"Te llevas amistades para siempre"

Un grupo de estudiantes del campus de Pontevedra de la UVigo tuvieron oportunidad de disfrutar de los Erasmus en distintos puntos del mundo
Ángela González en la brasileña 'ilha da magia'. CEDIDA
photo_camera Ángela González en la brasileña 'ilha da magia'. CEDIDA

Ángela González Ceñal, estudiante de Ciencias del Deporte, en Latinoamérica: "Te llevas amistades para siempre"

Natural de Gijón y alumna del campus de Pontevedra, sus Erasmus en Francia y Turquía la animaron a ampliar horizontes hacia Brasil y Perú, dónde está ahora

Ángela González Ceñal, natural de Gijón, tiene 21 años y estudia 4º de Ciencias da Actividade Física e do Deporte en Pontevedra. Actualmente se encuentra en Cuzco (Perú), durante su periplo por América Latina, que comenzó con una estancia de un semestre en la Universidad Federal de Santa Catarina, en Florianópolis, "una isla en el sur de Brasil, apodada ilha da magia". 

Allí eligió la titulación de Educación Física, "que se dividía en dos, una más enfocada a la educación y otra al entrenamiento deportivo", por lo que pudo compaginar materias de ambas modalidades. 

Esta fue su segunda experiencia internacional tras pasar un año entero de Erasmus, el curso pasado "un  cuatrimestre en Turquía y otro en Francia". Afirma que después de su "gran experiencia" en el país otomano "no quería perder la oportunidad de otra experiencia estudiantil en el extranjero, de adentrarme en otra cultura y poder descubrir un poco la vida en América del Sur, de seguir conociendo gente y mundo y de aprender otra lengua". A esto se suma que es "una apasionada del mar", sin olvidar la recomendación de dos amigas que estaban allí estudiando. 

Ángela lo recomienda "absolutamente". "El intercambio ha sido la mejor experiencia de mi vida, algo que me ha marcado. Los estudiantes tenemos la suerte de, con este tipo de programas y ayudas, poder estudiar a la vez que viajamos, conocemos gente, otras lenguas, culturas y podemos vivir como locales en un país durante unos meses. Siempre hago la comparación de que no es lo mismo irte de vacaciones dos semanas a un lugar, que estudiar allí, convivir con la gente local, tener que adaptarte a ese ‘choque cultural’, hablar la lengua... 

"Lo recomiendo absolutamente; todo estudiante debería dar el paso para vivir una de las mejores experiencias"

LO MEJOR Y LO PEOR. Para esta gijonesa lo mejor de la movilidad internacional es "la familia que te llevas, todos los amigos tanto locales como otras personas que están de intercambio procedentes de otros rincones del mundo. Y, sin duda, la naturaleza de Brasil es sorprendente, junto con la cultura y su gente. Respecto a la universidad, lo mejor es que tenía mucha más oferta de materias, de deportes, y más instalaciones deportivas. Había mucho más  espacio dedicado a nuestra facultad que en el campus de Pontevedra". 

En general el de Florianápolis es "un campus inmenso, muy activo, con eventos, conciertos, bailes, capoeira y mercados. Incluso hay un restaurante universitario en el que por 20 céntimos tenías un menú, accesible a todos los bolsillos". 

Lo peor, en su opinión, es "la falta de seguridad que se siente en el país, siempre se debe ir con precaución". No obstante, admite que "no me ha tocado vivir ninguna situación de peligro y, además,  vivía en la zona más tranquila de Brasil y de la isla". 

Es por ello que cree que todo el estudiantado debería participar en un programa de movilidad de este tipo. "Rotundamente. Creo que todo estudiante debería dar el paso para vivir una de las mejores experiencias de su vida, salir de la zona de confort y aprender y disfrutar, mucho. Sin duda, es una experiencia que te hace ver la vida de manera distinta, te abre la mente y hace que te conozcas mejor a ti mismo. Además de llevarte amistades para siempre y de todas partes del mundo".


Atrás, Fátima, y delante, de izquierda a derecha, Jose, Manuel, Antonio y Andrés, en Znojmo. CEDIDA

Atrás, Fátima, y delante, de izquierda a derecha, Jose, Manuel, Antonio y Andrés, en Znojmo. CEDIDA

Fátima Pérez, Andrés Torres, Manuel Amorín, José C. Porto y Antonio González, en Brno: "Ensínache moitas cousas da vida"

Este grupo de alumnos de Enxeñería Forestal se estrenó el curso pasado como Erasnus eb la República Checa, lo que resultó ser una "experiencia inesquecible"

Fátima Pérez López (Pontevedra, 22 anos), Andrés Torres Carro (A Coruña, 23), Manuel Amorín Martín (A Lama, 23), José Carlos Porto Rodríguez (Ponteareas, 22) y Antonio González Bautista (Ponteareas, 21) forman un pequeño grupo de estudiantes de los últimos cursos de  Enxeñería Forestal en el campus de Pontevedra. El año pasado se estrenaron como Erasmus fichando por la Mendel University de Brno (República Checa), su primera vez estudiando fuera de España. Antonio estuvo solo el primer cuatrimestre y los demás se quedaron el curso completo. Todos se matricularon en Forestais, aunque Fátima, por ejemplo, añadió materias más ligadas a la agricultura y la ganadería.

¿Por qué se animaron a irse a estudiar a 2.700 kilómetros del campus de A Xunqueira? "Pola experiencia de vivir nun país extranxeiro, aproveitar para viaxar por Europa, coñecer o sistema forestal centroeuropeo, aprender novas linguas e novas culturas", explican. Además, las universidades foráneas ofrecen la posibilidad de cursar materias ausentes en el plan de estudios gallego. "Un exemplo é o de Jose, que tivo unha asignatura de XIS [sistemas de información geográfica aplicadas al medio natural], que no noso centro non temos iso como tal. Dannos uns coñecementos básicos en varias materias pero non unha dedicada a iso exclusivamente". 

