Sensibilizar, informar y promover recursos y herramientas para erradicar el acoso escolar. Ese era el principal objetivo del seminario celebrado por Cruz Roja en el Edificio Castelao del Museo de Pontevedra. Una jornada titulada Generando convivencia frente al acoso escolar en la que participaron distintos profesionales de la materia.
Las charlas estaban dirigidas a profesionales del ámbito de la educación o de la sanidad, pero también a aquellos padres que quisiesen buscar respuestas para la detección y la prevención de esta lacra.
El encuentro, que contó también con la colaboración de la Deputación de Pontevedra, fue inaugurado por la Presidenta Provincial de Cruz Roja, María Teresa Álvarez Quicler; y por la Directora Estatal de Cruz Roja Juventud, Paula Rivarés Almazán.
Tras su intervención, fue el turno del Coordinador general de ASEIA. El psicólogo y psicoterapeuta especialista en adolescentes, jóvenes y familias, Ricardo Fandiño Pascual, debatió sobre la Salud emocional en la infancia y la adolescencia. Algo fundamental para evitar los escenarios de acoso que comprometen el desarrollo personal de los niños, niñas y jóvenes.
Al escenario se subió tras él el Director de la Unidad de Investigación de Psicología del consumidor de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro del Alto Comisionado de la UNESCO contra el acoso escolar, Antonio Rial Boubeta. En este caso, la charla estuvo centrada en las Claves para educar en la era digital, un asunto que preocupa enormemente a la comunidad educativa.
En este sentido, Rial hizo hincapié en la importancia de transmitir a los más pequeños unos valores que estén asociados con el control en un mundo digital que cada vez adquiere más peso en su rutina.
La encargada de poner el broche de oro a este seminario de Cruz Roja fue la Presidenta de NACE (No al acoso escolar). Carmen Cabestany habló sobre la Prevención, detección e intervención del acoso escolar, focalizándose en el papel que tienen tanto los profesores como los padres para poder erradicar el acoso escolar. Una lacra para la que es fundamental que toda la sociedad esté concienciada e informada sobre qué es y cómo ponerle fin.
La presidenta de NACE (No al acoso escolar), Carmen Cabestany, fue una de las participantes del seminario de Cruz Roja. En su charla se respondió a varias preguntas en torno al acoso escolar: qué es, cómo hacer para prevenirlo o cuál es la solución. Además, esta profesora insistió también en la idea de que "todos somos responsables", ya que el acoso escolar "es una lacra social en la sombra".
Su conferencia se centra en la prevención, la detección, pero sobre todo, la solución al acoso escolar. Una solución que se resume en un decálogo promovido por NACE. ¿En qué consisten estas 10 medidas?
Son 10 medidas de sentido común que habría que implementar para acabar con esta lacra. El primer paso del decálogo es nombrarlo, porque lo que no se nombra no existe, y el acoso escolar es un tema tabú en las escuelas y en la sociedad. El segundo paso sería trasladar eso a los documentos de los centros escolares, al plan educativo y al plan de acción tutorial, porque si no está recogido ahí tampoco se va a implementar. El tercer punto sería la formación para los profesores, porque si tienes que hacer una tutoría sobre acoso escolar y no sabes lo que es no vas a poder hacerla. También información para los padres, que muchas veces se encuentran perdidos porque no saben ni a qué se están enfrentando, y también educación emocional desde infantil, porque esto hay que cortarlo desde que son pequeños. Tiene que haber protocolos, pero no el que hay ahora porque no es efectivo porque lo implementa el propio centro y, en muchos de ellos, se manipula el protocolo para que salga positivo. Tiene que haber intervención externa. Además, tiene que haber concienciación en todos los sectores sociales y campañas amplias para dar a conocer y sensibilizar a la gente sobre este problema. Esta violencia es muy parecida a la violencia de género, sin embargo no se da la misma visibilidad al maltrato a la infancia. El último punto sería la transparencia, saber cuánto acoso escolar realmente tenemos en España, cuántos protocolos se abren y con qué resultados se cierran, cuántos casos de suicidio...
Dentro de esa transparencia, usted insiste también en la importancia de saber cuántos adultos que cuentan con tratamiento psiquiátrico pasaron en su infancia por un acoso escolar.
Sí, hay que estudiar en esos adultos si uno de los componentes de su trastorno es el acoso escolar, porque según lo que sabemos, el 60% de las personas que tienen trastornos psiquiátricos han sufrido acoso escolar en su pasado.
¿En los últimos años se ha avanzado para paliar esta lacra?
Este es un problema endémico, muy arraigado a la sociedad y es difícil arrancarlo de cuajo. Ojalá pudiéramos decir que eso está erradicado, pero esto solo ocurre en los centros donde hay un buen programa de prevención, como el programa TEI. Aún nos queda mucho por recorrer como sociedad.
¿Por qué apenas se habla del acoso escolar?
Porque es incómodo para la sociedad. La sociedad es reacia a reconocer aquellos aspectos incómodos. Como tampoco gusta hablar de los abusos sexuales a menores, que es otra lacra, el 20% de las niñas lo sufren y el 15% de niños. Tampoco se habla de este tema porque, de hacerlo, alguien tendrá que asumir responsabilidades.
Gran parte de esa responsabilidad está en los padres. ¿Qué pueden hacer ellos para prevenirlo?
Lo primero es tener un buen puente de comunicación con sus hijos, abordar todos estos temas y enterarse primero de lo que es el acoso escolar. Hay que concienciarse, porque si saben qué es a lo que se enfrentan y cómo prevenirlo, estarán en una mejor situación para ayudar a sus hijo, pero para ello es básico la información y la concienciación.
¿Y cómo detectarlo?
A través de las tres C. La C de Cambios, cambios en el comportamiento del niño, cambios de amigos, de itinerarios... La segunda es la de Campanas, hacer novillos o pellas. No quieren ir a clase porque, como ellos mismos dicen, están en el infierno. Y la tercera es la del Cuerpo. El cuerpo del niño acosado habla por sí mismo, está encogido, la cabeza gacha, la mirada triste...
