La facturación global de las lonjas de la ría creció un 16 por ciento en 2016

Campelo, Portonovo, Marín, Bueu y la del Mercado de Pontevedra sumaron 13,6 millones de euros el ejercicio pasado gracias a la venta de 5.237 toneladas de pescado y marisco ►La rula buenense fue la que registró un mayor incremento
Las últimas subastas de diciembre resultaron fundamentales para las lonjas. Fue el caso de la de Campelo, que a finales de año aumentó su facturación notablemente
photo_camera Las últimas subastas de diciembre resultaron fundamentales para las lonjas. Fue el caso de la de Campelo, que a finales de año aumentó su facturación notablemente

Aunque no todas pueden presumir de unos buenos resultados, en conjunto, 2016 fue un buen año para las lonjas de la Ría de Pontevedra. De hecho, sumando los datos de la de Campelo (en Poio), Portonovo (en Sanxenxo), Marín, Bueu y la del Mercado de la ciudad del Lérez, la facturación aumentó un 16 por ciento con respecto al ejercicio anterior, pasando de los 11,72 millones registrados en 2015 a los 13,64 de 2016. Curiosamente, el grupo de estas cinco rulas consiguió mejorar sus cifras económicas a pesar de que la cantidad de mercancía subastada en las mismas bajó un tres por ciento. Concretamente, el año anterior habían pasado por ellas un total de 5.369 toneladas de pescado y marisco, mientras que en el año recién terminado la cantidad se quedó en 5.238.

El principal causante de esta caída fue el balance negativo de la lonja de Portonovo, que, aunque sigue siendo la que mueve más volumen en toda la ría, experimentó una bajada del 24% en el tonelaje y del 16% en la facturación. En números exactos, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2015, había subastado 3,2 toneladas de materia prima obteniendo un total de 2,5 millones de euros, mientras que en el mismo período del año recién terminado la cantidad fue de solo 2,4 toneladas y 2,1 millones. Ya a principios de agosto, el patrón mayor de su cofradía, José Antonio Gómez Castro, había explicado que la bajada con respecto al año precedente no se debía a una caída de los precios, sino del volumen de mercancía. "Os prezos están máis ou menos igual, pero o que nos afectou foi que tivemos menos quilos descargados. 2015 trouxera unhas campañas moi boas, porque os bancos de peixe atopábanse cerca de aquí. En cambio, en 2016 estiveron máis lonxe e as embarcacións tiveron que desprazarse e xa descargaron onde se atopaban", dijo entonces. Además, hay que tener en cuenta que esta lonja trabaja con productos más baratos que las demás, de ahí que su cotización sea más modesta. Una vez más, en 2016 el pescado que se llevó la palma en Portonovo fue la caballa pintada, cuyas ventas superaron las 1,3 toneladas, y muy por detrás se situaron el jurel (380.088 kilos), la boga, la sardina y la caballa.En el extremo opuesto, no solo geográficamente sino también a nivel de cifras, se sitúa la lonja de Bueu, que dio una auténtica campanada aumentando su actividad en un 61% y su facturación en un 64%: de 546 toneladas subastadas en 2015 pasó a casi 884 y de 2,7 millones de euros creció hasta alcanzar los 4,5 millones.

En este caso, el precio medio de los productos vendidos alcanzó los 5,12 euros por kilo, la tercera mejor cifra de las cinco lonjas de la ría pontevedresa. No es de extrañar, teniendo en cuenta que la principal especie comercializada por los marineros buenenses fue el pulpo, un preciado cefalópodo del que lograron vender 393.643 kilogramos este año, mucho más del doble que el ejercicio anterior, pues en 2015 habían sido 140.699 kilos. Los siguientes pescados que más actividad generaron en 2016 en esta lonja fueron la caballa pintada (90.796 kilos), el jurel (62.534 kilos), el erizo de mar (56.493) y el alcrique (49.235).

BUEN BALANCE EN POIO. Al otro lado de la ría, también mejoró notablemente sus resultados la lonja de Campelo, que movió un 21% más de mercancía y vio subir su facturación un 14%. Detrás de este crecimiento hay varios motivos: por una parte, que en 2016 hubo menos períodos de presencia de toxina en las playas y los mariscadores pudieron trabajar más y, por otra, el hecho de que cada vez se subasten más especies alternativas, pues en el pasado la lonja poiense se limitaba a las almejas, berberechos y navajas, mientras que hoy en día comercializan también otros mariscos, así como pescados y cefalópodos. En total, desde el 1 de enero al pasado 31 de diciembre, facturó 3,56 millones de euros gracias a las 404,5 toneladas de producto subastado entre sus cuatro paredes. Su media anual de precios (8,82 euros por kilo) fue la segunda más elevada de la ría, pues su producto estrella volvió a ser la almeja japónica (con 336.299 kilos durante todo el año), seguida de la navaja (15.444 kilos), la almeja fina, el choco y el berberecho, todas ellas especies muy cotizadas.

MARÍN. En el caso de Marín, el resultado final de 2016 fue relativamente satisfactorio, pues movió un 17% más de tonelaje y logró aumentar su facturación, aunque solo un uno por ciento; es decir, pasó de 1,2 toneladas y 3,08 millones de euros en 2015 a 1,4 toneladas y 3,1 millones de euros. ¿La causa? La caída de precios en ciertos productos. Así, el pescado más vendido en esta rula volvió a ser el jurel (con casi 226.000 kilos subastados) y los siguientes de la lista fueron la pota pequeña, la merluza, el lirio y la caballa.

En la capital del Lérez, la lonja del Mercado fue a la baja en tonelaje y al alza en euros, con un siete por ciento menos de mercancía y un 12% más de facturación: en 2015 habían sido 17,6 toneladas de producto y 217.085 euros facturados y en 2016 fueron 16,5 toneladas y 244.833 euros. Las principales especies de esta lonja están entre las más caras del mercado, ya que el ranking lo encabeza el camarón (del que se subastaron 8.819 kilos), la nécora (con 5.262 kilos), la centolla (1.407 kilos), el pulpo (698) y el congrio (84).

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