
Cualquier comparación con años anteriores resulta sorprendente
Las críticas por la floja iluminación del año pasado, el órdago lanzado por el alcalde de Vigo a todas las demás ciudades del mundo, la cercanía de las próximas elecciones municipales... Son muchas las conjeturas que hacen los ciudadanos en la calle sobre cuáles son las causas del impulso dado este año por el Concello de Pontevedra a su iluminación navideña, pero lo cierto es que cualquier comparación con años anteriores resulta sorprendente.
El aumento del presupuesto ha permitido colocar en las calles y plazas de la capital del Lérez muchos más adornos que en Navidades anteriores, si bien uno de los elementos que más llama la atención sigue siendo el emblemático árbol de la Praza da Ferrería. El abeto luminoso de este año saca los colores al instalado en 2017, una pieza tan simple que incluso el Gobierno local había presentado una queja formal ante la empresa encargada del alumbrado festivo, que se vio obligada a corregirlo. Aún así, las críticas en las redes sociales y en las calles habían sido sonadas, todo lo contrario a lo ocurrido este año.
Pero, ¿cómo eran los decorados navideños de la ciudad echando la vista atrás? En Pontevedra, la tradición de instalar en una plaza un gran árbol natural para dar la bienvenida a Papá Noel y a los Reyes Magos desapareció hace ocho años por razones ecológicas y de conciencia social. Fue en 2011 cuando se empezaron a instalar las versiones artificiales, aunque aquel año el lugar elegido para el encendido oficial fue la Praza de España. Al año siguiente se trasladó a la Praza da Ferrería, lugar que ocupa desde entonces. A lo largo de todo este tiempo, sus diseños nunca se han repetido. Los ha habido con adornos de estrellas; con tonalidades azules, violetas, plateadas, verdes..., pero ninguno tan alto como el de este año. Definitivamente, no hace falta ir a Vigo para disfrutar de las luces de la Navidad.
Marisa Revilla




