La jueza atribuye un delito de lesiones graves al joven que se 'refugió' en el río Lérez

En prisión por una causa anterior, le habría partido el cráneo a un hombre en un pub de la calle Sagasta
El investigado, saliendo del cauce del río. DAVID FREIRE
photo_camera El investigado, saliendo del cauce del río. DAVID FREIRE

El Juzgado de Instrucción 3 de Pontevedra ha abierto una nueva investigación sobre hechos presuntamente cometidos por Driss E.M., el joven vecino de la Boa Vila que decidió huir de la Policía saltando al río Lérez el lunes de la semana pasada. El individuo, que estaba en búsqueda y captura y que ingresó en prisión para cumplir una pena por malos tratos que tenía pendiente, se encuentra ahora con un nuevo frente judicial en el que le atribuyen un delito de lesiones graves (que podrían desembocar, tras la fase de Instrucción, en una imputación de homicidio en grado de tentativa) después de golpear brutalmente a otro hombre en el interior de un pub de la calle Sagasta cuando se encontraba cerrado.

Los hechos tuvieron lugar en el mes de julio y se desencadenaron después de una riña entre dos mujeres que se produjo en el mismo establecimiento dos días antes, según señalan fuentes de la investigación. Aquel día, las dos mujeres se enzarzaron, una de ellas tomó un cristal roto y le provocó un corte a la otra, que tuvo que ser trasladada al hospital con heridas leves. El investigado estaría relacionado con la pareja de la víctima de esa primera agresión, mientras que el joven que posteriormente sería golpeado tendría que ver con la mujer que provocó la herida esa noche. El caso es que dos días después y en el mismo escenario, ya con el local cerrado, Driss E.M. habría propiciado un brutal golpe al citado individuo que le provocó fractura de cráneo y que a día de hoy, medio año después de lo sucedido, todavía le mantiene convaleciente, recuperándose de aquella agresión.

El investigado saltó a las primeras páginas de todos los periódicos después de protagonizar un intento de fuga con pocas opciones de prosperar después de meterse en el cauce del Lérez ante la presencia de la Policía Local. Allí se mantuvo, pese a las bajas temperaturas reinantes, más de una hora, consciente de que si se entregaba iría a prisión. El jefe de los Municipales le hizo entrar en razón.

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