Detectan la muerte de gatos por raticidads en el entorno de Belas Artes

La Guardia Civil pide testimonios para esclarecer los envenenamientos

Susana Freitas, vecina de Tomeza, perdió este viernes a la única perra que le quedaba con vida. El Seprona necesita denuncias para poder llevar a término las investigaciones abiertas
La última perra en fallecer, aún con vida, junto a sus dueños
photo_camera La última perra en fallecer, aún con vida, junto a sus dueños

Los investigadores del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Pontevedra reclaman a todos los afectados por supuestos casos de animales envenenados en el municipio y en sus alrededores que se pongan en contacto con la Comandancia del Instituto Armado, pues solo así pueden llevar a término unas investigaciones que, por la complejidad de los hechos, son muy complicadas.

El Seprona maneja desde hace varios días datos que apuntan a la existencia de personas no identificadas que, por motivos que se desconocen, podrían estar envenenando perros en la parroquia de Tomeza, en las viviendas más cercanas al cementerio. El último desenlace trágico se conoció en la jornada de este viernes, con la muerte, con los mismos síntomas que los anteriores canes, de la única perra que le quedaba viva a Susana Freitas, la mujer que dio el paso adelante y alertó al Seprona y al Concello de Pontevedra de lo que estaba sucediendo. "Ayer -por este viernes- se me murió la perrita. Se ve que este loco no ha cogido miedo ninguno". Freitas, desolada, señaló que "yo no voy a hacer nada más", al tiempo que se quejó de que, según su impresión, no percibió la presencia de las fuerzas de seguridad en las inmediaciones.

Los denunciantes cuantifican en alrededor de una veintena los perros que, supuestamente, han sido envenenados en los últimos días. La mayor parte de ellos lo fueron en la parroquia de Tomeza, pero también se han detectado casos en la avenida de Lugo e incluso en la de Vigo.

CÓDIGO PENAL. El artículo 337 del Código Penal vigente relata con claridad las penas a las que se exponen las personas que atentan contra los animales domésticos.

"Será castigado con la pena de tres meses y un día a un año de prisión e inhabilitación especial de un año y un día a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales, el que por cualquier medio o procedimiento lo maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud o sometiéndole a explotación sexual", señala el Código, que eleva la estancia en prisión del criminal si, como parece ser en este caso, su acción causa la muerte del animal. En ese caso, la pena a imponer oscila entre los seis y los 18 meses de prisión, además de las indemnizaciones ajustadas a cada caso.

Los vecinos afectados sospechan que la persona responsable de todos estos episodios reside en un lugar próximo a la parroquia de Tomeza, aunque por el momento no disponen de prueba alguna que lo acredite.

Algunos de ellos, como indicó hace escasas fechas este periódico, sopesan tomar medidas de protección como la instalación de cierres, para evitar la acción de los autores de los presuntos envenenamientos.

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