"O que máis nos gustou da estadía na República Checa foi o transporte urbano, que lle dá mil voltas ao español"

Para los cinco resultó ser "unha experiencia inesquecible", ya que "fixemos moitas amizades con xente de diferentes países e culturas, coñecemos moitos países e aprendemos a organizarnos á hora de viaxar. Ademais, os profesores das nosas materias eran moi bos con nós os erasmus, axudábannos en todo o posible". 

Es por eso que, "obviamente si" se lo recomendarían a todo el mundo. "Marca para ben e ensina moitas cousas de vida como ter que organizarte ti só á hora de vivir, coa dificultade de estar nun país onde a maioría da xente non fala moi ben inglés". 

Lo mejor, fue, sin duda, "ter liberdade para poder viaxar. As actividades lévaas a organización dos Erasmus, como festas ou quedadas nas que facer amigos de fóra, como era o noso caso". También, desde luego, aprender sobre el mundo forestal europeo, aunque "o que máis nos gustou, sen dúbida, foi o transporte urbano, que lle dá mil voltas ao español e neste país era unha marabilla". 

ADAPTACIÓN. En el otro lado de la balanza ponen los plazos de ingreso de las becas, que los obligaron a depender de su propio dinero, además de las primeras semanas de adaptación a la cultura checa ("foron difíciles", admiten) y al sentimiento de soledad "de non coñecer a ninguén e ter a túa zona de confort moi lonxe". Tampoco se olvidan de la "marabillosas" que son las instalaciones de su universidad de acogida, que incluían 11.000 hectáreas de bosque en propiedad para realizar salidas y estudios, y de la residencia de estudiantes, que unía su carácter económico a la buena convivencia. "Fixemos moitas mais saídas de campo e excursións". 

Es por ello que, "sen dúbida", recomiendan a todo el estudiantado participar en el programa.


Iván, en una vía ferrrata en la República Checa. CEDIDA

Iván, en una vía ferrrata en la República Checa. CEDIDA

Iván Louzao, estudiante de CC do Deporte y Fisioterapia: "O mellor foi ter acceso a zonas de escalada e a pistas de esquí"

Este estradense completó sus estudios cerca de Praga y repetirá Erasmus en su nueva titulación

Iván Louzao (A Estrada, 26 años) cursa actualmente 1º de Fisioterapia en el campus de Pontevedra y ya está pensando en volver al extranjero después de la "experiencia espectacular" que supuso irse Erasmus el primer cuatrimestre del pasado año académico, cuando cursaba 4º de Ciencias da Actividade Física e do Deporte

Entonces eligió la Universidad Jan Evangelista, situada en Usti Nad Labem, una remota ciudad de la República Checa, a unos cien kilómetros de Praga. Allí cursó la misma titulación, pero incluyendo "materias relacionadas co ámbito deportivo que aquí non se ofertan, como por exemplo esquí ou escalada, ou co ámbito de recuperación de lesións (masaxe deportivo ou tapping)". También cursó asignaturas impartidas aquí relacionadas con programación y metodología del entrenamiento. 

"Foi a primeira vez que estudaba no estranxeiro e tamén nunha lingua estranxeira. Acostumado a facelo en galego ou castelán para min foi todo un reto. A pesar disto, debido ao carácter práctico de case todas as materias que cursei, o nivel de esixencia non foi moi elevado", admite. 

"Estudar nunha lingua estranxeira foi todo un reto, pero axudou que case todas as materias que cursei eran de carácter práctico"

Su pasión por los deportes de aventura y de montaña le animó a apuntarse. "En Galicia, por cuestións xeográficas, a facultade non oferta formación con respecto a isto, así que mirei que cidades próximas tiñan accidentes xeográficos que permitisen a práctica destes deportes e así escollín o destino". A este se suma su gusto por viajar "e ter a oportunidade de vivir nun país de Centroeuropa dáche moitas vantaxes para moverte a un prezo moi económico". 

BUROCRACIA. Lo mejor, fue sin duda, poder viajar fácilmente y contar con actividades cercanas para llevar a cabo "vías ferratas, escalada ou esquí". La otra cara de la moneda fue el tema burocrático. "Non é que sexa un tema complexo, pero hai que facer bastantes cousiñas: modificar contratos de estudos, contas bancarias no país, buscar sitios no que che fagan un cambio de moeda aceptable, tarxetas de transporte, tarxetas telefónicas...e todo isto coa barreira do idioma. Pero ata acaba sendo ata divertido intentar comunicarse por medio de xestos ou expresións con alguén que non entende nin pinga de inglés". 

"Deberíase ir por que fóra da casa maduras como persoa e gañas autonomía xa que só dependes de ti mesmo"

Asimismo, también destaca la diferencia notable entre la faacultad pontevedresa y la de acogida. La checa contaba con "moito material novidoso" y también destaca "o respecto do alumnado e do persoal docente polas instalacións e o material. Por exemplo, na entrada ao pavillón, tiñamos que cambiar o calzado por outro máis axeitado para non deteriorar o chan do pavillón. Tamén me chamou á atención o número moi reducido de prazas nas materias prácticas".

Louzao no duda en recomendar la experiencia a todo el estudiantado. "Téñena que vivir na súa propia pel. Xa non so polo feito de cursar materias que che poidan gustar ou interesar máis. Deberíase ir porque fóra da casa maduras como persoa e gañas autonomía, xa que dependes única e exclusivamente de ti. Pode que deixes de aprender contidos interesantes na universidade da que procedes, pero esa experiencia vital é moito máis gratificante que calquera dato que podes consultar".