Listas de espera para ver casas de pueblo en la vuelta a la actividad de las inmobiliarias

El confinamiento de más de 60 días y las normas de la desescalada disparan el interés por los concellos rurales de la comarca. El temor a que se repitan cíclicamente los brotes de la Covid-19 y a no poder viajar, entre los motivos por los que el comprador busca fincas en el rural
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photo_camera Uno de los núcleos rurales de Ponte Caldelas, en Cuñas. DAVID FREIRE

¿Será la irrupción de la Covid-19 una esperanza para la resurrección del rural vaciado en el interior de la provincia de Pontevedra? ¿Recuperará el sector inmobiliario la temperatura después del enfriamiento ocasionado por dos meses sin más transacciones que las de emergencia?

El lunes, con la posibilidad de retomar la actividad con todas las precauciones que exige la desescalada, los y las agentes inmobiliarios se encontrarán con la realidad, en la que, al menos a primera vista, ya se puede medir el impacto de la crisis sanitaria en forma de tendencia al cambio.

Algunos de los agentes de la comarca ya hablan de un vuelco en el interés de los consumidores, que ahora verían con buenos ojos las casas en el rural que antes descartaban por estar a varios kilómetros de la capital. Los interesados demandan viviendas pequeñas y económicas pero que puedan contar con un espacio exterior y que sirvan para entrar a vivir o que se rehabiliten con una baja inversión al contar ya con servicios elementales o haber quedado deshabitadas hace poco tiempo.

Otro punto de interés de los primeros clientes del desconfinamiento parece que pueden ser las segundas residencias. En este caso, ante la desconfianza que genera la posibilidad de ir de vacaciones a lugares masificados o de que se mantengan las dificultades para viajar o cambiar de provincia con frecuencia.

En esa línea se sitúan también las peticiones de información que llegan desde Madrid, Sevilla o Barcelona y que también han recibido durante el confinamiento en varias de las agencias.

¿Qué otras posibles tendencias han encontrado los profesionales consultados? La pérdida de interés por los grandes núcleos de población, que se podría traducir en una bajada del precio por metro cuadrado en los pisos de las grandes urbes. "Sobre todo, si los que quieren irse al rural encuentran que tienen que vender para poder hacer frente a nuevas hipotecas", explica Agustín Pacheco, de la pontevedresa SIP4.

En el caso de Suso Sueiro, que opera en O Salnés "es frecuente que pregunten de Madrid y de otros puntos e iso é algo que non deixou de suceder".

De momento, y a diferencia de la crisis de 2008, lo que se nota es que el mercado inmobiliario no ha decaído del todo y que no parece "que los bancos vayan a cerrar el grifo". Aunque todos reconocen que es muy temprano para estos pronósticos, porque, si bien en las bandejas de los correos y en los buzones de los móviles se acumulan las peticiones para ver inmuebles, lo cierto es que todos los profesionales temen que ese repunte tras el confinamiento pueda tener un porcentaje elevado de personas que sondearán el mercado con interés pero que no materializarán ninguna compra al confrontar la realidad con sus expectativas.

En cuanto al proceso que, en la mayoría de los casos se iniciará el lunes, parece claro que los agentes están dispuestos a empezar a visitar inmuebles, tanto para enseñarlos como para seguir incrementando sus carteras.

"Está claro que hai que ver como se fará en cada caso, pero mantendo as distancias de seguridade con respecto aos clientes, e con máscaras e uso de xeles alcólicos poderemos empezar a facer visitas", explica el caldelano Fernando Silva. Han sido dos meses con operaciones bloqueadas y aunque hay muchos nuevos interesados, también se han quedado muchos proyectos en el tintero y todos coinciden en la necesidad de ponerse en marcha cuanto antes.


Agustín Pacheco (SIP4 Inmobiliaria)

"Importa menos la distancia y piden conexión a Internet"

El responsable de SIP4 Inmobiliaria es uno de los que han apostado desde el inicio de su andadura por el potencial de las casas en el rural de Pontevedra. "Desde Forcarei hasta Pazos de Borbén podemos decir que es mi terreno", explica este canario afincado en Galicia que ya se tuvo que levantar de la crisis del 2008 y que considera que el interés demostrado por los demandantes de vivienda que se han movido durante el confinamiento no será flor de un día.

