Juan Manuel Sánchez Gordillo: "El capitalismo es necrófilo"

"Matar por una idea, no. Yo no mataría por ninguna idea. Pero morir, hay que morir. Así que morir por algo justo no me parece tan mala cosa. Yo moriría defendiendo una idea justa". El alcalde de Marinaleda imparte este viernes la lección de clausura de la Semana Galega de Filosofía

El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, este jueves, en el Parador de Turismo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, este jueves, en el Parador de Turismo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

"NO SE PUEDE hablar de libertad si no hay igualdad. La libertad sin igualdad no existe". Juan Manuel Sánchez Gordillo (Marinaleda, Sevilla), maestro, sindicalista y político (primero en Izquierda Unida y después en la Candidatura Unitaria de Trabajadores), es alcalde de su localidad natal desde 1979. Polémico, radical y vehemente en su defensa de las ideas de izquierdas, firme defensor de la desobediencia civil, más allá del perfil mediático que se ha ganado, entre otras cosas, tras defender, en 2012, la entrada de unos militantes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en dos grandes superficies comerciales para extraer alimentos que después entregaron en un comedor social, Sánchez Gordillo puede presumir de haber conseguido, en Marinaleda, el pleno empleo, el acceso a la vivienda desde los 15 euros, la desaparición de la Policía Local y un sueldo medio de 1.200 euros para todos los habitantes de su pueblo. "Ni Robin Hood, ni Astérix, ni nada de eso. No me gustan esas comparaciones. Si nosotros hemos podido, se puede. Lo que hay que hacer es luchar".

Si se atiende a la actualidad y ya que es usted político, habría que empezar preguntándole si tiene sus títulos académicos en regla. ¿Los tiene?
Yo lo que tengo es un máster en lucha. Me ha costado mucho esfuerzo y mucha pelea. Pero ninguna persona es más porque tenga más títulos. Se pueden tener muchos títulos y ser analfabeto perdido. Los papeles solo sirven, muchas veces, para disfrazar lo que no se es.

¿Pero un político que miente en su currículum debe dimitir?
Hombre, por supuesto. Tiene que irse a su casa. Por embustero. Pero, sobre todo, un político debería dimitir cuando no es coherente. La ética en política debería ser indispensable. Y la ética es mantener una coherencia entre el discurso y la práctica. La política está para dar respuesta concreta a los problemas que tiene la gente: vivienda, alimentación, sanidad... Cuando no está para eso se convierte en el arte de la mentira y del engaño. Manda entonces el mercado y los gobiernos son simples marionetas del poder económico. Ética y capitalismo, como democracia y capitalismo, son conceptos incompatibles. El capitalismo no respeta los derechos humanos. El capitalismo es necrófilo: necesita de la muerte para vivir. Es un sistema que inventa guerras para sobrevivir, un sistema que permite que muera gente intentando cruzar el mar para llegar al otro lado... Es tremedamente violento. El cristianismo, que dice que el otro es tu hermano. Se reduce al primero yo, luego yo y después yo. Es individualismo e insolidaridad.

Muchas veces hay que incumplir la ley. Es la dictadura de la clase dominante. Si Espartaco se hubiese sometido a la legalidad, aún tendríamos la argolla puesta

Coincide entonces con lo expuesto a lo largo de esta Semana de Filosofía, donde se ha contrapuesto lo común al sistema capitalista.
Lo que pasa es que ahora mismo está perseguido lo común. Porque lo que interesa es que todo el poder permanezca en el ámbito privado. Hay que eliminar todo lo público, cualquier espacio de la comunidad. Es un peligro. El capitalismo es una gran mentira: dice una cosa y practica la contraria. Dice que la vivienda es un derecho, pero la ha convertido en una mercancía y un negocio. Si no tienes dinero, te quedas en la calle. Abrir espacios comunitarios, del tipo que sean, tiene que ser combatiendo el capitalismo. Solo así es posible. Lo común tiene que ser subversivo, revolucionario.

