Las iglesias abrirán a partir del día 11 con limitaciones y modificaciones en los ritos

Vuelven las misas con el uso de mascarilla, comuniones en silencio y con feligreses que no podrán superar un tercio del aforo del templo
Interior de la Basílica de Santa María la Mayor. RAFA FARIÑA
photo_camera Javier Porro oficiando una misa privada en la Real Basílica de Santa María la Mayor. RAFA FARIÑA

Las iglesias volverán a abrir al culto el próximo lunes, día 11, cuando se inicie la fase 1 de la desescalada por el coronavirus. Comuniones en silencio, uso generalizado de mascarillas, confesiones en espacios amplios, sin posibilidad de visitas turísticas... El Arzobispado de Santiago de Compostela recuerda a las parroquias las medidas de prevención que la Conferencia Episcopal Española ha determinado que deben tomarse en las iglesias para la vuelta al culto público.

Los templos católicos, entre ellos los de Pontevedra, volverán a abrir sus puertas tras casi dos meses en los que permanecieron cerrados para prevenir el avance de la nueva enfermedad. En la hoja de ruta fijada por la Conferencia Episcopal para adaptar la acogida de fieles a los templos y las eucaristías a la nueva normalidad pregonada por el Gobierno, las distintas feligresías se preparan para aplicar las propuestas que cambiarán en gran medida la forma de celebrar la misa, tanto por la distancia social que habrán de mantener los devotos como por los ritos que se suprimen o se modifican. La aplicación de las medidas se evaluarán en la misa del domingo 17.

¿Cómo se están preparando las parroquias de Pontevedra para afrontar pastoralmente la crisis sanitaria del coronavirus? En el caso de Santa María la Mayor la iglesia ha permanecido abierta incluso durante el estado de alarma causado por la Covid-19 (si bien con horario reducido) y ha realizado actividades por vía telemática, además de mantener el servicio de atención de Cáritas a las familias necesitadas de la feligresía. Las misas públicas volverán a la Real Basílica de Santa María la Mayor (que ya se había desinfectado al comienzo de la pandemia, al igual que el Despacho y el Centro parroquiales) con la adopción de las medidas de de prevención impuestas por el Gobierno y las planteadas por la Conferencia Episcopal Española, entre ellas las de guardar la distancia de seguridad entre las personas, el uso de mascarillas y dar la comunión en la mano.

La iglesia de la Virgen del Camino albergará misas específicas para familias y para personas mayores

En principio entre los actos religiosos que se celebrarán en Santa María no figuran las bodas porque, dada las limitaciones que podría mantener el Gobierno para la celebración de banquetes, las parejas han pospuesto su enlace hasta 2021. También hay familias que están esperando a que haya una mayor flexibilidad en la hostelería para poder celebrar los bautizos. Además, las primeras comuniones que estaban programadas para el mes de junio han sido aplazadas, mientras que se mantienen las que están previstas para julio y agosto.

"En principio la normalidad es general pero con las medidas que se vayan dictaminando en cada fase de la desescalada", precisa Javier Porro, párroco de Santa María la Mayor.

Según explica el sacerdote, los funerales de las personas que han fallecido durante los meses del estado de alarma se van a empezar a celebrar a partir del 8 de junio, con la fase 3 de la desescalada, en la que se llevará a cabo una vida pastoral ordinaria que tenga en cuenta las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a la enfermedad.

SAN BARTOLOMÉ. En la fase 1, que arranca el 11 de mayo, se permite la asistencia grupal (pero no masiva) a los templos sin superar el tercio del aforo (la ocupación máxima será del 50% en la fase 2, que comenzará el 25 de mayo). En el caso de San Bartolomé, esta parroquia numerará los bancos. "Cada persona solo se podrá sentar donde haya un número para, de esta forma, mantener los dos metros de distancia entre ellas. También habrá gel hidroalcohólico a la entrada de la iglesia para la desinfección de las manos", explica el sacerdote Raúl Lage.

Para la celebración de la Eucaristía esta feligresía seguirá las normas que dicta la Conferencia Episcopal, como es tapar las partículas con un paño durante la celebración litúrgica, dar la Comunión en la mano sin el diálogo El cuerpo de Cristo ni Amén, que se pronunciará al principio de forma colectiva después de la respuesta Señor no soy digno... y se comulgará en silencio.

Además la iglesia de San Bartolomé no precisará de una desinfección previa porque permanece cerrada desde el inicio de la pandemia. "Se desinfectará después de cada celebración", precisa el párroco.

Raúl Lage señala que los funerales se irán recuperando con la entrada en la segunda etapa de la desescalada, cuando se permita un aforo del 50%. "Imagino que habrá sitio de sobra dado el amplio aforo del templo". Además, subraya que para los bautizos "habrá que concretar con cada familia el número de invitados que esperan que acudan a la ceremonia2.

El párroco de San Bartolomé señala que las primeras comuniones no podrán celebrarse antes del mes de septiembre. "Tendrá que concretarse conjuntamente con todo el clero de Pontevedra y siguiendo las directrices diocesanas", apostilla.

VIRGEN DEL CAMINO. La parroquia de la Virgen del Camino suprimirá algunos bancos para ajustar el espacio a la distancia social y marcará los que se puedan sentar los feligreses, además de organizar la circulación por la iglesia.

En vez de reducir el número de misas ajustará las celebraciones eucarísticas del domingo por edades: la de las 12.00 será fundamentalmente para las familias y las catequesis (aunque aún no hay presencial sino por vía telemática), mientras que las de 9.45 y 19.45 serán para mayores. También contará con personas voluntarias en las puertas para organizar y conducir a los fieles.

A PEREGRINA. El santuario de la Divina Virgen Peregrina, que permanece cerrado desde que se decretó el estado de alarma sanitaria por coronavirus, no cuenta con un aforo suficiente que permita su apertura al público. "Se abrirá la iglesia, se podrán realizar visitas individuales con las medidas de prevención correspondientes (separación y que no haya grupos), pero para la celebración de las misas tendremos que esperar durante un tiempo a que las limitaciones impuestas para el control de la nueva enfermedad sean menos drásticas", señala Raúl Lage, sacerdote de San Bartolomé, que también se encarga de la atención pastoral del santuario.

"Abrir el templo dependerá de cómo se vayan concretando las normas del Gobierno. En primer lugar queremos ser buenos ciudadanos y animar a que la ciudadanía a que, por no ser creyentes, no quebranten lo más importante: la salud y la vida.

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