La ropa más fuerte

HACE MUCHOS AÑOS, concretamente a finales de diciembre de 2019, nuestro compañero Oubiña, enorme fotógrafo como todos los que trabajan o colaboran con nosotros, en la cena anual de Diario de Pontevedra, me contó, porque llegamos los últimos y nos tocó sentarnos juntos en la mesa de los niños, que estaba trabajando en el catálogo de Big Fortress. Pensé, bueno, qué bien, otra empresa de moda y cuantas más mejor, pero a medida que Oubi, que es como llamamos cariñosamente a este fotógrafo brasileiro me iba contando de qué iba la empresa, me empezó a interesar, más que nada porque detrás de esta marca hay una historia personal muy potente, la de Jesús Güimil Beiras. Si de alguien me fío yo en esta vida es de los fotógrafos. De ellos sólo vemos sus fotos, pero por norma no apreciamos que su profesión tiene un subconsciente. Todo lo ven y todo lo escuchan y son gente con criterio que tienen más información que nadie. Si usted, permítame alargar el inciso, quiere saber lo que pasa a su alrededor, no me llame a mí ni a un redactor. Hable con un o una fotógrafa, que son la gente más sabia e informada.

Seguimos. Cuando me dijo Oubi que además el catálogo en elaboración tendría a Pontevedra como uno de los principales escenarios, organizamos una quedada para que yo tuviera el honor de conocer a esa gente, arousanos y arousanas que apuestan por nosotros, no sólo como fondo para exhibir en el mundo entero sus creaciones sino como uno de sus principales puntos de venta, asunto que ya están negociando seriamente en nuestra capital.

Así que el día en que la gente de Big Fortress se presentó en Pontevedra para fotografiar a sus modelos junto a Ravachol y con la Peregrina de fondo, escenario que lo mismo hubieran elegido Bóveda, Quiroga o Valle, me llamaron para contarme de qué va la historia. Junto a Jesús Güimil y los hermosos modelos, hombre y mujer, venía la madre de Jesús, una excelente señora con un pelazo azul disparatado y una simpatía sobrehumana de la que me enamoré al instante.

En resumidas cuentas, Big Fortress es una empresa que lanza una línea de ropa con un relato detrás, el de su creador, Güimil, que ha imprimido al diseño y al estilo la historia de su vida. Fue un niño abandonado por sus padres y adoptado. Sufrió durante su infancia y adolescencia casi todo lo que puede sufrir un niño: enfermedades graves, palizas, bullying en todas sus formas posibles y todo ello mientras su héroe, su padre biológico, doliente de Alzheimer, fallecía dejando a nuestro protagonista, pues como usted se puede imaginar. Intentó suicidarse en varias ocasiones.

Fue superando todo ello como profesor en un gimnasio hasta que un bendito día, decidió convertir todas aquellas debilidades en fortalezas. Por su padre, o con su inspiración, Jesús Güimil montó una línea de ropa que ya está arrasando. Muchos y muchas de quienes compran sus productos, camisetas, sudaderas, gorras y más, no conocen el trasfondo de esta historia, pero todos se inspiran, puede que sin saberlo, en la filosofía de Big Fortress: saca tu fortaleza interior, exhíbela, aprovéchate de ella. Es una marca que hace que usted y yo nos sintamos seguros y explotemos nuestro potencial.

Es una marca de ganadores pero sobre todo de resistentes. Su logo, tan genial como hermoso e inspirador, luce todo lo antedicho: un rinoceronte blanco, especie que se resiste a morir, un animal que saca lo mejor de sí mismo y es el perfecto ejemplo de fortaleza, de lucha y de supervivencia.

A mí la idea me encanta. Me gusta que detrás de una idea haya sustancia, relato, inspiración, y que además resulte que el diseño sea grandioso. Escuche atentamente: oiremos hablar de Big Fortress, alabaremos sus diseños y lo recomendaremos a nuestros amigos y amigas, porque hay ahí mucha lucha, mucha inspiración y amor a raudales. Y por encima, utilizan escenarios pontevedreses para ofrecer sus diseños. No se puede pedir nada mas. Búsquelos en Google, entren en su web y repasen el catálogo, y mientras hace usted todo ello, piense. Piense que detrás de cada prenda hay una historia de heroicidad, de superación y de amor.

A Jesús Güimil le debemos que haya convertido su historia personal en una marca de ropa, pero eso, permítame usted, no es lo más importante. Lo que de verdad importa es que quien viste una prenda de Big Fortress es una persona valiente y resistente como un rinoceronte blanco, que tiene razones más que de sobre para dar ejemplo. Amén.