Inspeccionan en los puertos un contenedor a la hora en busca de coca

La compañía fiscal de la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera vigilan la mercancía procedente de puertos ‘calientes’, especialmente de Sudamérica
Una revisión a través del scanner
photo_camera Una revisión a través del scanner

El tráfico de drogas a través de contenedores se ha convertido en la gran baza de los narcos gallegos en los últimos años, llegando a superar en cantidad a los alijos tradicionales que entran en las rías a través de planeadoras. Llegó a ser un negocio redondo hasta 2010, cuando la Policía y la Guardia Civil asestaron los primeros golpes importantes a las mafias que contaban con ramificaciones en Sudamérica y con contactos en las dársenas pontevedresas para recoger las sustancias estupefacientes. Las autoridades disponen en la actualidad de medios técnicos interesantes como el scanner o el Megaport (un sistema de rayos ‘x’ instalado por Estados Unidos para inspeccionar las partidas dirigidas a su propio país), presentes ambos en el Puerto de Vigo, más vigilado, pero no en el de Marín. Sin embargo, la escasez de personal y la gran cantidad de contenedores que entran cada día hacen que el control de la entrada de droga (y de otras mercancías ilícitas) se haya convertido "en un trabajo de chinos", como reconoce el jefe de la compañía fiscal y de fronteras portuaria y aeroportuaria de la provincia, José Benito Fernández Santamarina, que lleva cuatro años supervisando el trabajo de medio centenar de efectivos en la estación marítima de Vigo. "El puerto es un trabajo de chinos, ya no por la pesca sino por el movimiento de vehículos, sino por el contenedor". Se inspeccionan unos 20 contenedores cada día.

El mando del Instituto Armado reconoce que "el gran caballo de batalla lo tenemos en la lucha contra el narcotráfico, las falsificaciones o el contrabando de tabaco, aunque también se hacen controles de sanidad. Ese es el mayor riesgo que tenemos, sobre todo por la posible introducción de drogas".

El capitán Santamarina reconoce que los contenedores que se inspeccionan "son un porcentaje mínimo, porque el puerto tiene que ser competitivo y nosotros tenemos que trabajar con la dinámica portuaria. Prima la seguridad sobre la rapidez en despachar un contenedor, pero nosotros no entorpecemos la dinámica. En el barco que viene de Guayaquil o Balboa, en el que llegan 70 ó 80 contenedores ‘calientes’, se hacen más inspecciones que en los demás".

"Revisamos un porcentaje mínimo porque el puerto tiene que ser competitivo, pero las cosas funcionan razonablemente bien"

Sobre el modus operandi de los narcos, el jefe de la compañía explica que "si tienen que contratar un barco para traer 2.000 kilos de cocaína se arriesgan muchísimo porque si cae el barco caen los 2.000 kilos, pero si se dividen en bloques de 100 podemos detectar un contenedor, pero 20 es difícil que se aprehendan".

A nivel estadístico, en el puerto de Vigo "no hemos hecho grandes aprehensiones, lo que puede indicar que es seguro, menos ‘caliente’ que, por ejemplo, Algeciras. Vigo tiene tráficos directos, pero la mayoría son indirectos. Los grandes puertos son Rotterdam y Amberes en el Norte y Algeciras en el Sur, y las líneas tocan primero esos puertos, que son los más ‘calientes’.

A nivel aduanero, los puertos de Vilagarcía y de Marín dependen de Vigo. En cuanto a la Guardia Civil, hay un proyecto que conduce a lo mismo. "Nuestro servicio fiscal dispone de patrullas que actúan fuera de los recintos por todo el territorio provincial. Todo ello está integrado con el sistema de cámaras SIVE que se controla desde Pontevedra".

Sobre los sistemas de ocultamiento, Santamarina apunta que "ya no me sorprende que dentro de una piedra o que dentro de madera oculten droga. La última aprehensión que hicimos en el aeropuerto fue cocaína oculta en geles. Disimulan las sustancias en cualquier tipo de mercancía con técnicas infinitas".

GANCHO CIEGO MEJORADO. La Guardia Civil señala que las mafias que emplean el gancho ciego (técnica criminal que consiste en colar una mochila con cocaína en un contenedor lícito y recogerla en destino sin infundir sospechas) lo hacen ahora de un modo más minucioso. "Lo tienen más difícil porque ya se detecta con la sola apertura del contenedor. Ahora lo camuflan más, ya no en la primera línea de la mercancía sino en segunda, por ejemplo. Ellos saben que las posibilidades de que detectemos la mercancía son nulas a no ser que vaciemos el contenedor, algo que se hace muy pocas veces".

El responsable del servicio, siguiendo la línea de otros mandos policiales, pide más medios humanos para hacer frente al trabajo. "Con la crisis hemos perdido gente que no hemos recuperado. Hemos mantenido el mismo tipo de servicio. Somos unos 50 miembros que cubrimos 24 horas. Parece un buen número pero no es suficiente. Lo bueno es que trabajamos en coordinación con el Dava y eso nos ayuda".

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