Los ladrones se llevan el trabajo a la playa

Los cierres perimetrales han empujado a los cacos a centrarse en las segundas residencias, principalmente en la costa, al estar más desguarnecidas durante la pandemia ►Pontevedra, en el podio nacional de los botines más jugosos
Viviendas en Noalla. RAFA FARIÑA (ADP)
photo_camera Viviendas en Noalla. RAFA FARIÑA (ADP)
Tradicionalmente, los ladrones se aprovechan de la soledad de una vivienda o de la prologanda ausencia de sus propietarios para trabajar con una cierta comodidad que garantice un buen botín.

Sin embargo, las restricciones marcadas por el coronavirus –principalmente los cierres perimetrales y las cuarentenas– han suprimido casi de raíz los desplazamientos a las segundas residencias, dejándolas con la única protección de una buena alarma (el que la tenga). Una tentación que los amigos de lo ajeno no han dudado en explotar.

El informe Los robos en hogares asegurados. Datos 2019-2020, recién elaborado por Estamos Seguros (filial de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras), analiza los robos perpetrados en viviendas entre el 1 agosto de 2019 y el 31 julio de 2020. Su conclusión es clara: los ladrones se han llevado el trabajo a la playa.

El confinamiento de la primavera y las limitaciones a los desplazamientos no prioritarios han desviado la atención de los delincuentes a las segundas viviendas, habitualmente ubicadas en el litoral. Se han desentendido de los inmuebles urbanos al ser conscientes de que, al tratarse de residencias habituales, sus moradores iban a encontrarse dentro.

Mientras un ladrón que entra en un piso de ciudad intenta actuar con rapidez para evitar ser descubierto por los vecinos y se lleva objetos de valor pero poco voluminosos, los asaltos a inmuebles de veraneo y residencias aisladas suelen conllevar indemnizaciones más elevadas, porque los delincuentes disponen de más tiempo y calma para operar sin temor a ser detectados.

PONTEVEDRA, A LA CABEZA. Según este análisis, la provincia de Pontevedra se encuentra en el pódium de los botines más jugosos. En el primer lugar está Barcelona, con una media de 1.673 euros en cada asalto, seguida de Girona (1.660 euros) y después de Pontevedra, con una media de 1.653 euros conseguidos en cada robo, cifras muy por encima de la indemnización media pagada por las aseguradoras, que se situó en 1.333 euros .

Sin embargo, pese a lo que pueda parecer, la provincia es una de las más seguras de España. De hecho, tiene un 40,19% menos de posibilidades de atracos que la media nacional. La lectura de esta hipotética contradicción es que en Pontevedra se producen pocos robos a segundas residencias, pero cuando ocurren, los botines son muy suculentos.

Dado que el estudio solo tiene en cuenta las urbes de más de 75.000 habitantes, las dos únicas que pasan el filtro presentan datos diferenciados. Así, mientras el balance medio de un robo es de 1.690 euros (el 7% del valor de las propiedades del interior), en la capital de la provincia la cifra baja hasta los 1.222 euros (poco más del 5% de la renta disponible).

El trabajo de Unespa analiza los datos aportados por 27 aseguradoras que protegen 11,8 millones de viviendas ubicadas en España. La información es el resultado de analizar 78.000 robos ocurridos en inmuebles durante los 12 meses transcurridos entre el verano de 2019 y el de 2020.

DESPLOME EN PRIMAVERA. Un vistazo al reparto de los percances a lo largo de ese período evidencia cómo los robos, que en 2019 seguían la senda habitual de repunte en las vacaciones estivales y de Navidad, cayeron a plomo durante la pasada primavera. La razón: el confinamiento decretado el 14 de marzo del año pasado.

La prueba del cambio en el comportamiento de los ladrones es el reparto territorial de los robos.

Prácticamente todas las provincias donde la probabilidad de sufrir un robo es mayor que la del conjunto de España se encuentran en la costa. O más en concreto, en el litoral mediterráneo. Es el caso de Girona, Tarragona, Barcelona, Murcia… Si aparece algún territorio de interior entre los primeros puestos de la clasificación, es porque se trata de provincias próximas a Madrid donde también abundan las segundas residencias (Toledo, Guadalajara…).

Como curiosidad, la ciudad española con los robos más costosos fue Pozuelo de Alarcón, población de alto nivel residencial, con una media de 2.602 euros,