Una actividad que emplea a 420 personas

La marea roja regresa y obliga a devolver almejas a la ría de Pontevedra

Las mariscadoras vieron como este miércoles se perdió un día entero de trabajo ▶ Las lonjas de la ría facturaron 3,15 millones de euros entre enero y marzo de este año, un 22% más que en 2015, por el repunte del precio del marisco
Una mariscadora arroja almejas finas y japónicas al banco marisquero de O Ameixal, en Lourido, este miércoles
photo_camera Una mariscadora arroja almejas finas y japónicas al banco marisquero de O Ameixal, en Lourido, este miércoles

La marea roja regresa con fuerza a las playas del fondo de la ría de Pontevedra, que vuelven a estar cerradas al marisqueo. La prohibición de la extracción de moluscos y bivalvos ha puesto en alerta al sector, que este miércoles se vio obligado a devolver al mar la mercancía capturada el martes, jornada en la que se declaró esta alerta biológica. "Perdemos un día de traballo", lamenta la presidenta de la Asociación de Mulleres a Pé de la Confraría de San Telmo de Pontevedra, Ángela García Torres.

Las almejas recogidas por las mariscadoras se arrojaron en el banco de O Ameixal, en los arenales de Lourido, en el vecino municipio de Poio. El objetivo de esta intervención, coordinada desde la lonja de Campelo y por el pósito de San Telmo, es evitar la muerte de los bivalvos, de las variedades fina y japónica, que podrán recolectarse nuevamente cuando se desactive la alerta por toxinas. "Os bancos pecharon cun nivel de toxinas altísimo. É o que nos dixeron no Intecmar (el organismo autonómico encargado del control del medio marino). Este mes vai ser nefasto para nós. Esperemos que o parón non dure moito e non pase como anos anteriores", explica García Torres. Esta veterana mariscadora no quiere que vuelvan a repetirse situaciones como las vividas en los dos últimos años, cuando el cierre de arenales puso en jaque a todo el sector. Las denominadas mareas rojas forzaron el cierre extractivo de los bancos marisqueros durante 95 días en 2014, una cifra sin precedentes hasta entonces, y 85 más en 2015.

"Os bancos pecharon cun nivel de toxinas altísimo. Este mes vai ser nefasto para nós. Esperemos que o parón non dure moito"
Ángela García Torres Asociación Mulleres a Pé

En lo que va de año, el Intecmar ha impedido la recogida de productos del mar en las playas del fondo de la ría durante ocho jornadas: siete en marzo y una en abril. 


Las mariscadoras solo han podido faenar durante 36 días a lo largo de 2016: doce en enero, otros tantos en febrero, diez más en marzo y dos en abril, de los cuales uno fue improductivo al tener que retornar al mar la mercancía como consecuencia de la marea roja. "Houbo reunións con todo o mundo, cos patróns maiores das tres confrarías e coa xente do Intecmar, pero a toxina non hai quen a pare. O que queremos é solucións. Non podemos seguir así", comenta la presidenta de la Asociación de Mulleres a Pé de San Telmo.

EL NEGOCIO. En paralelo a la incertidumbre sobre la reapertura de las playas, el sector ha cerrado el primer trimestre con muy buenas perspectivas económicas. De hecho, las seis lonjas de la ría facturaron 3,15 millones de euros entre enero y marzo de este año, lo que supone un 22% más que durante el mismo período del ejercicio anterior y sitúa los beneficios de las rulas pontevedresas en niveles de 2008.

A pesar de haber aumentado su volumen de negocio, las capturas totales de pescado y marisco de las instalaciones de Aldán-Hío, Bueu, Campelo, Marín, Pontevedra y Portonovo fueron mucho menores. En los tres primeros meses de 2016 se subastaron 1.071 toneladas de productos del mar, frente a las 1.245 del año anterior.

¿Y por qué es ahora más rentable el negocio del mar habiéndose reducido el nivel de capturas? "Aumentou a facturación porque se pagou máis polo marisco", responde Ángeles García Torres, que recuerda que el precio de la almeja japónica, la más abundante en la ría, se duplicó este año. "A ameixa fina tamén se pagou moi ben. A extra chegou a pagarse a 35 euros o quilo, cando normalmente vai a moito menos", explica.

La lonja de Campelo, que es el principal comercializador de bivalvos de la ría, cerró el primer trimestre del año con 806.000 euros, casi el doble de lo que logró en 2015.

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