastos. "Llevo 15 años con el restaurante abierto, con mucho trabajo, mis empleados y yo llevamos este tiempo juntos, levantando esto de la nada, no puedo dejarlo ahora", cuenta González.

Otros restaurantes de la zona se apuntaron a la moda del delivery de golpe, obligados por una crisis que se ceba con ellos. Es el caso de chefs con estrella Michelin como Yayo Daporta en su restaurante de Cambados o Pepe Solla en Casa Solla, que adaptaron su actividad a la realidad de la pandemia.

El segundo parón de la hostelería llega después de un verano que supuso una bocanada de oxígeno. Si en primavera los ingresos fueron cero, "el verano fue peor que cualquier otro, pero mucho mejor de lo que esperábamos. Eso sí, nadie va a salvar el año por el verano porque estamos perdiendo dinero a expuertas, eso nos sirvió para asomar la cabeza y respirar, pero nada más", cuenta Pablo Liste, que ahora se ve obligado a devolver a sus diez trabajadores al ERTE, como en marzo.

Para Margarita González, este verano fue muy bueno teniendo en cuenta las circunstancias. "Como tenemos mucho espacio exterior pudimos colocar muchas mesas y venía bastante gente, ese dinero nos sirvió para tapar agujeros del confinamiento", explica. En el primer parón, González se hizo cargo de pagar la diferencia entre el 75% del sueldo que asumía el Sepe y el total del sueldo de sus trabajadores. "Muchos de mis empleados se incorporaron el 1 de julio sin haber cobrado todavía el ERTE", se queja.

En el primer cierre Margarita no optó por implantar el servicio a domicilio. "Yo era inocente, creía que iba a durar solo 15 días, luego un mes, y después ya nos dimos cuenta que esto iba para largo. Además, en aquel momento nos quedaban ahorros, pero este parón nos coge sin ese colchón", cuenta preocupada, a la vez que confiesa que el anuncio del cierre "ya me hizo llorar todo el día". 

Margarita González en su local. ADPEl nuevo freno a la hostelería llega, otra vez, "de una hora para otra", tal y como denuncian los hosteleros. Por eso estos días se repiten las devoluciones de mercancía que ya no se va a servir en el próximo fin de semana. De este modo, Pablo Liste explica que los restaurantes trabajan con cierta previsión que las administraciones no tienen en cuenta cuando hacen sus anuncios. "Nosotros nos organizamos para el fin de semana y hacemos pedidos. Por ejemplo, el miércoles el presidente dijo que cerraba la hostelería a las 15.00 horas y ahora el DOG dice que cierra a las 00.00, entonces todavía podríamos dar comidas hoy, pero la gente ya está con dudas y no se atreve a comprar mercancía porque las cosas pueden cambiar de un momento a otro", explica.

Aún así, una de las cuestiones en las que coinciden buena parte de los empresarios de la hostelería es que era necesario tomar una decisión acerca de esta actividad. "No era sostenible mantenernos abiertos pero con las limitaciones que había ahora mismo, es peor que cerrarnos, porque con el toque de queda y, ahora, el hecho de que solo pudiesen reunirse convivientes, todos los bares están vacíos, solo hay que darse una vuelta por Pontevedra. Para estar así era mejor cerrar", cuenta Liste.

El próximo objetivo para la Xunta es recuperarse de cara a la campaña de Navidad, aunque los hosteleros son poco optimistas. "Está claro que la Navidad está perdida, no vamos a tener cenas», sentencia Margarita González. Por su parte, Pablo Liste, cree que las restricciones van a prolongarse más tiempo. «Aprovecharemos lo que podamos, que no será mucho", indica.

LAS CAFETERÍAS. También las cafeterías se verán obligadas a repartir solo café para llevar, pero no siempre compensa. De este modo, muchas optarán por recuperar el ERTE y bajar la persiana. "Nosotros cerraremos el espacio de mesas y despacharemos café para llevar, pero la mayoría de las tiendas las cerraremos antes", explica Andrés Acuña, de la red de panaderías Acuña, que cuentan con cafetería en muchas de sus tiendas.

Así, las panaderías mantendrán su actividad por las mañanas y servirán café para llevar, sobre todo a las personas que trabajan en el entorno. Sin embargo, "perderemos clientela por las tardes, cuando la gente solía venir a merendar", explica. Estas nuevas restricciones obligarán también a modificar horarios. De este modo, las tiendas del centro de la ciudad estarán abiertas hasta las 20.00 horas, "las demás las cerraremos entre las 15.00 y las 17.00 horas", explica Acuña.

Esta reducción del horario y la facturación hace que la empresa tenga que devolver al ERTE a en torno a una treintena de sus trabajadores durante el tiempo que duren las restricciones. "Esto va a ir para largo y tenemos que aguantar como podamos, la venta de pan la vamos aguantando, pero van a ser meses muy duros, eso lo tenemos claro", termina.

Poio pide rapidez en las ayudas a los hosteleros 
El Concello de Poio pidió a la Xunta que las ayudas que lanza en apoyo del sector de la hostelería estén disponibles antes de que terminen las restricciones previstas para el próximo mes.
Esta fue una de las conclusiones tras la reunión telemática mantenida con los hosteleros del municipio en la mañana de este jueves. 
El comercio pide la exención de tasas municipales
La Federación de Comercio de Pontevedra, que engloba un total de 25 asociaciones, se reunió para tratar las novedades con respecto a las medidas restrictivas impuestas por la Xunta. En este sentido, el colectivo reclamó un paquete de medidas para el comercio y la hostelería, como la exención de tasas municipales, en parte o en su totalidad.
Por otra parte, pide a las administraciones que se lleven a cabo campañas para incentivar el comercio local y de proximidad.
Además, otra de las ayudas que piden es el aplazamiento de los créditos ICO y los de intereses vinculados a los mismos, incrementando los plazos de amortización. También piden el aumento de los plazos de impuestos y la condonación de los intereses.

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