Las lonjas de la ría logran el mejor registro de la década con récords de productividad

Hasta el pasado 30 de noviembre, las cinco rulas subastaron 8.073 toneladas de pescado y marisco, casi el doble que en el mismo período de 2016, y facturaron 12,2 millones de euros

Subasta de almeja celebrada en la lonja de Campelo, en Poio. RAFA FARIÑA
photo_camera Subasta de almeja celebrada en la lonja de Campelo, en Poio. RAFA FARIÑA

A la espera de los datos de diciembre, que además suele ser uno de los meses más fructíferos, las lonjas de la ría de Pontevedra ya pueden celebrar ahora el haber registrado un balance de récord. Tanto es así, que el volumen de mercancía subastado hasta la fecha es el más alto de la última década, incluso comparándolo con años completos.

Según los datos registrados en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca de Galicia (de la Consellería do Mar), desde el 1 de enero hasta el 30 de noviembre de este año, las lonjas de Bueu, Campelo (Poio), Marín, Portonovo y el Mercado de Abastos de Pontevedra sumaron 8.073 toneladas de pescado y marisco, que generaron un importe total de 12,24 millones de euros.

Estos datos llaman la atención, teniendo en cuenta que el tonelaje casi duplica al alcanzado en el mismo período del año pasado (4.841 toneladas) y que la facturación también lo supera en 303.000 euros y que el volumen es tan espectacular que también sobrepasa al de todo el 2016, cuando, contando también diciembre, el global había ascendido a 5.330 toneladas.

La de Portonovo fue la que más pescado movió: 5.580 toneladas, frente a las 2.333 que había contabilizado el ejercicio pasado


En los últimos diez años nunca se alcanzó un nivel tan alto, sino que los balances desde 2007 se movieron siempre en la horquilla de 4.500 a 6.200 toneladas. Eso sí, la facturación registrada sí ha sido bastante mayor otros años, coincidiendo con las épocas en las que los precios del pescado y del marisco alcanzaban cifras mucho más elevadas que en la actualidad: en la última década, el año más fructífero en este sentido fue 2011, cuando las cinco lonjas de la ría habían sumado algo más de 15 millones de euros.

DIFERENCIAS ENTRE LONJAS. Por lonjas, la que más kilos de pescado subastó fue, como mucha diferencia, la de Portonovo. Hasta el 30 de noviembre, esta vendió 5.580 toneladas (un 139% más que en el mismo período de 2016), pero sin embargo no fue la que más dinero generó, puesto que las especies más comercializadas en esta rula son de precio bajo. Concretamente, los pescados con más presencia en sus instalaciones fueron la caballa pintada (4.345 toneladas), el jurel (779 toneladas), la boga (144), la sardina (131) y el bocarte (47). En total, la facturación en la lonja portonovesa hasta el 1 de diciembre fue de 2,7 millones de euros, es decir, un 31,8% más que el año pasado, de acuerdo con la plataforma de la Consellería.

Según explicó el patrón mayor de la cofradía local y presidente de la Federación Provincial de Confrarías, José Antonio Gómez Castro, "o motivo de que aumentase tanto o tonelaxe foi que nesta zona da costa tivemos un ano de pesca excepcional, sobre todo no que respecta á xarda pintada. Esta especie concentrouse moito nesta parte do litoral, por iso incluso viñeron faenar aquí barcos doutros portos que despois descargaron na nosa lonxa, o que tamén fixo que as cifras se disparasen. A de Portonovo atrae bastantes pesqueiros porque, ao estar na zona exterior da ría, é máis cercana ao caladoiro e os barcos buscan a proximidade. Ademais, conta con equipamentos que a fan atractiva", indicó.

Sin embargo, y a pesar de que la cantidad de pescado fue mucho mayor, los beneficios no subieron al mismo ritmo. "A facturación tamén aumentou, pero proporcionalmente moito menos, porque os prezos deste tipo de peixe non subiron", explicó Gómez Castro.

Un caso muy distinto fue el de la lonja de Campelo (en Poio), ya que es una de las que menos mercancía subastó y, sin embargo, fue la que más facturó de toda la ría. Como en el caso anterior, el motivo hay que buscarlo en la tipología de productos que pasan por sus instalaciones: molucos bivalvos, mucho más cotizados. En cifras, la lonja poiense lleva comercializadas casi 443 toneladas (un 30,25% más que en 2016) con las que ha registrado 3,8 millones (un millón más que en el mismo período del año pasado). En su caso, los reyes de la subasta son la almeja de diferentes tipos (hasta el 30 de noviembre, de japónica subastó 344 toneladas, de babosa vendió 38 y de fina, 13), así como la navaja (15 toneladas) y el berberecho (13).

En esta lonja comercializan sus capturas los mariscadores de las cofradías de San Telmo, Lourizán y Raxó y el patrón mayor de esta última, Iago Tomé, destacó que no solo los precios fueron más altos que el año pasado, sino que "este ano non tivemos episodios de toxina, así que non nos vimos obrigados a parar de faenar como sucedera no 2016".

Además, Tomé subrayó que "a ameixa xapónica B subiu moito de prezo e, como noutras rías si houbo toxina, os compradores viñeron máis á nosa lonxa e iso axudou a aumentar as cotizacións".

MARÍN, LA ÚNICA QUE BAJA. En la parte media del ranking también está la lonja de Marín, con 1.174 toneladas y 2,5 millones de facturación gracias, sobre todo, a especies como el jurel (177 toneladas vendidas), la caballa (160), la caballa pintada (134), la merluza (95) y el gallo o rapante (77). No obstante, en su caso se produjo un descenso en el tonelaje subastado, que cayó un 12,24% con respecto a 2016, y también en la facturación, que bajó en 308.655 kilos.

Hasta el pasado 30 de noviembre, por la de Bueu habían pasado ya 861 toneladas de mercancía que supusieron un importe de 2,8 millones de euros. Los protagonistas allí fueron la caballa pintada (314 toneladas), el pulpo (154), el jurel (118), el erizo de mar (42) y el alcrique (34).

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