Las terrazas repuntan en las calles de Pontevedra

El Concello contabilizó durante el año pasado 1.740 veladores, casi un diez por ciento más que durante el ejercicio anterior. El negocio del terraceo en la ciudad reportó cerca de 183.000 euros a las arcas locales. Las inspecciones municipales para combatir el fraude, que se intensificaron durante 2014, permitieron detectar 78 instalaciones ilegales
El ambiente en una de las terrazas de la ciudad
photo_camera El ambiente en una de las terrazas de la ciudad

Los brotes verdes parecen haber llegado al sector de la hostelería, y más concretamente al negocio de las terrazas, cuya presencia en las calles y plazas de la ciudad ha repuntado. Así lo demuestran los datos que maneja el Concello de Pontevedra, que revelan que durante el año pasado se contabilizaron 1.740 veladores, un 9,3 por ciento más que los 1.577 que se registraron durante el ejercicio anterior.

Este tipo de instalaciones, formadas por una mesa y cuatro sillas, se han convertido en parte del paisaje urbano de la capital. Y en algunas zonas del centro, las menos, ocupan espacios que anteriormente disfrutaban los peatones.

La presencia de terrazas en la ciudad supone también ingresos extra para el Concello. De hecho, el negocio del terraceo reportó 182.914 euros a las arcas municipales durante el año pasado, un diez por ciento más que durante 2013.

En 2014, en la ciudad se contabilizaron 266 establecimientos hosteleros con terraza, 22 más que durante 2013

La instalación de una mesa y cuatro sillas tiene un coste fijo anual, de 75,23 euros, y otro variable, que está vinculado a la ubicación del establecimiento. La normativa municipal establece hasta cinco categorías según el tipo de calle en la que se sitúe una instalación de este tipo. Si el velador está colocado en un parque, plaza, en la intersección de dos viales o en cualquier punto del casco histórico, el contribuyente deberá pagar más al Concello, en concreto 1,44 euros por mesa. En las calles de menor rango, el precio es menor: 0,82 euros.

Los requisitos que regula el sector se mantienen desde 1997, año en el que entró en vigor la normativa. Esta prohíbe instalar terrazas en los portales de acceso a edificios o locales comerciales, vados o entradas de servicios públicos, elementos urbanos cuyo uso pudiera verse dificultado en caso de emergencia o a menos de 1,20 metros de distancia de mobiliario urbano como cabinas telefónicas, buzones de correos, quioscos o contadores eléctricos.

El reglamento impide también que los veladores se instalen antes de las once de la mañana y fija un horario máximo para su uso: hasta la una de la madrugada para bares, cafeterías, salas de fiestas y otros establecimientos situados en vías de diez o más metros de ancho. Los ubicados en viales de menor anchura solo podrán estar en servicio hasta las doce y media de la madrugada. A pesar de estas restricciones, el horario puede ampliarse media hora durante los jueves, viernes, sábados, vísperas de festivos y en las Festas da Peregrina.

Pontevedra cerró 2014 con 266 negocios de hostelería con veladores, 22 más que durante el año anterior. Pero no todos los propietarios de estos locales cumplen con sus obligaciones tributarias. Así lo demuestran las inspecciones realizadas por los funcionarios municipales, que se han intensificado.

Los controles del Concello permitieron detectar 78 instalaciones ilegales, es decir, que no estaban declaradas y por las cuales no se pagaba ningún impuesto.

La situación no es nueva para el Gobierno local, que en 2013 localizó 144 veladores que no estaban declarados. En todos estos casos, la Administración abre una acta de infracción a los propietarios de los establecimientos, que se ven obligados a pagar por las mesas o sillas que no han dado de alta.

Zona monumental
Los hosteleros pontevedreses tratan de sacar el máximo partido a los veladores para tratar de remontar los años de crisis, en los que los volúmenes de facturación se han reducido por culpa de la caída del consumo y en los que las horas de trabajo se han incrementado, en muchos casos, para ganar menos que antes de la recesión. «El terraceo es una seña de identidad del casco histórico y es una actividad empresarial puntera para nosotros», destaca el presidente del Centro Comercial Zona Monumental de Pontevedra, Miguel Lago.

El empresario pontevedrés reconoce que la Semana Santa ha sido un éxito en la ciudad. Y parte de ese resultado lo tiene el tiempo. «No nos podemos quejar ni del sol ni de la temperatura, que ha favorecido, por otra parte, que Galicia se haya convertido durante estos días en el lugar elegido por muchos para pasar sus vacaciones. Esto, evidentemente ayuda a dinamizar la economía local», añade.