"Lo he hablado con tasadores y con otros profesionales del sector. Me dicen que al tener tantas casas estamos bien posicionados. Yo lo que noto es que hay interés. Ya tengo algunas visitas programadas para esta semana y todas son de ese tipo: la gente quiere ver casas en el rural o terrenos rústicos con pequeñas construcciones".

Pacheco señala que "al que antes le echaba atrás tener diez minutos de carretera para ir al trabajo ahora ya no le importa. La cosa ha cambiado. Las familias con niños han visto que no pueden seguir metidas en pisos de 60 metros y buscan soluciones. Una de las cosas que preguntan mucho es si la zona tiene Internet. Quieren conexiones porque la tónica va a ser teletrabajar e ir a Pontevedra un día o dos a la semana", indica.

Pacheco, que incluso cerrará operaciones de venta en el rural fraguadas antes de la crisis, considera que la clave para que ese mercado se consolide pasa también "porque pinchemos el inicio de burbuja inmobiliaria que hay en la ciudad. Ya hay pisos construyéndose de nuevo a 2.000 euros el metro cuadrado", relata. A su juicio, los propietarios deben rebajar sus expectativas con respecto a la venta de inmuebles urbanos si quieren llegar a cerrar las compras de los rurales. "En cuanto a las fincas y casas del rural, tras la crisis quedaron en precios bastante asequibles". Otro de los elementos que ha encontrado tras la alerta sanitaria "es que vuelve la idea de la segunda residencia o la finca para ir el fin de semana. La gente quiere tener a dónde ir si todo esto se repite".


Fernando Silva Rodríguez (Agencia Ferma)

"Subín un alugueiro con opción de compra e chamaron 30 persoas"

"Para a semana que vén temos programadas 30 visitas", explica Fernando Silva, de la inmobiliaria caldeana Ferma. Silva se encontró con peticiones desde Pontevedra y Vigo "e todas preguntan polo mesmo: casas en alugueiro, casas baratas e fincas rústicas".

El caldelano, que piensa usar guantes y mascarillas en las salidas, pero no aplazará más las visitas reconoce que ha notado cierto furor entre los potenciales clientes tras el confinamiento. "A xente vese que está preocupada porque isto se repita dúas veces ao ano e ter que quedar en pisos pequenos, na cidade", señala, para apuntar que "tamén queren ver fincas rústicas nas que poñer un galpón ou un espacio no que poder recrearse en verán ante a idea de non poder viaxar ou ir ás praias".

Ferma es una agencia con mucha cartera de clientes en Ponte Caldelas, A Lama y Cotobade, de modo que gran parte de su oferta son precisamente las casas. "Vexo que todas as casas para restaurar, pequenas e cun prezo de 20.000 ou 30.000 euros están interesando moito, pero tamén outras. Esta semana subín á web un alugueiro con opción de compra e só no primeiro día tiven que atender 30 chamadas sobre esa oferta. Se houbera máis casas en alugueiro, sairían todas. Teñen moitísima demanda", explica.


Suso Sueiro (Sueiro S. I.)

"Varios clientes pediron pasar a ter alugueiros todo o ano"

Generated by  IJG JPEG LibrarySueiro Servicios Inmobiliarios es la firma de Suso Sueiro, afincada en Dena, que responde a las necesidades vacacionales o de residencia de las zonas de Cambados, Meaño, O Grove y Sanxenxo. En esta zona, explica "non notamos o incremento de interese polo rural porque non hai tanta masa urbana. O que si vexo é que se mantén o déficit de casas e pisos para alugar todo o ano. Isto nesta zona turística está derivado do interese por explotar a bos prezos a temporada estacional, na que un piso pode estar ata a 100 euros ao día. No que levamos de crise, varios clientes que normalmente facían así pediron cambiar a modalidade para conseguir alugueiros que duren todo o ano. Segue habendo tamén dos outros e a verdade é que con interese, pero supoño que algúns preferirán non estar pendientes toda a tempada de limpezas e de quen entra ou sae das vivendas".

Sueiro tuvo que realizar un alquiler de emergencia durante la crisis (una clienta se quedó sin el suyo y le buscó otro). Hasta el momento ha planificado esa visita usando, incluso, ascensores diferentes para él y para la inquilina, "e ata levamos cada un o seu boli para asinar o contrato", recalca.

"Será raro, pero é o xeito que temos agora de traballar. Nós o luns abriremos con luvas, máscaras para os clientes, e todas as precaucións posibles", relata

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