La LOMLOE, un reto añadido en este curso para los estudiantes con alguna discapacidad visual

25 alumnos en Pontevedra precisaron cambios en los libros por la entrada en vigor de la nueva ley educativa ► José Ángel Abraldes, director del colegio de la ONCE, explica cómo se trabaja con los estudiantes en el día a día
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photo_camera Niama y su profesora Paula Martínez García leyendo un mapa de España. DP

El primer curso de la nueva ley educativa (LOMLOE) ha sido especial no solo para alumnos y profesores, sino particularmente para los estudiantes con problemas visuales, obligados a seguir una metodología distinta para ir al mismo ritmo que sus compañeros. En la ciudad de Pontevedra son 25 personas con problemas visuales las que este año cursan sus estudios con las pautas de la LOMLOE. En principio, el texto legal promete una mayor inclusividad y la promoción de normas sociales que profundizan en la igualdad de género.

Director del colegio de la ONCE, José Ángel Abraldes, en su despacho. DP

José Ángel Abraldes, director del Colegio de la ONCE de Pontevedra, comenta que atienden en torno a unos 500 estudiantes entre Galicia y Asturias con un rango de edad muy amplio: "Tenemos niños de tan sólo meses hasta alumnos de unos 30 años , aunque son casos más puntuales". Abraldes detalla cómo funciona el centro y narra que "la educación es muy intensa hasta la secundaria. En un caso estándar de un niño ciego, que empezamos a tratar con corta edad, lo vamos a formar mucho hasta los 12 años y, en el momento que entra a la educación secundaria, la formación es suficiente para poder autogestionarse, pero aquí se le siguen haciendo los libros y transcribiendo los exámenes".

Niama, una alumna de 2ºC de Educación Primaria en el CEIP Campolongo, y su profesora de la ONCE, Paula Martínez García, explican como es una jornada de clase habitual. "La mesa se puede levantar y tiene un cajón. La levanto para ver mejor porque si no tengo que acercarme mucho. Cuando la profesora nos dice que tenemos que copiar algo del encerado a mí me lo apunta en un papel. Y también, cuando la profesora me manda escribir en el libro y no veo las líneas, me subraya las pautas del libro para que pueda hacer los ejercicios".

Paula Martínez le ayuda con la mesa atril, le subraya las líneas cuando son muy claras para que Niama pueda verlas. "Y si por ejemplo veo que dentro de un año puede trabajar con una telelupa o con algún medio que le ayude a tener una mejor accesibilidad a la información se lo comunico al tutor del aula para poder coordinarnos de la mejor manera posible".

Paula Martínez también señala que los libros de este año cambiaron con la nueva ley y tardaron más en salir de lo habitual y que este año "tienen márgenes con tonos muy claros que dificultan la lectura a Niama".

Abraldes expone que enseñar braille en la adolescencia a niños con restos visuales a veces "resulta más complicado por el factor de no querer ser diferente al resto".

Los profesores especializados son una parte fundamental. Galicia cuenta con seis maestros de apoyo de la administración pública y el colegio de la ONCE aporta trece maestros más. Su trabajo como en el caso de Paula Martínez, se basa en atender a los niños en los colegios en función de sus necesidades o de la edad. La distancia también influye mucho y, cuanto más larga, más duran también las sesiones de apoyo para rentabilizar los tiempos.

José Ángel Abraldes aludió a "lío" del inicio del curso: "Las primeras semanas tenemos una carga de trabajo importante de transcripción de libros y preparación del material escolar, sobre todo este año que muchos libros cambiaron con la nueva ley".

Alude a las "dificultades" para transcribir y explicar conceptos con los que se encuentran. "Un mapa, si es de mucha precisión, requiere de varios, porque el braille ocupa mucho más que la tinta y para integrar la información que puede tener un mapa de Europa necesitamos mucho más espacio. Entonces los hacemos con informaciones parciales y dividiendo el mapa, para ir de lo particular a lo general".

A la hora de adaptar los libros, son muchas las curiosidades a tener en cuenta. "Hay cosas que son muy difíciles de transcribir como la pintura. Es muy complejo explicar a un niño ciego qué es la perspectiva o el fondo de un cuadro. Los conceptos visuales y espaciales suponen una dificultad seria porque no tienen esa percepción".

La ley LOMLOE se aplica especialmente en los cursos impares de Primaria, ESO, Bachillerato y ciclos formativos de grado básico. La jefa de Atención Educativa de la ONCE, Ana María Lauradó explica que "educación inclusiva significa que no es el alumno quien debe integrarse en el sistema educativo, sino que los diferentes programas son los que deben transformarse para incluir a toda la diversidad de alumnos atendiendo sus necesidades".

La pandemia supuso un reto de adaptación, por lo que la ONCE reforzó la formación en competencias digitales para el profesorado. Su principal tarea es valorar al alumnado y elaborar una propuesta de intervención aplicada individualmente para cada estudiante.

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