Juzgan a un policía pontevedrés por traficar con drogas y revelar inspecciones a clubes de alterne

El agente se sienta esta semana en el banquillo de la Audiencia de Pontevedra junto a otras trece personas

Interior de un club de alterne. DP
photo_camera Interior de un club de alterne. DP

Catorce personas se sentarán esta semana en el banquillo de la Audiencia Provincial de Pontevedra componiendo un nuevo macrojuicio con el narcotráfico como telón de fondo.

Entre todos ellos destaca en este caso la presencia de un agente de la Policía Nacional de la Comisaría capitalina, Lucas R.P., acusado no solo de un delito contra la salud pública por la supuesta venta de pequeñas cantidades de cocaína y de operaciones de compraventa de hachís (en este caso, de mayor calado), sino también de un delito de revelación de información reservada, pues se dedicaba, según la Fiscalía, a advertir a los dueños de clubes de alterne que frecuentaba acerca de las redadas que iba a efectuar la Brigada Provincial de Extranjería.

La Fiscalía señala que el agente, ahora jubilado, suministraba cocaína e información privilegiada a los gerentes del local

El operativo policial, desarrollado por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (Edoa) de la Guardia Civil, afectó a personas dedicadas a la venta de droga en las cuatro esquinas de la provincia. Así, entre los acusados hay personas de la zona de O Grove, Ribadumia, Bueu, Poio, Corcubión, Cambados, Marín y Pontevedra.

Las investigaciones tuvieron lugar a partir de finales de 2006 bajo la coordinación del Juzgado de Cambados y acarrearon incautaciones de cocaína, heroína y hachís en distintos puntos de la provincia, así como el decomiso de útiles para su procesado y la elaboración de las dosis.

El cuanto al agente, actualmente jubilado, el fiscal sostiene que "simultaneaba su actividad profesional como Policía Nacional con su dedicación a distribuir cocaína a pequeña escala entre los regentes de los clubes de alterne de Pontevedra y las prostitutas que trabajaban en ellos".

La acusación pública explica que llegó a encargar la adquisición de diez kilos de hachís para intercambiar por cocaína y abastecer a sus clientes, un pase que fue interceptado por los investigadores. Además, se le atribuyen chivatazos a los inspectores de los clubes de redadas de Extranjería.

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