"Aguantando o chaparrón". Así están, literal y metafóricamente, en el IES Valle Inclán, donde la comunidad educativa tiene que convivir a diario con pasillos llenos de barreños, cubos y hasta paraguas boca arriba para recoger el agua de lluvia que se filtra por el maltrecho tejado. Es uno de los variados ejemplos de centros educativos de Pontevedra, que ven impotentes como las continuas e intensas precipitaciones de los últimos meses agravan problemas que, en algunos casos, ya son crónicos y en otros están en visos de resolución, aunque todavía falta para ello.
"O problema estase intensificando porque o tellado está nun estado lamentable", explica Daniel Mejuto, director del instituto situado en la Gran Vía de Montero Ríos. El tejado lleva "anos mal", por lo que la reforma integral del edificio que acometerá la Xunta, valorada en 4,7 millones de euros, es "absolutamente necesaria". El problema es que dados los plazos administrativos todavía está lejos de ser una realidad y, mientras tanto, "estamos aguantando o chaparrón".
El histórico inmueble fue "resistindo" en los últimos años "porque as chuvias non eran tan intensas" pero ahora la situación se complica. Ya lo visitó la unidad técnica de la Xefatura Territorial de Educación para ver el alcance de los daños, pero "din que non poden facer agora ningunha obra importante porque está pendente a rehabilitación integral".
Así que la solución es intensificar las tareas de limpieza y achique de agua en las dependencias, sobre todo en la planta superior, donde llueve, directamente. Por suerte, la situación apenas afecta a las aulas y el agua cae, sobre todo, en los pasillos. "Aguantamos grazas ao traballo do profesorado, á paciencia do alumnado e ao persoal de limpieza", que intensifica la tarea durante sus siete horas y media de jornada laboral. "O próximo curso esperamos ter un tellado novo, pero este, de momento é o que nos toca. Paciencia". Para optimizar estos trabajos el centro adquirió este curso, con fondos propios, material nuevo para recoger agua y también una máquina que absorbe el agua y sustituye a las fregonas con mayor eficacia.
"Sabemos que outros centros tamén o están pasando mal e nós, polo menos, imos ter unha obra que vai arranxar a situación, pero os prazos son os que son", concluye Mejuto. Efectivamente, el proyecto está en fase de licitación. Las empresas interesadas pueden presentar ofertas hasta el 24 de enero. Posteriormente tendrán que ser analizadas antes de adjudicar la obra, cuyo inicio es todavía una incógnita.
A peor
Menos suerte tienen, efectivamente, en el CEIP Froebel, cuya situación es de sobra conocida. Por eso, aparte de seguir afanándose con cubos y fregonas en otro día de intensas precipitaciones, la dirección remitió un nuevo correo al Concello, en este caso a Alcaldía, solicitando un refuerzo en el servicio de limpieza, que en colegios de Primaria solo corresponde por las tardes. "Estamos moi mal, afúndese o barco", destaca Pedro Mariño. La actividad lectiva no se detiene, pero el trasiego es continuo para señalizar los charcos e evitar caídas.
En el CEIP A Xunqueira 1 las humedades que asomaban por los techos se agravaron en estos días y también se advirtió al Ayuntamiento para que ponga remedio, mientras que en el CEIP Vidal Portela operarios de Viaqua acudieron a limpiar las arquetas del patio.
