"Al igual que los coches, algunos moteros van como locos, pero nadie merece morir por eso"

Poca gente conocerá tanto los peligros de las motos como Manuel Picón. El activista peleó por la protección de estos conductores durante 15 años en la Plataforma Motera para la Seguridad Vial. Ahora, anuncia su retiro de ‘Ponte a conducir’, aunque no parece que vaya a retirar su amor por las motos.

¿Qué le hizo apasionarse por las motos?
Yo es algo que lo llevo desde pequeño. Mi padre tenía una Lambretta y yo me subía de pequeño a ella. De ahí tuve distintas motos, una ‘Ducati’. una Mini Marcelino... así hasta hoy. Hubo épocas cuando tuve mis hijas ya no había posibilidad porque no la podía usar, pero siempre me ha encantado.

¿Qué es lo que le hizo interesarse por la seguridad vial?
Pues el hecho de andar en moto ya te implica ver las barbaridades y la falta de solidaridad que hay con los moteros, que junto con los ciclistas y los peatones somos la escala más baja. Además, no había ciertos medios de seguridad básicos. Yo empecé a raíz de un accidente que tuvo un chico de aquí que se llamaba Roberto. Acababa de tener un niño, eran los años 2000. Iba en la moto en la zona de Soutomayor, él no iba muy rápido y a la moto no le pasó nada pero él se murió por impactar contra un guardarraíl. A partir de ahí se creó la PMSV junto con Juan Riveiro, empresario de Pontevedra y algunos otros compañeros. Después fuimos buscando delegados por toda España hasta poder crear lo que sigue siendo hoy la plataforma.

¿Cuáles son sus mejores momentos durante su etapa como presidente de la asociación?
Un gran momento fue cuando conseguimos que las administraciones locales, autonómicas y la nacional se preocupasen por el problema de los guardarraíles. Nos manifestamos en Madrid 60.000 motos, donde vinieron políticos de importancia. Otro gran momento fue cuando dimos la vuelta a España para reclamar más seguridad vial para las motos. También sin duda, cuando se empezaron a poner los protectores, que son esa chapita que se pone en el poste del guardarraíl, que era una guillotina. Recuerdo cuando la diputación de Pontevedra en la época de (Rafael) Louzán que inauguró una carretera de Catoira hasta cerca de Armenteira. Poco después de que pusiesen las protecciones, un chaval cayó y apenas tuvo un pequeño esguince en la rodilla. Si no hubiese sido por eso, quizás habría perdido una o las dos piernas. Nosotros no pedíamos colchones para poder circular a 200 km/h, sino que cuando alguien cumple la velocidad, no se estampe contra un guardarraíl y pierda las piernas o la vida. De momento, los Sistemas para Protección de Motoristas (SPM) están funcionando y están evitando muchísimas mutilaciones y muertes. Hubo muy buenos momentos. Sobre todo, cuando algún compañero se salvaba. Momentos tristes pues jóvenes, de veintitantos años, que perdieron la vida o las piernas por tener un accidente. Al igual que los coches, algunos moteros van como locos, pero nadie merece morir por eso o acabar amputado.

"Los ayuntamientos tampoco respetan muchas veces la normativa con los resaltos"

Y, ¿cómo cree que es la situación actual de la seguridad Vial para las motos?
No todas las carreteras tienen las protecciones. A veces han hecho las protecciones en la parte contraria de las curvas. Muchos políticos locales no preguntan, lo hacen ellos y han gastado dinero poniéndolo en los dos lados y no es necesario. Por la inercia de la curva, siempre te lleva a un lado. Hemos luchado y seguimos luchando por las pinturas. En algunas ciudades ya las han cambiado, me refiero a esas señales horizontales que en el coche no las sientes pero en las motos hay que ir esquivándolas, porque son muy resbaladizas. Abel Caballero fue también un pionero poniendo en alguna gran avenida un carril para que la moto no tenga que chupar el humo de los coches. Así en vez de estar entre coche y coche haciendo el burro pues te permite que la moto se meta en ese carril y se meta delante y no se coma el humo. Los ayuntamientos tampoco respetan muchas veces la normativa con los resaltos, con la altura y con la subida y bajada que tiene que tener según la vía y velocidad.

¿Se siente satisfecho con su trabajo?
Yo me siento satisfecho, pero no todo se pudo conseguir. Aún así, se hicieron cosas importantes.

¿Hubo algún gobierno que se lo pusiese más fácil?
(Ríe). No, todos fueron bastante duros.

"Los SPM están funcionando y están evitando muchísimas mutilaciones y muertes"

¿Quizás algún director general de tráfico?
Pere Navarro siempre nos atendió bien, con él bien. Luego a los gobiernos no le importaba mucho los moteros. Si que vieron que la protección de los guardarrailes bajaba bastante el índice de mortalidad y de heridos. Hubo un caso impactante, en el que murieron cuatro moteros por un coche. Iban a Sanxenxo por la vía rápida, y un chaval sin carnet iba con su madre a gran velocidad con el coche y los atropellaron. Cosas así desencadenaban acciones. Hubo momentos muy trágicos. Hubo una gran manifestación en Vigo en la que nos reunimos miles de moteros. Además, teníamos representantes en todas las provincias de España y entonces tenía que viajar mucho para ver sitios. Lo que sí teníamos claro desde la asociación es que no iba a haber puertas (giratorias). No recibíamos ayuda de nadie, como mucho nos ayudó Diputación de Pontevedra o algún organismo en concreto, y alguna colaboración muy concreta con alguna empresa privada. Después de 22 años la plataforma sigue bien, sigue viva, y nunca nos faltó dinero porque nunca tuvimos (Ríe).