Las ponencias para este viernes

Mintegi: "Podemos es tan jacobino como cualquier otro partido español"

A pesar de haberse dedicado a la política, no duda en criticar los errores que han cometido todos los partidos en los últimos años, también el suyo, Bildu. Ella será la encargada de poner el broche final a la Semana Galega de Filosofía este viernes (20.00 horas)
Laura Mintegi, este jueves, en Pontevedra
photo_camera Laura Mintegi, este jueves, en Pontevedra

Histórica militante de la izquierda abertzale, Mintegi fue candidata a la presidencia del Gobierno vasco en las elecciones de 2012. Tras unos años de diputada, en 2014 dejó el Parlamento y volvió a su trabajo como docente en la Universidad del País Vasco.

Esta semana se habla de política en Pontevedra, un tema que está de actualidad. Sin embargo, a veces parece que se habla mucho pero se dialoga poco.

Es una observación bonita. Realmente los debates sobre política son monólogos superpuestos. Para que haya diálogo lo fundamental es saber escuchar y en política se escucha muy poco. Cada cual viene ya con el guión preelaborado. Estamos viendo en España mismo cómo ocurre esto. Se va con una serie de presupuestos ideológicos que impiden ese diálogo.

Antonio Baños dijo en su ponencia que tras cubrir una campaña electoral de Aznar se hizo independentista. Fue algo así como una reacción al modo de pensar de cierto sector de la política española. ¿A usted le ocurrió algo parecido?

En mi caso viene de la cuna, aunque en mi familia nunca se habló de política. Lo que le ocurrió a mi familia fue suficiente para tener este sentimiento independentista. Sufrimos la represión antinacionalista directa e indirectamente. Por un lado, la familia de mi padre era nacionalista y por serlo los despojaron de todo y tuvieron que huir. Por otro, de forma indirecta, la familia de mi madre tuvo una culturización hispana que había perdido la lengua vasca. Por lo tanto, yo tuve que aprender euskera con 17 años porque mi madre había perdido la lengua. A mi padre le ocurrió lo contrario, tuvo que dejar de hablar en euskera cuando empezó la Guerra Civil, a los 12 años.

Hace unos días salía un manifiesto de Eta en el que reconocía que debía hacer autocrítica. ¿El ‘procés’ catalán está demostrando que se puede reclamar soberanía sin muertos de por medio?

"La lección más importante que nos está dando Cataluna es la de anteponer la voluntad popular a los partidos"

No creo que esta intención de hacer autocrítica tenga que ver con Cataluña, creo que es más bien un proceso interno de reflexión. Efectivamente, el conflicto vasco no ha terminado, que no haya lucha armada no significa que haya paz. Las consecuencias del conflicto no están resueltas, como es el reconocimiento de todas las víctimas, el reconocimiento de la existencia de torturas o el hecho de que haya presos en la cárcel no por haber cometido atentados, sino por tener actividad política. Por otro lado, el relato político del conflicto todavía no está hecho y la batalla está también ahí. Quien cuente lo que ha pasado será el que gane porque, militarmente, el conflicto está en tablas: ni el Estado ha acabado con las ideas de Eta, ni Eta consiguió lo que se proponía. De hecho, tras el cese de la actividad armada de Eta, las fuerzas políticas que defendían esas mismas aspiraciones subieron hasta su máximo. Ahora la lucha se plantea en la memoria y eso es lo que está impidiendo que en el País Vasco se inicie un proceso hacia la independencia como en Cataluña.

¿Qué puede aprender la izquierda abertzale del independentismo catalán?

Muchísimas cosas. Quizás la lección más importante que nos están dando es que no anteponen los partidos a la voluntad popular. Yo estoy avergonzada de la actitud de los partidos vascos que no son capaces de ponerse a disposición de la sociedad civil. En Cataluña la voluntad popular fue por delante y los partidos se plegaron y van por detrás.

En este manifiesto también se señala que el Estado no ha hecho nada para avanzar en el proceso de paz, ¿qué debería hacer?

Los compromisos que se tomaron en la Conferencia de Aiete no se están cumpliendo. El primero de ellos era reconocer el conflicto por parte del Estado español y francés y eso no se ha dado. Sí se han cumplido otros puntos, como la creación de una comisión de mediación internacional, el diálogo entre partidos o el reconocimiento de víctimas. Los puntos que dependen de la sociedad civil vasca se están cumpliendo, los que dependen de la mediación internacional también, pero los que tiene que asumir el Estado no.

¿Cree que la hipotética entrada de Podemos en el próximo Gobierno puede cambiar las cosas?

Yo espero poco o más bien nada de Podemos, es igual de jacobino que cualquier otro partido español.

¿No se cree que vaya a defender el derecho a decidir?

Afortunadamente, Podemos no es monolítico, es poliédrico. Hay muchos Podemos más y menos sensibles a las realidades nacionales. Pero es sin duda un partido centralista y jacobino. Esto no cambiará a no ser que los grupos nacionales se rebelen contra la central. Sin embargo, hay dos grupos de este partido que me interesan: el de Valencia y el de Navarra. Estos dos territorios han sido utilizados por parte del Estado para frenar las aspiraciones independentistas de Cataluña y el País Vasco. Valencia ha sido el azote de los independentistas catalanes y Navarra de los vascos. A cambio, el Estado hacía la vista gorda ante los desmanes económicos y la corrupción. En este momento Valencia y Navarra están llenas de indignados precisamente por el nivel escandaloso de corrupción. Además, allí los partidos, incluído Podemos, han tenido la suficiente responsabilidad como para unirse en un Gobierno dejando a un lado los intereses partidistas. Esos son los únicos grupos de Podemos que me dan confianza.

El partido de Pablo Iglesias y sus confluencias le han quitado muchos votos a los partidos nacionalistas como Bildu y BNG en las últimas elecciones generales.

"La debilidad de Podemos va a ser su posicionamiento con respecto a la independencia"

Yo creo que el éxito de Podemos no es tanto mérito de ellos sino de lo mal que lo han hecho los demás. Creo que este partido no tiene un proyecto propio y cuando lo empiece a delimitar va a provocar divergencias internas. Además, creo que en el caso vasco no hay un espacio para Podemos si los cuatro partidos dominantes en Euskadi hacen lo que tienen que hacer. Hay una línea divisoria, que es la de dar opción de decidir a los vascos sobre la independencia o no. En cuanto Podemos se sitúe en este dilema tendrá mucho parecido con unos u otros partidos. Podemos ha triunfado por el cabreo generalizado y justificado que había, pero su debilidad va a ser su posicionamiento con respecto a la independencia.

Y, en medio de todo este panorama, Otegui sale de prisión.

Hay un ‘'efecto Otegui'’ muy importante, sobre todo porque ha supuesto una catarsis para una izquierda abertzale débil y desnortada. Su salida de prisión y el discurso fresco que trae va a tener un efecto importante en el País Vasco, pero una sola persona no puede hacer todo. Por eso hay que contar con la potencialidad de la izquierda abertzale, que es enorme. También es cierto que tiene mucho trabajo porque se ha hecho tan mal que será necesario mucho esfuerzo para darle la vuelta.

Es muy crítica con la izquierda abertzale. ¿Por qué?

Se ha volcado demasiado en la política institucional y ha abandonado los movimientos populares. Por otro lado, no ha elaborado un discurso sobre la independencia y se ha quedado en un eslogan que se puede llevar en un pin pero que no tiene fondo. Además, se ha quedado atascada en la situación de los presos y eso ha impedido avanzar en políticas propias.

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