"Llevo diez años curada de un cáncer de mama y sigo luchando cada día"

María Amparo Fandiño Pazos, de 62 años, recomienda "no tener miedo" a la enfermedad y recurrir a los servicios de la AECC
María Amparo Fandiño Pazos
photo_camera María Amparo Fandiño Pazos

El Día Mundial del Cáncer se conmemoró este sábado en todo el planeta. La enfermedad sigue necesitando de la celebración de este tipo de jornadas pues, pese a los avances médicos, continúa en la cima de dolencias que causan más mortalidad.

María Amparo Fandiño Pazos, de 62 años y vecina de Marín, es una de las que han logrado ganar el pulso a esta lacra y, como muchos otros pacientes, lo hizo con la ayuda de la delegación pontevedresa de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Amparo superó un cáncer de mama hace una década y desde entonces es voluntaria de la entidad, que considera "mi segunda familia". "Sufrí un cáncer con 52 años y para mí fue un golpe muy importante. Llevaba unos cuantos años con los marcadores un poco altos, pero en las pruebas siempre me daba bien. Hasta que me vieron un pequeño tumor en los ganglios debajo del brazo. Fui al médico y tenía cáncer. Soy católica practicante, creo en Dios… pero fui a Montecelo y directamente me hicieron una biopsia y una ecografía. Se me volvió todo negro. Lo pasé francamente mal mientras no me daban los resultados. Me dijeron que era de grado 1".


El Día Mundial del Cáncer se conmemoró 
este sábado en todo el planeta pues, pese a los avances, la enfermedad afecta a millones de personas


La relación con la AECC comenzó a través de una amiga, cuyo marido había fallecido víctima de esta enfermedad. "Él se murió de cáncer en 15 días y ella estaba muy mal. Pasó por la asociación y me animó a ir. Desde el primer día me sentí muy bien. Fue lo mejor que me pudo pasar. Fue una experiencia muy importante. Tuve a Begoña, la psicóloga; Ainhoa… Es muy duro. Me operó la doctora Solano, una gran cirujana que me ayudó muchísimo. Después me apareció cáncer de mama y metástasis en uno de los ganglios. Me iban a poner cuatro sesiones de quimio y al final eran ocho y 36 de radioterapia".

En esos momentos el apoyo de la AECC fue fundamental. "Es mi segunda familia. Me ayudaron mucho y yo también quería hacer algo por ellos". Fue Fito, también marinense, quien le dio el empuje definitivo. "Me sentí muy arropada por ellos. Desde la primera sesión me bajaron las defensas. Me pincharon y me dolía desde la punta del pie a la punta de la cabeza y para mí era muy difícil de llevar".

APOYOS. Amparo no resta importancia al apoyo de su familia. "Mi cuñada me ayudó muchísimo, es como mi hermana; y mi marido, mi hija mayor…... Pero para ella, que me acompañaba a la quimio, era insoportable. Le resultaba muy difícil". A la quinta sesión "casi no podía andar, pero ellos me ayudaron".

La marinense considera que quien no ha sufrido esta enfermedad no puede entender cómo se siente verdaderamente una afectado. "Tú te sientes sola. No porque no tengas gente, pero estás sola con tu enfermedad, sabiendo que te puedes morir. La que tienes el cáncer eres tú, aunque los otros lo viven. Eso me machacaba. Estaba sola muchas horas y me daba tiempo a pensar. Incluso llegué a pensar en ponerle una pareja a mi marido por si me moría".

Con el tiempo se convirtió en voluntaria de la asociación y ahora dice que "siempre" está "dispuesta a ayudar".

Amparo recomienda a todas las personas que sufran cáncer que acudan a la AECC y que "no tengan miedo". "Yo también lo pasé mal, no me reconocía en el espejo y la gente me miraba. Pero estoy aquí, tiro para adelante y todo lo que pidan de mí en la asociación lo doy. Hasta me dieron un premio de voluntariado, aunque no me lo merecía".

Amparo incide en que "es muy importante cogerlo a tiempo, porque se cura el 80% o el 90% de los casos", y subraya que "saber afrontarlo ayuda muchísimo". "Llevo diez años curada. He casado a dos de mis tres hijos, bauticé a cuatro nietos...… Sigo luchando y yendo a actividades".

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