¿Y si es necesario incumplir la ley, se incumple?
Por supuesto. Hay que incumplir la ley muchas veces. Casi siempre. ¿Porque la ley qué es? La dictadura de la clase dominante. Ahí tienes a los bancos llevándose el dinero de la gente, miles de millones, blanqueando dinero de las drogas, del tráfico de armas, todos ellos, del primero al último. Entonces, es necesario subvertir el orden de las cosas. Hay que cambiar la ley.

Pero una cosa es aspirar a cambiar las leyes y otra incumplir las que uno considere. ¿Dónde se pone el límite?
En la justicia. Pero no en la que te dicta un juez, sino en la justicia social. ¿Por qué no puede existir un banco público que intervenga en donde sea necesario? ¿Por qué la energía no ha de ser pública cuando el Sol o el viento o las estructuras hidroeléctricas lo son? ¿Por qué ahora mismo el 75% del agua dulce está en manos privadas en el mundo? Los recursos naturales se los está quedando el capital privado. Hay que romper con todo esto. Será legal, pero es injusto. El que no tiene dinero para pagar su casa es un delincuente, pero que unos fondos buitre se hagan con no sé cuántas viviendas y echen a la gente a la calle es correcto. Si Espartaco se hubiese sometido a la legalidad, todavía tendríamos la argolla puesta. Si no se rompe la ley, no se producen cambios.

Jamás se cuestiona el sistema. Jamás se lanza una alternativa. Igual que en Andalucía tenemos terratenientes, en los medios hay prensa-tenientes

En España casi ocho millones de personas votan al Partido Popular. ¿Qué opinión le merecen?
¿Qué puedo decir? Cada vez existe una mayor manipulación y una menor libertad de expresión. La burguesía tiene el control de los grandes medios de comunicación. ¿Quién tiene un medio para decir sí o no a una guerra? ¿Tú ves que se debata hoy en algún medio sobre la guerra de Irán, de Afganistán, de Siria, de Libia...? ¡Pero si Antena 3 y La Sexta son del mismo dueño! Jamás se cuestiona el sistema. Jamás se lanza una alternativa. Igual que en Andalucía tenemos terratenientes, en los medios hay prensa-tenientes. Y vosotros sois sus jornaleros.

Va a reunirse con el alcalde de Pontevedra. La oposición le echa en cara la alta tasa de desempleo en la ciudad (19,5%), a lo que él responde diciendo que no tiene competencias suficientes para hacerle frente. Usted que presume de pleno empleo en Marinaleda, cuéntele el secreto.
La lucha. Los derechos se consiguen luchando. Y es lo único que nos queda: la movilización no violenta. Porque es verdad: los ayuntamientos no tienen competencias ni un duro para sacar adelante proyectos. Todo lo que hemos conseguido en Marinaleda, vivienda de 90 metros cuadrados con 100 de patio por 15 euros al mes, empleo a través de las cooperativas... ha costado muchos años de lucha y de pelea. Nos ha costado huelgas de hambre, marchas, hemos parado el Ave, nos hemos metido en aeoropuertos y bancos, hemos hecho ocupaciones... Pero es que el techo y las personas no son una mercancía. No hace falta hacer una revolución para conseguir esto, lo que hay que tener es un poquito de vergüenza, que no se tiene. Nadie quiere limosna, lo que se reclama es dignidad.

Lores cumple 20 años en la alcaldía en 2019. Usted 40. ¿No es sano que se renueven los cargos en las instituciones?
Sí, claro, por supuesto. Pero yo me considero un líder colectivo. Soy la cara conocida, pero la lucha es del pueblo. Y te diré que, sobre todo, de las mujeres.

¿Hasta la victoria siempre?
Lo que pasa es que no nos dejan ganar. Pero hay que dar la pelea.

Lección de clausura y conclusiones
La Semana Galega de Filosofia será clausurada este viernes (20.00 horas) con una conferencia de Juan Manuel Sánchez Gordillo. La impartirá justo después de la lectura de conclusiones por parte del Aula Castelao. Antes, por la manaña (10.30 horas), intervendró María Eugenia Rodríguez Palop. Su ponencia se titula ¿Somos y seremos los mismos tras beber y vivir de lo común?. La sesión de la tarde (17.00 horas) correrá a cargo de Damián Copena, que hablará que Acción colectiva, común e economía ecolóxica. Teatro Principal. Entrada libre.

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