La proyección del documental 'Paraíso roubado' desborda el auditorio del Museo

Más de un centenar de personas se queda fuera de la proyección del audiovisual que recupera la memoria de Lourizán por falta de aforo
Detalle de la cola que daba la vuelta al Sexto Edificio
photo_camera Detalle de la cola que daba la vuelta al Sexto Edificio

Las 240 butacas del auditorio del Sexto Edificio del Museo de Pontevedra no fueron suficientes para acoger la cantidad de espectadores que este miércoles querían acceder a la proyección del documental Paraíso roubado, de Lukas Santiago. Más de un centenar de personas se quedó fuera del Museo, al sobrepasar el número de asientos existentes en el espacio que acogía el estreno de este audiovisual, un film que recupera la memoria de la parroquia de Lourizán desde finales del siglo XIX hasta la instalación de Ence.

No es la primera vez que el auditorio del Sexto Edificio se desborda. En noviembre del año pasado, la cola de personas que quería asistir a la conferencia que impartía en ese mismo lugar el profesor César Bona subía por la calle de Cobián Roffignac varios metros.

En esta ocasión, el estreno de Paraíso roubado, un documental de denuncia sobre la transformación del paisaje y el modo de vida de la parroquia de Lourizán, tras la instalación de la fábrica de celulosa, fue el que creó una enorme expectación y desbordó el auditorio.

TRILOGÍA. Paraíso roubado, que ha sido realizado con el apoyo de la Asociación Pola Defensa da Ría (APDR) y de la Deputación Provincial a través del Servizo de Patrimonio Documental e Bibliográfico, forma parte de una trilogía audiovisual de Lukas Santiago, que lleva por título Lourizán, terra mártir. Según el realizador pontevedrés, el documental no está concebido como un trabajo que recupera una serie de postales de la zona, sino como denuncia de la usurpación de un espacio al pueblo.

La película comenzó a gestarse en 2007. Tras la concesión de una prórroga de 60 años a Ence en los terrenos que ocupa en la ría, por parte del Gobierno en funciones, en enero de 2016, Santiago decidió retomar la idea y rematar el proyecto. «Sentín que era o momento. Non podía agardar máis», indica.

El documental reúne una serie de testimonios de vecinos del lugar, que van desde el abuelo del director, que hoy tiene 97 años, hasta otras voces de la zona, mezcladas con las de profesores universitarios, investigadores e historiadores, que defienden la tesis del paraíso roubado. «Para min era fundamental darlle voz aos veciños de Lourizán. Era unha cuestión clave. Nunca se escoitan», dice el realizador. «O meu obxectivo era recuperar a memoria de Lourizán e a loita veciñal contra a instalación da pasteira, unha loita moitas veces silenciada».

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