Las infecciones de transmisión sexual se disparan en el área: más de 500 casos en el último año

Las más prevalentes son la gonorrea, la clamidia y la sífilis, cuya incidencia llega a triplicarse respecto a 2020 ► La franja de 20 a 35 años es la que concentra más casos, aunque también hay diagnósticos a los 16 ► La falta de protección en las relaciones y la PrEP, entre las causas
Un profesión sanitario del CHUP manejando una muestra. BEA CÍSCAR
photo_camera Un profesial sanitario del CHUP manejando una muestra. BEA CÍSCAR

Las infecciones de transmisión sexual están en pleno apogeo. Los diagnósticos de enfermedades como la gonorrea, la sífilis o la clamidia se han disparado en los últimos tres años, llegando a cotas de incidencia que levantan la preocupación en el ámbito médico pero también familiar, porque quienes las padecen son cada vez más jóvenes.

El fenómeno es de ámbito estatal y se agudiza más en las grandes ciudades, pero el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés no ha permanecido, ni mucho menos, ajena a esta tendencia. Según datos del servicio de Microbiología del CHUP, el año pasado se detectaron más de 500 infecciones de transmisión sexual y con el (importante) matiz de que no todos los casos llegan al circuito sanitario, ya que hay patologías de este tipo que no se consultan y otras que llegan a cursar asintomáticas en el 80% de los casos.

Las que despuntan

De todas ellas, la gonorrea es la que ha crecido más en número de casos. Si en 2020 se confirmaron 59 casos con pruebas de cultivo y pruebas moleculares, el año pasado se diagnosticaron 186, un 215% más. La clamidia le sigue de cerca con 188 casos confirmados en el último ejercicio, un 104% más, y la sífilis tampoco se queda atrás.

Los laboratorios del Hospital Provincial evaluaron el año pasado 9.100 test en búsqueda de esta infección, que acabaron con una positividad superior al 1%; es decir, con algo más de un centenar de casos que también superan las plusmarcas de hace tres años.

Causas del incremento

La pandemia es uno de los factores que ha influido en el repunte, ya que el confinamiento y las posteriores medidas de prevención forzaron una reducción de las relaciones que, tras el control del coronavirus, volvieron a reestablecerse. Sin embargo, los expertos del área advierten de que en realidad el incremento de las ITS es multifactorial.

Una de las causas más evidentes es el cambio de hábitos en las relaciones sexuales y, según puntualiza Nuria Vázquez, internista del CHUP especializada en enfermedades infecciosas, una de las más importantes tiene que ver con "la relajación en el uso del preservativo", una práctica que se ha extendido peligrosamente entre algunas franjas de la población.

Según dice, las campañas de concienciación sobre la necesidad de usar medidas de protección siguen sobre la mesa, pero en su opinión y en la de muchos otros colegas de profesión, sería conveniente "lanzar mensajes que penetren más en la sociedad". Campañas, quizás, como aquel "Póntelo, pónselo" que promulgó el Gobierno central a finales de los 80 y que, años después, sigue en la retina de muchos espectadores.

Los efectos de la PrEP

El control de la transmisión del VIH y la rebaja del miedo a contraer el sida es otro de los factores que juegan a favor de las ITS.

En noviembre de 2019 el Sergas implantó en Galicia un protocolo estatal que permitió empezar a administrar la PrEP (Profilasis de Pre-Exposición), una medicación que reduce la probabilidad de contraer el VIH. El fármaco va dirigido a personas que están expuestas a contraer la enfermedad por medio de las relaciones sexuales o del uso de drogas inyectables, y en España se comercializa de dos modos: mediante pastillas (Truvada y Descovy) o inyectable (Apretude).

El doctor Julio Diz, integrante de la Unidad de Patología Infecciosa del CHUP, asegura que este tipo de tratamientos, así como los propios del VIH (que bloquean la enfermedad y la transmisión) han ayudado a cortar alas al virus. Sin embargo, precisa que desde hace tres años, coincidiendo con la puesta en marcha de la PReP, "se observa un aumento progresivo de las ITS". El especialista afirma que parte de este repunte se debe a "la realización de más cribados", pero que otra parte responde al cambio de hábitos en las relaciones sexuales.

