"Me decía que tenía que ir al baño con él y que tenía que ir a su casa el fin de semana"

La madre de la denunciante relató en la Audiencia que vecinos de Gaxate, en A Lama, donde residía, increparon a la pequeña y acudieron por las noches a su finca, lo que les llevó a irse ► El acusado niega el episodio de tocamientos a la menor

El acusado de abusar de una menor de Gaxate, A Lama, en primer término, y el juez, al fondo. GONZALO GARCÍA
photo_camera El acusado de abusar de una menor de Gaxate, A Lama, en primer término, y el juez, al fondo. GONZALO GARCÍA

La madre de una niña de doce años que comparecía este jueves en la Audiencia Provincial para relatar los hechos que le había contado su hija contó al juez las consecuencias que la denuncia acarreó a toda la familia. Vecina de Gaxate, en A Lama, aseguró que hace escasas semanas se vio obligada a abandonar el pueblo tras ser objeto, tanto ella como su propia hija, de coacciones por parte de vecinos del lugar. "Meses después de la denuncia seguíamos viviendo allí, pero la niña no podía ni bajar al parque. A principios de enero (de 2018), los del pueblo empezaban a chillar delante de la niña cuando llegaba en el autobús. Las personas del pueblo se pusieron en nuestra contra. Nos tuvimos que ir de allí", dijo.

"No sé si ese señor les ha dado dinero o no, pero cuando salía del bus le decían palabras muy feas. Además, también acudían personas a mi finca a gritar por las noches", añadió.

"No existía orden de alejamiento ni nada de eso. Cada vez que la niña veía (al acusado) se encerraba en el coche", continuó.

Todo ello obligó a la mujer y a sus hijos a abandonar Gaxate, donde residían, y trasladarse a Ponte Caldelas.

En cuanto al juicio, el acusado negó haber cometido los abusos que le atribuye el Ministerio Fiscal, que dice en su escrito de acusación que entró en los servicios del bar Puente, en A Lama, cerró el pestillo y besó y manoseó a la pequeña de doce años.

El procesado mantuvo que estuvo en el bar pero que en ningún momento se acercó a la zona de los baños. "Si tengo que orinar, lo hago fuera", dijo.

La víctima, sin embargo, mantuvo la acusación, apoyada por el testimonio de su madre, que indicó que después de los presuntos hechos la niña "llegó realmente tocada a casa. Temblaba, lloraba, se la veía realmente afectada", testimonio corroborado por su padrastro, que fue la primera persona que supo lo sucedido por boca de la pequeña. "Me dijo que el señor de la gorrita (por el acusado) se metió en el baño y empezó a darle besos con lengua y tal".

TESTIMONIO DE LA VÍCTIMA. La presunta víctima del episodio de abusos sexuales señaló que el acusado ya se dirigió a ella con anterioridad a la fecha de los hechos intentando tener algo con ella.

"Ya me decía que tenía que ir al baño con él, tanto en el autobús como en el bar", explicó la pequeña, con dificultades para declarar sin emocionarse. Se da la circunstancia de que el acusado, tal y como reconocieron todos los testigos, compartía el autobús escolar para desplazarse a su domicilio con los estudiantes.

OTROS TESTIGOS. La defensa del investigado puso sobre la mesa dos testigos que aportaron una coartada al procesado, en la línea de su testimonio, indicando que sí estuvo en el bar pero que en ningún momento entró en los servicios, como asegura la víctima.

El primero de ellos fue el dueño del bar en el que supuestamente se produjo el delito, que dijo que el acusado "cogió dos cervezas y salió a la terraza, pero al servicio no fue". El hostelero explicó que ese día estaba en la puerta del local, por lo que veía todo lo que sucedía. Sobre la niña, indicó que estaba en el interior viendo la televisión y aseguró que "no entró en el baño".

A continuación compareció otro amigo del investigado, que señaló que estuvo en todo momento acompañándole en la terraza del bar, entre las cuatro y las seis de la tarde.

"Estuvo todo el tiempo en la mesa. No se meneó en ningún momento de mi lado hasta las seis de la tarde", dijo.

Las penas
El fiscal mantiene la petición de cuatro años de prisión


El fiscal del caso, Ignacio Sáiz, mantuvo tras la vista oral su petición inicial de cuatro años de cárcel para el investigado por un presunto delito de abusos sexuales que, a su entender, quedó acreditado tras la práctica de la prueba que se desarrolló este jueves en la Audiencia Provincial de Pontevedra. La acusación particular sostuvo idéntica tesis, mientras que la defensa se mantuvo en la inocencia de su patrocinado. Relaciones anteriores En el juicio trascendió que el acusado tenía buena relación con la familia de la denunciante antes de los hechos. No en vano, en el momento en el que supuestamente ocurrió el episodio de abusos estaba tomando una cerveza con su padrastro. Además, su madre había trabajado para él en tareas de limpieza