La industria alimentaria adelgaza sus beneficios pese a la rebaja del Iva

El encarecimiento de los aceites o el género fresco eleva el coste de fabricación hasta un 30% y obliga a la patronal a reducir gastos ► Algunas plantas como Conservas Orbe han bajado producción y otras como Harinas Reyes se han visto abocadas a ampliar las líneas de financiación
Trabajadoras durante el proceso de producción en Lago Aves. GONZALO GARCÍA
photo_camera Trabajadoras durante el proceso de producción en Lago Aves. GONZALO GARCÍA

De la misma forma que al consumidor le cuesta cada vez más cuadrar las cuentas a final de mes, a la industria alimentaria le resulta difícil digerir las subidas constantes que han experimentado los precios de las materias primas.

La pandemia de la covid prendió la mecha y la invasión rusa a Ucrania terminó por desatar una guerra de precios que sigue pasando factura a la patronal pontevedresa a pesar de la rebaja del IVA aprobada por el Gobierno central para alimentos básicos. Harinas, leches y huevos han bajado el gravamen del 4% al 0%, y los aceites han bajado del 10% al 5%, pero los alivios fiscales se quedan cortos para encarar una subida histórica en elementos que son el ABC de la industria alimentaria.

Complejos fabriles de la comarca calculan que el coste de producción se ha elevado más de un 30% en el último año y advierten de que, lejos de repercutir ese incremento en los importes finales, la solución ha pasado por adelgazar los márgenes de beneficio y reducir todos los gastos prescindibles, tanto en facturas como en recursos humanos.

"El aceite de oliva se ha vuelto a disparar. Los márgenes son tan delgados que ya ni se ven"

La fábrica de conservas de pescados y mariscos, Orbe S.A, asentada en el polígono industrial de A Reigosa, es una de las industrias que ha tenido que aplicar cambios para hacer frente a la escalada de tarifas.

Su director general, Juan José Vicente Álvarez, asegura que ahora mismo el precio de girasol "está controlado", pero que como contrapartida el aceite de oliva "se ha vuelto a disparar" y el precio medio del litro se ha situado en los cinco euros, un 25% más que hace unos meses. El género fresco ha subido "sobre un 30%" y las latas de embalaje se han encarecido un 58% en el último ejercicio, "una barbaridad".

El empresario estima que, como consecuencia, el coste de producción ha subido "un 35%" pero que, sin embargo, el incremento en el precio de venta se ha quedado en "el 15% o el 16%", por lo que la empresa ha tenido que "comerse" el porcentaje de diferencia. "Los márgenes de beneficio son tan delgados que ya ni se ven", señala Vicente con ironía.

Las conserveras se ven en la "encrucijada de tener que aguantar los precios"

La salida más fácil sería volver a actualizar tarifas, pero el sector se encuentra con que las distribuidoras "prefieren no tener producto (conservas) antes que asimilar ninguna subida". Por ello, las productoras se ven en la "encrucijada de tener que aguantar los precios a pesar de las constantes subidas".

Como resultado, varias empresas han optado por paliar la situación "descendiendo el número de compras y fabricando menos". La propia Orbe ha reducido su producción un 10% y, aunque suele ajustar plantilla en invierno, este año el reajuste "ha sido un poco mayor": entre enero y febrero ha reducido la plantilla de eventuales "un 10%".

El gran alegato al que está recurriendo el sector para frenar la escalada de las materias primas es que las ventas de conservas han descendido "entre un 10% y un 15%, porque el consumo se está retrayendo". Y uno de los grandes consuelos es que, al menos, el suministro de latas se ha normalizado y que las previsiones apuntan a que la curva de la inflación ya ha tocado techo. "En marzo o abril el mercado debería estar más normalizado", concluye Vázquez.

"Necesitas el doble de financiación y con unos tipos de interés que se han multiplicado"

La serie histórica del IPC muestra que el precio de las harinas y de otros cereales descendió un 2,3% en enero pero, aun así, su cotización fue un 28% más alta que un año antes.

Harinas Reyes, con sede en O Campiño, es una de las industrias que elabora harina y una de las ha actualizado su carta de precios. Sin embargo, su gerente, Manuel Brandariz, afirma que en realidad esa subida camufla muchos otros incrementos, de los que solo una parte han acabado reflejados en la etiqueta final. Según cuenta a este periódico, la empresa importa el trigo de Europa, Estados Unidos y Canadá, pero no ha podido esquivar el encarecimiento de esta materia prima, "que ha duplicado su precio" último año a causa del conflicto entre Rusia y Ucrania, donde se concentra el 30% de la producción mundial de cereales.

Para ajustar este baile de cifras, la compañía ha tenido que actualizar precios, "porque si no, entraríamos en pérdidas", pero también ha tenido que reducir márgenes de beneficio y, como muchas otras empresas, ampliar las líneas de crédito: "Si antes tenías equis líneas de financiación, ahora necesitas el doble y con unos tipos de interés que se han multiplicado. El barco de trigo que antes costaba cinco millones, ahora cuesta diez y los tipos de interés no están al 1%, sino al 4%", ilustra el empresario.

En todo caso, la empresa, que trabaja con 150.000 toneladas de trigo al año, ha mantenido estable su índice de producción y confía en que la tormenta de tarifas amaine: "Todos tenemos adaptarnos a trabajar con los precios actuales, pero entramos en una fase de estabilidad y algunas tarifas ya se están corrigiendo".

Lago Aves afronta una subida del género del 14%
Lago Aves es otras de las industrias alimentarias pontevedresas que ha tenido que plantar cara a la escalada de precios de las materias primas. Su gerente, Emilio Lago, coincide con el cálculo del INE de que la carne de ave se ha encarecido un 14% en el último año y advierte de que a esta subida se añaden “muchas otras” que afectan a los materiales que se utilizan para el embalaje.

Por ello, la empresa ha tenido que ajustar márgenes de beneficio y "reducir gastos todo lo posible", sobre todo a nivel de consumo energético. La gran diferencia frente a otras compañías es que el empresario considera que la compañía "ha tenido suerte", ya que el encarecimiento del coste de fabricación se ha visto compensado con "una subida de la producción de cerca del 10%" y un consecuente aumento de facturación.

El único escollo que rompe la lectura relativamente optimimista de Lago es el huevo y, particularmente, el acceso al mercado nacional de importadores de Estados Unidos o Reino Unido. El coste de esta materia prima se ha encarecido un 27% en el último ejercicio, pero según Lago el importe podría dispararse más si los productores gallegos y nacionales desvían sus productos a otras zonas donde pagan más. "Es la ley de la oferta y la demanda. Cuando un producto escasea, el precio de venta sube".

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