Aunque todavía faltan once días, muchos comercios de Pontevedra (sobre todo de determinados sectores) y muchos más consumidores tienen ya la vista puesta en el Black Friday, que este año se celebrará el viernes 25.
Si las dos ediciones anteriores estuvieron marcadas por la pandemia, en esta ocasión, las circunstancias que más influirán en la actividad comercial de esa jornada serán la inflación y el temor a la falta de ciertos suministros.
La política de covid cero llevada a cabo por las autoridades chinas ha provocado el cierre de numerosas fábricas para evitar la propagación de casos en el país asiático, que es uno de los principales proveedores del mundo en lo que respecta a tecnología, téxtil, juguetes y otro tipo de productos. A esto se suman las dificultades generadas en Europa por la invasión rusa a Ucrania. Y entre unas causas y otras, algunos productos están tardando más de la cuenta en llegar a las tiendas.
Además, la huelga iniciada este lunes por los transportistas (aunque no está teniendo el mismo seguimiento que la celebrada en marzo) ha venido a agudizar todavía más el problema.
"Nosotros ya tenemos la mayoría de artículos que se rebajarán por el Black Friday, pero si aumenta mucho la demanda, podría llegar a faltar alguno. De momento no hay problema, pero el temor está ahí", explicaba el responsable de Mardy Electrodomésticos, del grupo Euronics (situada en la calle Virxe do Camiño).
De hecho, también hay muchos consumidores que aprovecharán para adelantar las compras de regalos de Navidad y, de este modo, evitar quedarse sin ellos más adelante, tal y como apuntaron en Din&Don Jugueterías (en la calle Peregrina).
Adelantar compras
"Mucha gente compra ahora los regalos para luego no tener problemas ni agobios para conseguirlos", explicó una trabajadora de la misma juguetería, que añadió que algo que también está animando las ventas es el Bono Activa Comercio, un bono de 30 euros que la Xunta de Galicia ofrece a los consumidores para realizar compras en tiendas que se hayan suscrito a la promoción. El objetivo es reactivar el comercio local en los últimos meses del año y, de hecho, el período de validez se extenderá hasta el 31 de diciembre.
"Nosotros esperamos que el Black Friday vaya bien, en la línea de los años anteriores, porque vemos que la gente ya está bastante animada", indicaron en Din&Don.
También en Eurekakids (en la calle García Camba) afirmaron que no notan diferencia con respecto a años anteriores. "Aquí no trabajamos con juguetes de marcas tan comerciales, así que no nos afecta la crisis de suministros ni estamos teniendo ningún problema de abastecimiento", explicaron en este establecimiento, que celebrará este Black Friday con varios días consecutivos de descuentos especiales.
Tecnología
Uno de los sectores que más partido suele sacar a esta efeméride comercial de origen estadounidense es el tecnológico, donde esperan que la inflación y la crisis de abastecimiento no afecten a los resultados.
"Por ahora no estamos notando diferencia con otros años. La demanda ha aumentado un poco y los descuentos andarán entre el 20% y el 30%, dependiendo también de la bajada de precio que hagan los proveedores. Tampoco está habiendo de momento problemas de suministro", confirmaron en Infoponte Informática, en la calle Echegaray.
En Mardy Electrodomésticos añadieron que rebajarán "algunos productos específicos". "Nosotros trabajamos con unos márgenes muy reducidos, así que solo podemos rebajar aquellas piezas en las que el proveedor también baja algo los precios". En esos casos, los clientes encontrarán descuentos "de entre el 5% y el 30%".
De hecho, el otro condicionante de este Black Friday será la inflación, pues ante la subida generalizada de precios y la consiguiente bajada del nivel de ahorro, muchos consumidores están esperando a esta jornada de descuentos para conseguir aquellas cosas que buscan algo más baratas que el resto del año.
