Encuentros con Gerardo Lorenzo ► Manuel Ruibal

"Llevamos casi diez años operando con el Da Vinci y somos referencia mundial"

Médico, marino, empresario y pontevedrés por los cuatro costados, Gerardo Lorenzo presume de los amigos que llevan el nombre de la Boa Vila por todo el mundo. Diario de Pontevedra propone una serie de encuentros entre el expresidente del Pontevedra CF y algunos protagonistas locales. Lorenzo pone el foco en su trayectoria internacional para dar a conocer el talento pontevedrés que triunfa por el mundo. El primero se produce en la clínica Suturo, del urólogo de Xeve Manuel Ruibal, referente en cirugía robótica.
Gerardo Lorenzo y Manuel Ruibal durante el encuentro en la clínica Suturo. DAVID FREIRE
photo_camera Gerardo Lorenzo y Manuel Ruibal durante el encuentro en la clínica Suturo. DAVID FREIRE

Las mañanas de los sábados son sagradas. No perdonan el desayuno y un par de horas de conversación. Eso si están los dos en Pontevedra porque la agenda de Gerardo Lorenzo lo mantiene entre Madrid y su Pontevedra del alma, y la del doctor Manuel Ruibal le obliga a coger un avión cada dos días, bien para operar, bien para impartir un curso sobre los últimos avances en cirugía robótica.

El que fuera jefe de servicio de Urología en el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHUP) entre 2009 y 2020, es hoy uno de los máximos exponentes en cirugía robótica de Galicia, conoce como pocos el funcionamiento del robot de máxima precisión Da Vinci, con el que ha operado  incluso desde una ciudad a otra, y se encarga de formar a otros profesionales en esta materia. Desde hace tres años, además, está inmerso en un proyecto que lleva la inteligencia artificial hasta la medicina. 

"Viene gente de todo el mundo a que le opere Manolo y le llaman de Pamplona para atender casos complicados", lo presenta orgulloso su amigo Gerardo Lorenzo. "Y encima es muy humilde", apostilla sobre Ruibal, que recuerda que cuando inició su andadura profesional las historias clínicas todavía se escribían en papel. 

Manuel Ruibal conoció en Bruselas la cirugía no invasiva durante una estancia con una beca. "La primera vez que vi una intervención pensé que yo quería meterme ahí". Hace nueve años hizo su primera incursión en el mundo de la cirugía robótica en el hospital San Rafael de A Coruña y con el primer robot que llegó a Galicia "por insistencia suya", advierte Lorenzo en una charla que transcurre entre amigos en una de las salas de la clínica Suturo que su amigo dirige en la Boa Vila. 

Manuel Ruibal
Aquí no solo viene gente por el triatlón, también viene gente de todas partes para operarse

"Empecé operando cerditos", relata Ruibal. "En aquel momento la tecnología no estaba muy desarrollada, era muy cara. Daba vértigo dar los primeros pasos", recuerda. 

Ambos médicos coinciden en que hoy en día ya nadie duda del papel que juega la cirugía robótica en la medicina. "El siglo XX se consideró el siglo de la cirugía por la aparición de los antibióticos, la anestesia... Los pacientes pasaron de morirse casi todos a sobrevivir la gran mayoría. Pues los avances en los primeros 15 años de este siglo ya han superado a todo el siglo XX", asegura Ruibal.

Pero, ¿por qué es tan importante la cirugía robótica? "Porque nos permite ser altamente precisos con una mínima agresividad para el paciente", responde el experto, que apunta a que incluso en un proceso oncológico permite mejorar la tasa de curación de determinados tumores.

Gerardo Lorenzo
Cuando en otros hospitales tienen un problema que se resuelve con cirugía robótica llaman a Manolo

Durante cerca de una hora, Gerardo Lorenzo pone el foco en el prestigio internacional del urólogo pontevedrés, con varios premios a sus espaldas, y en el hito que supone para la medicina en general los avances que Ruibal lleva a cabo en su clínica y que divulga en los cursos que imparte. "Llevamos casi diez años operando y somos referencia mundial", sostienen.