Aplicaciones y estupefacientes

Otro de los factores que han facilitado la propagación de este tipo de enfermedades son las aplicaciones móviles que se utilizan para tener encuentros sexuales con personas desconocidas, un entorno donde existe una tasa importante de prácticas de riesgo.

Además, los expertos tienen puesto el foco en el "chemsex", una práctica que consiste en consumir estupefacientes para facilitar o intensificar la actividad sexual y que, según los especialistas, favorece los encuentros sin protección. "Está más generalizado en otras ciudades, como Madrid y Barcelona, pero se ha visto que es algo que incrementa la transmisión", apunta la internista del CHUP.

El perfil: cómo ha cambiado

Vázquez señala que en el área sanitaria la mayoría de los diagnósticos de ITS se producen en la franja etárea que va "de los 20 a los 35 años", pero también hay infecciones en pacientes con más y menos edad. De hecho, los casos de gonorrea contabilizados el año pasado comprenden diagnósticos en jóvenes de 16 años.

Según datos del Centro Nacional de Epidemiología, ya antes de la pandemia, entre 2016 y 2019, la incidencia de gonococo, clamidia y sífilis se duplicó entre los jóvenes de 15 a 19 años en España. Y otro a dato a tener en cuenta: según la Asociación Española de Pediatría, más del 50% de los menores de entre 14 y 17 años consume porno regularmente en Internet, otro de los entornos donde es visible el sexo sin protección.

El doctor Julio Diz ratifica que "ha bajado la edad", pero también que el perfil guarda pocas similitudes con el de antaño. "La mayor parte de las ITS que veíamos hace unos años se producían entre personas heterosexuales, que tenían relaciones sin protección y que, generalmente, tenían algún vínculo con la prostitución. En cambio, ahora las transmisiones más frecuentes se dan entre hombres y la edad ha bajado sensiblemente".

La resistencia a los antibióticos recorta la estrategia terapéutica

La clamidia, la gonorrea y la sífilis son provocadas por bacterias y por norma general pueden curarse con antibiótico, siguiendo una pauta que varía en función del estado del paciente y la enfermedad. El gran escollo es que la estrategia terapéutica se está acortando en no pocos casos debido a la multirresistencia que están presentando algunas cepas de estas bacterias frente a los antibióticos, lo que dificulta y recorta las posibilidades de tratamiento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisa que la gonorrea es la más resistente y que ya se han detectado algunas cepas que no reaccionan ante ningún antibiótico.

Prevención y reacción

La doctora Nuria Vázquez subraya que "el uso del preservativo es el método más eficaz para prevenir las infecciones de transmisión sexual" y que, cuando esto no sucede y la persona tiene prácticas de riesgo, lo recomendable es acudir al sistema sanitario para someterse a pruebas diagnósticas.

¿Qué se debe hacer si aparecen los síntomas? Recurrir al médico de cabecera aunque, si se mantiene una relación de riesgo con una persona infectada, lo aconsejable es ir a Urgencias "porque a veces se pueden hacer tratamientos preventivos".

Cómo se contraen y cómo se revelan
La gonorrea es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae y se puede contraer por contacto con la boca, la garganta, los ojos, la uretra, la vagina, el pene o el ano. En los hombres los síntomas más frecuentes son dolor al orinar, secreción en la punta del pene y dolor o hinchazón en un testículo, mientras que en las mujeres es habitual tener dolor al orinar, sangrado vaginal y dolor abdominal o pélvico.

La clamidia es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y es más común en personas jóvenes, especialmente en mujeres. Entre los síntomas destaca la aparición de flujo vaginal anormal y oloroso, y la sensación de ardor al orinar. Si no se trata, puede causar problemas de salud más serios y afectar a la fertilidad.

La sífilis está causada por la bacteria Treponema pallidum. y como muchas otras ITS es más común en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH) y personas con múltiples parejas sexuales que no utilizan medidas de prevención. El primer síntoma suele ser la aparición de una úlcera no dolorosa en la parte del cuerpo que ha estado en contacto con la bacteria. Suele localizarse con más frecuencia en pene, vulva, vagina y ano.