Investigan la rotura de la balanza del Fiel Contraste

Las cámaras de vídeo arrojarán luz sobre el enésimo ataque a la escultura pontevedresa
La parte derecha de la báscula amaneció arrancada
photo_camera La parte derecha de la báscula amaneció arrancada

De nuevo la balanza y de nuevo durante una noche de ‘movida’. Las agresiones, tanto accidentales como intencionadas, a los conjuntos escultóricos de la ciudad se vienen repitiendo con una preocupante frecuencia y el último caso se dio la pasada madrugada en El Fiel Contraste, situado en la calle Alhóndiga, cuya emblemática báscula amaneció parcialmente rota.

Las autoridades investigan el origen de este suceso y no descartan ninguna opción, pues tanto pudo haber sido fruto de un golpe involuntario con algún vehículo como del ensañamiento de los vándalos. En cualquier caso, los autores tuvieron que emplear mucha fuerza para desgajar la reforzada estructura de acero.

Ahora serán las cámaras de vídeo que se distribuyen alrededor de la Casa Consistorial las que arrojen luz sobre esta misteriosa rotura, como ya hicieron antes en situaciones similares.

DESDE EL PRIMER DÍA. El Fiel Contraste fue encargado por la concejala Teresa Casal al artista ourensano Ramón Conde y se inauguró en la calle Alhóndiga (justo detrás del Concello) a finales de abril de 2010. La figura humana, de 1,93 metros de altura y 300 kilos de peso, representa al funcionario municipal que en el siglo XV se encargaba de dar fe (de ahí su nombre) de las medidas y pesos utilizados en la compra y venta de los productos. Una suerte de notario, fundamental para evitar pleitos y estafas, que tuvo su precedente en las ciudades musulmanas con el almotacén, que controlaba pesos y medidas, la fijación de precios y la limpieza y urbanismo.

Desde los primeros días, el conjunto escultórico se convirtió en objetivo de los gamberros, especialmente la balanza, su elemento más identificativo (y también el más vulnerable). A finales de noviembre de 2010, los vándalos consiguieron arrancarla tras dos intentos casi consecutivos. Eso motivó que en la restauración, tanto la muñeca del funcionario como el instrumento fuesen considerablemente reforzados.

Desde entonces, el conjunto ha recibido todo tipo de agresiones, sobre todo con pintura. En febrero de 2011, al igual que otras esculturas de la ciudad (Valle Inclán, La Tertulia...), recibió un tratamiento antigrafitis, consistente en aplicar una pátina protectora con efecto hidrofugante, que permite eliminar cualquier pintada solo con vapor de agua.

Sin embargo, esta medida no impidió que al mes siguiente -en plena celebración de los Carnavales- sufriese una agresión con pintura azul en la entrepierna y dos meses después otra, también nocturna, con pintura dorada en la misma zona y también en la cabeza.

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