"Cuando en algunos hospitales de España grandes médicos tienen un problema que se soluciona con cirugía robótica, lo llaman a él. Y luego viene mucha gente de fuera a formarse con él", subraya su colega. "Aquí no solo viene gente por el triatlón", reconoce el cirujano que opera en Vigo, Sevilla o Pamplona y que recientemente ha impartido cursos sobre el Da Vinci en Lisboa.

¿Cómo funciona el Da Vinci?

Parece ciencia ficción pero no lo es. El robot cuenta con dos partes, una de ellas se sitúa sobre el paciente, y la otra consta de una consola desde donde el clínico maneja virtualmente unas pinzas. El sistema traduce los movimientos de las manos del médico en impulsos que se transmiten a los brazos robóticos

"Ni siquiera tienen que estar en la misma habitación, puede incluso estar en ciudades distintas. Los test de seguridad a los que fue sometido son muy altos", cuenta Manuel Ruibal. "El desarrollo del software es brutal. He hecho más de mil cirugías y solo en un caso tuve un pequeño problema anecdótico que se resolvió telemáticamente con un ingeniero", añade.

Encuentro del doctor Manuel Ruibal con Gerardo Lorenzo. DAVID FREIRE
Encuentro del doctor Manuel Ruibal con Gerardo Lorenzo. DAVID FREIRE

Así, la cirugía robótica lleva pareja la participación de un ingeniero que se encarga del soporte técnico y que garantiza que nada va a fallar durante la intervención. Este sistema, explica Ruibal, lo desarrolló el ejército americano para proteger a sus cirujanos en tiempos de guerra. 

Cada vez son más las aplicaciones médicas de la cirugía robótica. "El Sergas lo tiene muy limitado a determinadas patologías, como el cáncer de próstata, por volumen de pacientes", explica, "pero con el Da Vinci puedes hacer absolutamente todo". Desde operar tanto el cáncer como la hiperplasia benigna de próstata, el cáncer de riñón, de vejiga, o una de las intervenciones más delicadas: la reparación del nervio pudendo. "Aquí viene gente de Latinoamérica a operarse. Es una cirugía muy delicada, un fallo y te quedas sin esfínter para toda la vida", apunta Gerardo Lorenzo, que alaba el talento y la destreza de su amigo. 

"Es lo que tiene la robótica", continúa Ruibal, "que es altamente precisa y te permite mejorar los resultados funcionales". Otro ejemplo sobre la mesa: hoy en día un porcentaje muy cercano al 100% de pacientes de cáncer de próstata no suelen tener problemas de incontinencia urinaria. Y cada vez más pacientes pueden conservar la potencia sexual, tal y como explica el urólogo. 

Durante un rato la conversación gira en torno a la cantidad de aplicaciones de la cirugía robótica no solo en el campo de la urología, sino también en casos de cáncer de útero, de cáncer de colon, obesidad mórbida y hasta en cirugía torácica. Una intervención habitual en Francia, pero que en España "no se consulta mucho todavía" es el debilitamiento del suelo pélvico. De nuevo en todos estos casos, el Da Vinci aporta máxima precisión, mínima invasión

"Ya no es como antes que a los que tenían que pasar por el quirófano se decía que eran vilmente acuchillados. Recuerdo la famosa frase, grandes cirujanos grandes incisiones, hoy es al revés, cuanto más pequeña la incisión, mejor", sostiene Gerardo Lorenzo en una conversación que oscila entre los últimos avances tecnológicos en medicina y el sentido del humor.

La Inteligencia Artificial ya está aquí

En la era de la robótica la revolución que viene es la protagonizada por la inteligencia artificial (IA). Gerardo Lorenzo y Manuel Ruibal dirigen la charla hacia términos como realidad de virtual aumentada, IA o la telecirugía. 

"Estamos entrando ya en lo que se llama la cirugía digital o cirugía robótica 4.0. Esto significa que yo, cuando estoy mirando al paciente a través de una pantalla, voy a poder incorporar imágenes externas, por ejemplo, de su TAC, y las puedo introducir en la imagen, como si estuviera dentro de la barriga del paciente", indica Ruibal.

"Los avances van a una velocidad de vértigo", subraya Lorenzo.Y es que las operaciones a distancia ya son una realidad y la teleasistencia va camino de serlo. Esto es que un cirujano experto puede ayudar a otro que se encuentra en otro hospital durante una intervención quirúrgica. Pero no es la única innovación. También se busca que los materiales que se emplean en cirugía sean más resistentes y pequeños, por eso el grafeno ha empezado a sustituir al acero. 

