Jóvenes y sin comorbilidades, así son los pacientes covid que están en la Uci

La Unidad de Cuidados Intensivos de Montecelo tiene hospitalizados a seis pacientes, uno de ellos desde principios de mayo 
Un profesional atiende a un paciente ingresado en las unidades de críticos. DP
photo_camera Un profesional atendiendo a un paciente covid ingresado en las unidades de críticos.

Sin lugar a dudas el porcentaje de casos graves de covid de esta quinta ola no tiene nada que ver con el de embestidas anteriores del coronavirus, pero tampoco el perfil de pacientes.

Los enfermos contagiados que están ingresando en la Unidad de Cuidados Intensivos (Uci) de Montecelo "son jóvenes", generalmente con edades por debajo de los 50 años, y un número importante "no tienen comorbilidades o únicamente presentan obesidad", un prototipo que "era infrecuente en las olas previas", advierte la jefa del servicio de Medicina Intensiva del Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés, Pilar Posada.

Desde finales de junio, la Unidad ha atendido a un total de ocho pacientes covid. Actualmente, están ingresados cuatro con la enfermedad activa y otros dos casos que ya se han "negativizado", es decir, que ya no tienen la infección activa, pero que siguen lidiando con las secuelas de la enfermedad. Uno de ellos fue hospitalizado hace poco, pero el segundo lleva ingresado desde principios de mayo, llegando este martes a los 78 días hospitalizado en críticos. "Es el paciente que lleva más tiempo con nosotros, aunque hemos tenido otros ingresos más prolongados", advierte Posada. El récord lo tiene una paciente que llegó a los 133 días en la Uci.

VACUNADOS INGRESADOS. La especialista confirma en esta quinta ola que el porcentaje de hospitalización respecto al número total de contagios ha decrecido, de modo que "hay muchos menos pacientes ingresados en el hospital y la Uci". Las características de las cepas circulantes pueden tener algo que ver con esta evolución, si bien Posada estima que la caída de los ingresos está más relacionada "con que las personas más vulnerables y que antes ingresaban en la Uci, ahora están vacunadas". Así, "aunque algunas se infectan, tienen en general una enfermedad más leve".

Según la médica intensivista, actualmente hay "varios ingresos de personas completamente vacunadas", pero de momento ninguna de ellas ha requerido ser derivada a la Uci.

FALTA DE PONTEVEDRA. A nivel servicio, la escasez de personal sigue siendo uno de los principales hándicaps. En la categoría de enfermería el déficit de recursos humanos "es un mal antiguo" que no se ha resuelto pese a las reclamaciones cursadas por la responsable del servicio para incrementar la plantilla. Así, "la ratio de enfermeras por paciente está por debajo de la que recomienda nuestra sociedad científica para una Uci de un hospital de nuestro nivel", indica Posada.

En las olas previas se rescató personal de otras áreas para reforzar el servicio, pero en esta ocasión "esto no se ha producido". En el último mes se añadió al equipo a una auxiliar el turno de tarde, pero las reclamaciones para reforzar el plantel de enfermería "todavía no han dado resultado".

Las listas de contratación de profesionales de esta categoría "han quedado vacías" a causa de las sustituciones hechas para cubrir las vacantes del personal de vacaciones. Y a esto se suma ahora una explosión de contagios que ha hecho que el Chup tenga "personal sanitario infectado". Por suerte, la inmensa mayoría desarrolla "formas leves de la enfermedad", pero esto "les obliga a estar confinados".

Como consecuencia, "nos encontramos con que no hay de dónde sacar enfermeras para reforzar, ni siquiera para cubrir las bajas, que se están cubriendo de nuevo con el enorme sacrificio de un personal que lleva más de un año en una situación extrema y que ahora vuelven a estar doblando turnos. Así que ciertamente la situación es límite y en este momento el déficit crónico de enfermeras lo está pagando un personal que no ha dejado de darlo todo", reflexiona la responsable del departamento.

SOBRECARGA. Durante la pandemia la actividad del servicio de Medicina Intensiva se incrementó en más del 50%, con picos puntuales de más del 150%. En los momentos más críticos obtuvo la colaboración de otros servicios, pero no así "en el grueso de estos meses, que ya son muchos".

Según explica su titular, la plantilla fue reforzada con un único facultativo y en estos momentos afronta una carga de trabajo similar a la del otoño pasado, atendiendo a entre 12 y 18 pacientes diarios en un servicio dimensionado para 10. "Tenemos que disfrutar de las vacaciones, que son imprescindibles después de un año tan duro, pero esto es a costa del sacrificio de la plantilla. Esto es lo habitual en los servicios hospitalarios (...), pero nuestra actividad es a demanda (no se puede reducir), por lo que es el esfuerzo de cada uno lo que hace posible las vacaciones de todos".

Más de 40 críticos en la tercera ola
La tercera ola de la pandemia que detonaron las pasadas Navidades sobrepasó la capacidad de la Uci, donde están habilitadas 10 camas. Montecelo llegó a asistir de forma simultánea a más de 40 pacientes graves, lo que obligó a derivar pacientes a Vigo y a habilitar otras tres unidades de críticos en Reanimación, la Unidad de Corta Estancia y la Unidad de Despertar (con la colaboración de los profesionales de Anestesiología o Cirugía). Desde entonces, la presión ha ido disminuyendo, gracias a las restricciones y la vacunación, aunque es un parámetro que se vigila de cerca a la hora de elegir qué tipo de limitaciones se aplican en cada ayuntamiento.

"EXCELENTES RESULTADOS". La jefa del servicio de Medicina Intensiva, Pilar Posada, agradece el esfuerzo que están realizando los profesionales de su área para cubrir las ausencias, "un esfuerzo que en esta situación de pandemia es todavía mayor". "No puedo menos que agradecer el trabajo de todos los componentes del equipo que han conseguido sacar adelante toda la tarea encomendada con unos excelentes resultados".