La provincia pierde una veintena de taxis cada año por la crisis en el sector

El descenso de población en el rural y la bajada del volumen de trabajo motivan que los taxistas renuncien a sus concesiones ►En la ciudad operan 90 taxistas con licencia que se quejan del aumento de conductores sin licencia que realizan servicios en negro
José Crespo, presidente de la Asociación de Autopatronos
photo_camera José Crespo, presidente de la Asociación de Autopatronos

En la ciudad del Lérez operan 90 taxis a día de hoy. La crisis ha reducido notablemente el volumen de trabajo de los autopatronos, pero el número de licencias se ha mantenido prácticamente invariable en las últimas dos décadas. Así, si en 1996 operaban en Pontevedra 92 taxis, dos décadas después solo hay dos taxis menos trabajando en la ciudad. "Se gana, pero los ingresos son más bajos", explicaba esta semana Marisol Cerdeira desde su taxi en la parada de la calle Loureiro Crespo.

A nivel provincial, el descenso en el número de licencias se nota más. Si en 1996 había 1.742 licencias de taxi en la provincia, en 2016 el número es de 1.361, un 21,9% menos. De 2015 a 2016 bajó en 19 el número de taxistas. El descenso en el número de licencias fue el mismo entre 2014 y 2015. De este modo, en los últimos años, la provincia pierde cerca de dos decenas de taxistas cada ejercicio.

José Crespo, Asociación de Autopatronos: "O que más nos perxudica é a cantidade de persoas que fai servizos de transporte en negro"

"El abandono es uno de los principales motivos por el que desciende el número de taxistas a nivel provincial. Hay mucho pueblos en los que ya no es rentable tener un taxi porque no hay gente viviendo", explica el presidente de la Asociación de Autopatronos de Pontevedra, José Crespo. Además, el taxista cuenta que muchos trabajadores sus penden sus licencias por un tiempo de dos años —prorrogable por otros dos— porque el trabajo no es rentable. "Hay gente que lo deja un tiempo y se dedica a otra cosa porque le da más dinero", cuenta Crespo.

En el caso de Galicia, los datos también hablan de un descenso notable en los últimos años. Si en 1996 operaban en la Comunidad 5.148 taxis, en la actualidad lo hacen 3.979, lo que supone una pérdida de 1.169 licencias. En la huelga de taxis que tuvo lugar esta semana, los trabajadores reclamaban límites a servicios de transporte alternativo como Uber o Cabify. La Asociación de Autopatronos de Pontevedra tiene conocimiento de que en la provincia se tramitan 40 solicitudes de permisos VTC (vehículo turismo con conductor). Por ley, solo se podría tramitar un permiso VTC por cada 30 licencias de taxi, aunque esta norma no siempre se cumple en las grades ciudades. "A nós o que máis nos perxudica polo de agora é a cantidade de xente que se dedica a facer servizos de transporte sen ter licencia nin taxi. Son persoas que, porque están no paro ou por calquera outro motivo, traballan en negro levando a coñecidos ou veciños", señala Crespo. El presidente de la asociación asegura que el colectivo ha denunciado varios casos en Pontevedra sin que las autoridades hayan tomado medidas al respecto. "Pedimos máis control para que isto non suceda", reclama Crespo.

Del mismo modo que el trabajo en B de conductores sin licencia perjudica a los taxistas, también repercute en la calidad y la seguridad de los servicios. "Os taxistas pagamos uns seguros moi caros a todo risco, con responsalibidade ilimitada. Pero, e eses coches que traballan en negro? están asegurados? "Que garantías lles ofrecen aos seus clientes?", se pregunta Crespo. La misma pregunta se la plantea a los usuarios de Blablacar, una plataforma que, según asegura, es competencia desleal. "Unha cousa é compartir coche e outra ir cunha persoa que non coñeces e nun coche que non sabes en qué condicións está", cuenta Crespo.

Una licencia de taxi en Pontevedra cuesta entre 80.000 y 100.000 euros. Pese a la crisis, en la actualidad la ratio de taxis por habitante está cubierta en la Boa Vila, de modo que hay un taxi disponible por cada 1.000 habitantes de la ciudad.

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