"La inteligencia artificial va a revolucionar la medicina y es apasionante", comentan los protagonistas de la charla. 

"Esto lleva desarrollándose cerca de 10 años, es un modelo informático que va a ayudar a los médicos a pasar la consulta, porque el profesional va a tener  en tiempo real toda la información", indica el cirujano, que asegura que solo en Urología manejan 170 revistas de medicina y "mensualmente sale un número".

"Los datos que un paciente genera a lo largo de su vida servirían para rellenar 300 millones de libros de datos médicos. La IA  viene a ayudarnos a manejar toda esa información", añade. ¿Cómo? Con un sistema de soporte a la decisión clínica. "Yo voy a tener lo que se llama una historia clínica inteligente que me va a ayudar en la atención a ese paciente. Le voy metiendo datos y llega un punto en que me empieza a hacer recomendaciones, que yo las puedo aceptar o no". Y es que  el médico será siempre el que tenga la última palabra.

Manuel Ruibal
La inteligencia artificial va a revolucionar la medicina y es apasionante

La IA va a permitir al facultativo estar actualizado en todo momento y eso va a otorgar más tiempo para hablar con el paciente. "En Atención Primaria va a ser fundamental porque va a ahorrar al médico de familia un montón de procesos, de dinero y de consultas en el especialista".

Si en algo coinciden ambos médicos es que todos estos cambios van a obligar a los profesionales de la sanidad a actualizarse. Este es, a juicio de Lorenzo y Ruibal, otro de los grandes retos que le queda por delante a la sanidad tanto pública como privada. A día de hoy la IA no ha entrado en las facultades de Medicina y los médicos residentes tampoco tienen acceso a los robots. "Es un problema porque cuando dentro de diez años esos residentes tengan que operar no se habrán formado en cirugía robótica", advierte el especialista.

Imagen de archivo del urólogo Manuel Ruibal en el Da Vinci. DP
Imagen de archivo del urólogo Manuel Ruibal en el Da Vinci. DP

Un robot de dos millones

Galicia cuenta con once robots Da Vinci, siete de los cuales se encuentran en los hospitales públicos del Servizo Galego de Saúde y cuatro en centros privados. Cada máquina cuesta dos millones de euros y su mantenimiento alrededor de 200.000 euros al año. 

Actualmente, sostienen los médicos, se han abaratado los costes de las intervenciones realizadas por este robot, debido a la aparición de otros modelos de la competencia del Da Vinci y de que ya hay miles de máquinas operando en todo el mundo. Sin embargo, solo el material fungible, es decir, el que se desecha en cada operación, tiene un coste de entre 3.000 y 4.000 euros. Por otra parte, una torre de laparoscopia cuesta 100.000 euros y su mantenimiento es bastante más económico, observa Ruibal.   

"La IA va a revolucionar para bien la medicina. Creían que la laparoscopia era algo que no iba a tener tanto impacto y en cinco años había eliminado la cirugía abierta. Dentro de tres años volvemos a hablar", concluye Ruibal.

El perfil
Manuel Ruibal (Xeve, 1969) estudió Medicina en la Universidade de Santiago  de Compostela e hizo la residencia de Urología en el antiguo Hospital Juan Canalejo de A Coruña, hoy CHUAC. Permaneció en el hospital gallego hasta 2009. También realizó estancias en Estados Unidos, Bruselas y Londres, donde hizo sus primeras incursiones en la cirugía menos invasiva inicialmente  con laparoscopia.

En 2009 se trasladó a Pontevedra, donde permaneció como jefe de Urología del CHUP hasta 2020. "No me fui por la pandemia, sino para atender otros proyectos como el de inteligencia artificial", explica.

Su apuesta por la robótica le llevó a impulsar un robot Da Vinci en el Hospital Vithas Fátima de Vigo y centralizar allí su actividad. CEO de la clínica Suturo Pontevedra, ha abierto un segundo centro en Sevilla y programa expandirse a más ciudades.

Autor de numerosas publicaciones, ha ganado importantes premios en diferentes congresos nacionales y es docente de cirugía robótica.

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