El Lérez 'cede' 21 millones de litros al día

Las autoridades tratan de rebajar el consumo medio de población y empresas que se abastecen de la cuenca del río
Diariamente se realizan acciones que suponen un gasto excesivo de agua. PATRI FIGUEIRAS
photo_camera Diariamente se realizan acciones que suponen un gasto excesivo de agua. PATRI FIGUEIRAS

El consumo medio de agua de los hogares es de 133 litros por habitante y día, según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que datan del año 2020. Esto significa que los concellos que realizan su captación de agua de la traída del río Lérez consumen diariamente 21.248.346 litros.

Este dato se obtiene de sumar el número de habitantes de Pontevedra (83.114), Sanxenxo (17.635), Poio (17.230), Marín (24.248), Bueu (11.987) y Ponte Caldelas (5.548), según los datos oficiales de población recogidos por el INE, y multiplicarlo por el consumo medio por ciudadano. Por municipios, Pontevedra es el que más agua demanda del río Lérez, con 11.054.162 litros al día, seguido de Marín, con 3.224.984, Sanxenxo, con 2.345.455, Poio, con 2.291.590, Bueu, con 1.594.271 y por último Ponte Caldelas, con 737.884 litros de agua al día.

Cabe incidir en que este dato es estimativo, pues si bien es cierto que el consumo diario por persona no es preciso, ya que depende de las necesidades de las personas, tampoco lo es la cantidad de gente cuyo suministro proviene del Lérez, ya que cabe recordar que Sanxenxo también realiza su captación en el río Umia y Ponte Caldelas en el Verdugo.

Y a estos más de 21 millones de litros que se obtienen del río pontevedrés para satisfacer las necesidades diarias de la ciudadanía habría que sumarle el gasto que realizan las personas que durante los meses de verano hacen que la población de la cuenca del Lérez crezca exponencialmente.

En situación de prealerta por escasez de auga, los Gobiernos municipales ya han empezado a tomar medidas para evitar un consumo excesivo y fomentar el ahorro del agua. Y es que cada gota, cuenta, y todos y todas deben implicarse en la recuperación del caudal del Lérez, que ofrece un servicio vital para las personas. Entonces, ¿qué se puede hacer en casa para ahorrar agua?

¿Dónde se gasta más?

En primer lugar, es necesario analizar dónde se consume más cantidad de agua en un hogar para poder tomar medidas y establecer prioridades de consumo. Donde se realiza un mayor gasto de agua suele ser en el cuarto de baño, donde tirar de la cadena supone unos 5 litros de agua, darse un baño unos 80 y lavarse las manos consume 6 litros por minuto con un grifo abierto. Usar el lavavajillas gasta unos 50 litros de agua y poner la lavadora hasta 80 litros. Lavar el coche, una acción prohibida ya en los concellos de la cuenca del río Lérez, consume hasta 250 litros de agua si se realiza con manguera.

Con medidas sencillas se pueden ahorrar decenas de litros diarios en el hogar, y esto, además del ahorro económico que supone, ayudaría a recuperar el caudal del Lérez y evitar cortes de suministro a la población.

¿Cuáles son las medidas de ahorro de agua en el hogar?

Hay costumbres que se deben cambiar, ya que continuar con ellas supondría un gasto innecesario y excesivo de agua corriente. Dejar el agua del grifo correr cuando lavamos los dientes o cuando fregamos los platos y darnos duchas interminables son acciones claramente inútiles y que son nocivas para el medio ambiente. Bastaría con cerrar el grifo mientras enjuagamos los platos o nos cepillamos y darnos duchas más cortas para ahorrar agua y dinero.

Cerrar el grifo puede suponer una disminución del consumo de hasta 6 litros de agua por minuto y disminuir el tiempo que pasamos duchándonos ahorraría entre 6 y 45 litros por minuto.

Las lavadoras y los lavavajillas deben utilizarse siempre con carga completa, ya que un lavado a media carga gastaría la misma cantidad de agua para realizar la mitad del trabajo.

Por otra parte, un grifo mal cerrado o que gotea puede desperdiciar hasta 15 litros de agua al día, unos 5.500 litros de agua al año completamente malgastados.

Pero además de estas simples medidas cotidianas, hay otras que pasan más desapercibidas y que tienen una gran relevancia a la hora de ahorrar.

Las cisternas de los inodoros suelen contener una cantidad de agua que en muchas ocasiones es excesiva, por lo que colocar un dispositivo de desplazamiento de la cisterna para reducir la descarga de agua reduciría su gasto.

Por otra parte, aunque el regadío y el lavado de coches está prohibido actualmente en la cuenca del río Lérez, para otras ocasiones se recomienda regar el jardín con una regadera en lugar de con una manguera, ya que esta última puede consumir hasta 1.000 litros de agua por hora.

Llenar una jarra de agua y dejarla en la nevera significará que no tendrías que dejar la próxima vez el grifo abierto para que el agua se enfríe antes de beber. Y para todos aquellos que necesitan un incentivo para ser más cautelosos con el consumo de agua, lo apropiado sería instalar un medidor de agua en el hogar. Cuando le pagas a la empresa suministradora de agua por la cantidad exacta que consumes y puedes verlo cada vez que abres el grifo, esto supone un incentivo para desperdiciar menos y ahorrar más.

¿Y las empresas?

Además de los métodos de ahorro de los particulares, las empresas también pueden aplicar una serie de medidas para reducir el gasto de agua, que además redundaría en un gran ahorro económico.

El primer paso sería realizar un estudio que determinase cuánta agua se consume en la empresa y para qué se utiliza, y a través de él detectar posibles problemas en la instalación, como filtraciones o fugas, y los usos indebidos realizados por parte del personal. El ahorro de agua requiere de la implicación del personal de la entidad, por lo que es importante comunicarles el estudio y las acciones a tomar.

Algunas de las medidas de ahorro que se podrían aplicar en el centro de trabajo sería la reducción del uso de sustancias químicas que permitan reutilizar el agua, uso eficiente de la maquinaria de la empresa para evitar el malgasto de agua, potenciar los sistemas de limpieza en seco, como barrer o aspirar, ajustar la presión del agua para ofrecer los niveles de presión necesarios para una utilización eficiente, optar por aguas no potables para el uso industrial, reparar las fugas y filtraciones de manera inmediata, optimizar el uso de aparatos de refrigeración y calefacción y utilizar sistemas de riego automático cuando haya pasado la prealerta por escasez de agua.

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