Así le llaman los pocos vecinos que han podido verle in situ en alusión a la calle en la que vive, Juan Bautista Andrade. Asustadizo y escurridizo, como todos los de su especie, Juanito lleva al menos un año habitando entre la maleza que cubre una parcela entre dos edificios de la parte alta del citado vial, apenas 300 metros al Norte del estadio de Pasarón y a menos de dos kilómetros de distancia de la Praza da Ferrería.
Un equipo de este periódico, que recibió la información por parte de los testigos, logró captar las imágenes del cérvido, un ejemplar adulto de más de un metro de longitud con una cornamenta completa que, según los expertos, tiene aproximadamente un año y medio de vida.
La incógnita es cómo ha ido a parar Juanito a esta zona de la parroquia de Lérez, muy cerca del supermercado Froiz. En junio de 2017, el Seprona tuvo conocimiento de la presencia de un cervatillo en las inmediaciones. Sin embargo, según los vecinos que le habían visto, los agentes no lograron capturarle.
Este año, con la llegada del buen tiempo, el animal se ha vuelto a dejar ver. Una especie de costumbres, sale a pastar desde su refugio, que podría estar en una casa en ruinas repleta de maleza, a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Habita en un grupo de parcelas sin cierre aparente del tamaño de un campo de fútbol. Sus únicos lindes son los viñedos, los muros de una casa y las medianeras de los grandes edificios, desde donde los privilegiados vecinos pueden observar sus rutinas si tienen la paciencia suficiente para ello.
