La pericia de una experta letrada, Carmen Ventoso, ha servido para que Ángel L.P,, alias El Largo, uno de los camellos más activos de Pontevedra y sus alrededores en los últimos meses, haya podido esquivar, al menos por ahora, el ingreso en un centro penitenciario. El individuo, que fue juzgado tras ser interceptado en posesión de cocaína suficiente como para elaborar 3.000 dosis (una parte en su vehículo, en el polígono industrial de O Campiño, y el resto en su domicilio, en Meis, en abril de 2017), llegó a un acuerdo con la Fiscalía y fue condenado a un año y medio de prisión, una pena que no cumplirá, en virtud del dictamen, si no delinque en los dos próximos años.
Se da la circunstancia de que el ahora condenado fue cazado apenas dos meses después de los citados hechos en la misma zona, en el marco de un control efectuado cerca del área industrial del Este de Pontevedra. En esa ocasión, en mayo de 2017, intentó fugarse mediante una maniobra evasiva hacia el parque empresarial, siendo detenido instantes después. Se había desprendido de una bolsa que contenía coca para fabricar otras 500 dosis, según el Instituto Armado.
La sentencia, que incluye el pago de 56.515 euros en concepto de multa (que, si no satisface, deberá conmutar por 300 días entre rejas), detalla que, además de la droga, los agentes se incautaron de distintas cantidades de sustancia de corte para el adulterado de la cocaína, así como de una báscula de precisión y de anotaciones relacionadas con sus actividades ilícitas.
El procesado se benefició de que el Código Penal vigente no contempla para la suspensión de la pena hechos no juzgados hasta el momento, ni tampoco detenciones posteriores. Así, la ponente del dictamen detalla que "el condenado presenta, a priori, un pronóstico favorable de comportamiento futuro no delictivo", pese a que apenas unas semanas después de los hechos a los que se refiere la sentencia volvería a ser detenido en circunstancias casi idénticas.
El Largo también se halla a la espera de ser juzgado por su participación en la operación Malecón, que implicó un amplio despliegue policial desarrollado por el Grupo Operativo de Tráfico Medio de Estupefacientes de la Comisaría de Pontevedra a principios de 2015 que incluyó la detención de dos porteros de conocidos pubs de la ciudad por presunta venta de cocaína en locales de ocio nocturno. Semanas después de aquellos arrestos sería detenido el ahora condenado, considerado uno de los principales suministradores de droga de los porteros. Por aquellos hechos ingresó en prisión preventiva, circunstancia que tampoco se tiene en cuenta a la hora de valorar una más que probable reincidencia en el delito.
