En huelga de hambre por la suspensión de una operación en Pontevedra

Un paciente inicia una protesta en el Hospital Montecelo para exigir una nueva fecha para la intervención quirúrgica aplazada a última hora
Marcos Fernández en la entrada de Montecelo. RAFA FARIÑA
photo_camera Marcos Fernández en la entrada de Montecelo. RAFA FARIÑA

Marcos Fernández tendría que pasar a las 11.00 horas de este miércoles por el quirófano del Hospital Montecelo para someterse a una operación con la que poner fin a meses de un dolor insoportable ocasionado por la presencia de piedras en el riñón. La suspensión sine die de la intervención quirúrgica ha hecho que este cambadés de 43 años haya tomado la decisión de iniciar una huelga de hambre a las puertas del propio centro sanitario a la que solo pondrá fin, asegura, en cuanto el Servizo de Uroloxía le dé una cita con la nueva fecha de la operación. Mantendrá esta medida de protesta "ata que o corpo aguante".

"Hoxe -por el martes- fixen a proba do covid (PCR) e media hora despois chamáronme para anunciarme que a miña operación quedaba cancelada porque non poden garantizar a miña seguridade no hospital, no que tería que quedar un día trala operación. Dixéronme que a Dirección do Hospital díxolle a todos os xefes de servizo, incluído o de Uroloxía, que todas as intervencións cirúrxicas que non fosen de cancro ou de risco vital quedaban suspendidas ata novo aviso. Ao parecer hai que reservar as camas para posibles pacientes con coronavirus", explica.

El paciente, que exhibió una pancarta reivindicativa en la entrada del Hospital Montecelo, señala que el aplazamiento de la operación ha afectado a su estado anímico. Precisa que llevaba esperando desde primavera para pasar por el quirófano. "En agosto me dixeron en Montecelo que me ían operar, pero despois de facer a proba da anestesia pasou todo agosto, setembro e outubro ata que me chamaron a semana pasada para que me preparara para o día 28".

Tras meses de espera el Servizo de Uroloxía le anunció este martes mismo que la operación quedaba suspendida y que, en caso de que el dolor causado por las piedras en el riñón fuese inaguantable, podría pasar por el centro hospitalario para la colocación de un catéter que le evitaría los cólicos.

"Que non teña cólicos non quere dicir que o meu ril non estea fallando", advierte indignado. Incluso llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de iniciar la recuperación en su propia casa a las dos o tres horas de la operación, una oferta que los responsables sanitarios rechazaron de plano "porque o impide o protocolo", un argumento que no comprende Marcos. "Si o protocolo impide que me deixen ir para a casa ás poucas horas da intervención, como é posible que ese mesmo protocolo permita que me estea a retorcer de dor na casa?".

Responsables del Servizo de Uroloxía de Montecelo informaron al paciente de que les resultaba imposible fijar una nueva fecha para la intervención quirúrgica. "Anunciáronme que será cando mellore a actual situación de crise sanitaria ocasionada polo coronavirus, que pode ser ata sabe Dios cando".

Mientras tanto, Marcos mitiga el dolor que le causan las piedras en el riñón a base de calmantes, antiinflamatorios y medicamentos protectores de estómago. "Non é normal que se pechen quirófanos senón que o lóxico sería que se buscaran outras solucións para non prexudicar a quen ten que operarse", sentencia.

Comentarios