La ciencia, mejor en familia

Gloria Rivas y sus padres, Chus y José, ganaron la última edición de Pontenciencia con un análisis del potenciador de sabor glutamato monosódico. "Llegó a formar parte de nuestra vida"
Gloria muestra su diploma a la familia ganadora
photo_camera Gloria muestra su diploma a la familia ganadora

Glutamato monosódico: do alga kombu á comida rápida’ es el título del proyecto con el que los Rivas Novoa se proclamaron ganadores de la última edición de Pontenciencia en la categoría de familias, venciendo a otras nueve aspirantes. Gloria Rivas, de 11 años y alumna de 5º de Primaria en el CEIP A Xunqueira I, iba a participar con otra compañera, pero finalmente acabó formando equipo con sus padres, Chus y José.

La elección del tema no fue fácil. "Estuvimos muchos fines de semana eligiendo ideas". Esta se la proporcionó el abuelo materno, ingeniero -el paterno es el exalcalde de Pontevedra Rivas Fontán-. "Nos dijo que había encontrado información sobre el glutamato monosódico y que le llamaba la atención. Nos propuso la idea". Pero ¿qué es esto? "Es un potenciador de sabor y neuroestimulador", explica Gloria como una científica de primer orden. También conocido como E-621, el aditivo está presente en numerosas variedades de comida rápida (pizzas, hamburguesas..) y preparada (sobre todo pastas, pero también fuet o jamón cocido envasado, aceitunas...) que se puede encontrar en cualquier supermercado.

Hay alimentos como el queso parmesano que tienen glutamato en su composición original, al igual que el alga kombu. "Un científico japonés, Kikunae Ikeda, al que le encantaba la sopa miso, que la lleva, intentó identificar ese sabor", explica Chus Novoa. Resultó ser el umami (sabroso en nipón), último de los cinco sabores básicos junto con el dulce, ácido, amargo y salado. "Es un sabor extraño, algo más que salado. Después se hizo el estudio a nivel industrial y se extrajo de otros orígenes".

Además contactaron con varias cadenas de comida rápida y les preguntaron si sus productos llevaban glutamato. Todavía siguen esperando la respuesta. "No tienen ninguna transparencia con este tema porque hay muchas teorías en contra del glutamato y no quieren decir que sí lo llevan", señala Gloria. Pero este vacío no amilanó a los Rivas Novoa, que investigaron intesamente tanto en Internet como en los propios establecimientos, donde escudriñaron cada etiqueta para encontrar el aditivo en cuestión. Gloria apunta que en Nueva Zelanda "le hicieron a McDonalds una pregunta así y respondieron que no, pero sí llevaba algo prácticamente igual, el extracto de levadura".

La niña confiesa que se mostró más nerviosa en su exposición ante el público que delante del jurado. La conclusión es que el glutamato, sin embargo, no parece ser tan malo. "Lo utilizan mucho en Asia. Allí es tan común que lo tienen en la mesa junto a la sal. Nos preguntamos por qué aquí no se puede tener si no hay ningún problema. Hay teorías que van en contra, pero es legal".

Los padres de Gloria se quedaron encantados con la experiencia. "Como José es ingeniero industrial y está acostumbrado a un método de estudio y recogida de datos nos orientó un poco en la organización del trabajo. Fuimos contribuyendo todos. Fue muy divertido ir a los supermercados a ver los datos, aprendimos mucho de este potenciador de sabor", explica Chus.

Una de las claves del análisis fue conseguir el propio glutamato. Pensaron que sería difícil, pero lo compraron en una tienda madrileña a través de Internet. "Es un producto japonés. También pedimos algas por su origen". Su nombre original es ajinomoto, "que en japonés se traduce como esencia de sabor. Es como sal pero cristaliza en rectángulos finitos. Nos gustó tocarlo, probarlo en arroces y otros platos... Así fuimos experimentando y llegó a formar parte de nuestra vida".

"Vimos que si te pasabas con la cantidad producía el efecto contrario. Hay que calcular muy bien. Con un gramo es suficiente para un plato grande", apunta la niña. "Es como las sopas de sobre, que sí lo llevan. Le da un puntito más de sabor", apostilla su madre.

Los Rivas Novoa no se limitaron a probar el aditivo, sino que hicieron un experimento con 22 invitados. "Lo hicimos en dos días, gran parte en mi cumpleaños. Les dimos a probar el mismo plato con glutamato y sin él, sin decirles cuál lo llevaba, y que nos dijeran cuál les gustaba más. Teníamos arroz, hamburguesas y gusanitos. Los resultados fueron muy buenos. A casi todos les gustaron más los platos con el potenciador".

Experimento. "Se quedaron muy sorprendidos, casi nadie lo conocía. Al principio lo probaron un poco asustados, pero al saber que está presente en muchos productos habituales se quedaron tranquilos". Después de esta experiencia no dejarán de lado el glutamato. "Los japoneses viven muchos años y están bien conservados, así que no creo que pueda ser malo, pero tampoco hay que pasarse con los aditivos".

La familia solo tiene palabras de agradecimiento para la organización de Pontenciencia, sobre todo para la técnica Saleta González. "Se desvivió por nosotros. No sabíamos nada, la llamamos muchas veces, nos contestaba en seguida a los correos... El funcionamiento fue estupendo y nos apoyaron a todos".

Aun así, no es seguro que el próximo año repita participación. "Nos costó un poco, la verdad, pero tenemos muchos temas apuntados". La preparación del stand fue una parte importante del proyecto, que tuvieron que dejar para el final. Chus admite que Pontenciencia sí se parece a las típicas ferias de ciencias que aparecen en las series y películas americanas. "De hecho, porque no llevábamos el proyecto en la mano, ese que dices ‘se me rompió, no llegué al cole con él’, pero sí nos recordó muchísimo a la preparación de los proyectos americanos".

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