Con el cambio de hora, quienes madrugaron este domingo en la Boa Vila sintieron un frío del todo inusual en el mes de octubre. Los tres grados que marcaron los termómetros a primera hora sorprendieron incluso a los meteorólogos, que esperaban mínimas de cinco. Los gorros y las bufandas ya acompañaron a los abrigos en los paseos dominicales de muchos pontevedreses, una estampa más propia de pleno invierno que de finales de octubre, fechas en las que otros años los mercurios no bajan de los diez grados.
Pero si en la ciudad del Lérez se dejó sentir el frente frío procedente del Mar del Norte, en el interior de la provincia la nieve cuajó en cotas en las que esto solo se produce a partir de diciembre, no solo en las cumbres de Rodeiro, Lalín, Dozón o Forcarei, sino en puntos más bajos, a partir de los 500 metros. Los más atrevidos se desplazaron a los montes cercanos para disfrutar del fenómeno meteorológico durante la mañana del domingo.
En cuanto a incidencias, en la provincia de Pontevedra no resultaron de consideración, más allá de la caída de un árbol en la zona de A Cañota (en la parroquia de Alba, en el término municipal de Pontevedra). Además, se contabilizaron algunas incidencias en la PO-533 a su paso por Lalín a causa de la nieve acumulada en varios puntos durante la noche.
Los valores más gélidos registrados este domingo en los termómetros se detectaron en el interior de la provincia (cero grados en Lalín y temperaturas inferiores en determinados núcleos del interior). En Caldas y Pontevedra las mínimas oscilaron entre los dos y los tres grados, aunque la máxima en la Boa Vila rozó los 15.
En cuanto al resto de la semana, los meteorólogos prevén la entrada de un nuevo frente oceánico durante la noche de este lunes que traerá consigo lluvias, que, si bien no serán persistentes, sí servirán para moderar los mercurios, que se ubicarán en guarismos más típicos de esta época del año.
