La lluvia dificulta la vuelta a la normalidad en Campolongo

Los inquilinos de las viviendas afectadas por el incendio en Afonso X O Sabio intentan burlar los chubascos con plásticos provisionales

Carlos Lorenzo, en su piso de la calle Afonso X o Sabio. GONZALO GARCÍA
photo_camera Carlos Lorenzo, en su piso de la calle Afonso X o Sabio. GONZALO GARCÍA

De batallar contra el fuego a luchar contra la lluvia. Los vecinos del edificio de Campolongo en el que se produjo el incendio del pasado domingo tratan de sortear como pueden los efectos del temporal. Lo hacen con plásticos para tapar los huecos que el incendio se llevó por delante.

"A mí me afecta porque lo tengo todo lleno de agua, pero también le está perjudicando a la vecina de abajo porque se está filtrando toda el agua hacia su vivienda", explica Carlos Lorenzo, vecino del 6º piso, que recibió este miércoles a Diario de Pontevedra. Aunque él no habita en la vivienda, sí lo hacen su padre, su hermana y su hijo, que estos días se alojan en una casa que le han prestado. Aún así, no cree que puedan volver a casa hasta que pasen unos meses. Por delante tienen una serie de obras y trámites que, según sus cálculos, se prolongarán durante meses. Para empezar, es necesario arreglar la fachada del patio interior del edificio y, a continuación, reformar todo el interior del piso. Además, previamente es necesario hacer todos los trámites pertinentes con el seguro de turno: el de hogar, el de la comunidad y el del restaurante en el que se originó el fuego.

OBRAS. "En mi casa hay que construir de nuevo cuatro habitaciones y un pasillo", cuenta Carlos Lorenzo. De este modo, la parte de la vivienda que daba al patio por el que salió la bola de fuego originada en la chimenea del restaurante La Tasca está completamente destrozada. Una especie de galería que daba a dicho patio se quedó también sin tejado, por lo que ahora llueve en el interior del piso. De este modo, Lorenzo y su familia prevén que las obras duren meses, por lo que ya buscan una vivienda en alquiler por la zona. "El seguro nos paga un año del alquiler, aunque yo calculo que en unos meses puedan volver a casa".

En el momento en el que se originó el incendio, Carlos estaba precisamente en La Tasca tomando un café. "Tardaban mucho en servirnos y luego salieron de la cocina para pedirnos que abandonásemos el bar porque había fuego", cuenta. En ese momento, su hijo y su padre estaban en la vivienda, situada en el ático del edificio. "Mi hijo estaba jugando a la consola en el salón y pudieron salir a tiempo; si ocurre lo mismo por la noche podría haber peores consecuencias", cuenta ahora Lorenzo.