El Concello abre la puerta a la mejora de la Unidade Asistencial de Drogodependencias, la denominada UAD. El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, dejó este martes en manos de la Concellería de Benestar Social, que dirige el socialista Marcos Rey, los posibles arreglos que se ejecuten en el centro. "Terá que propoñelo o concelleiro responsable", dijo en respuesta a las críticas que un día antes hizo el PP, que se hizo eco de las quejas de la plantilla del servicio y de la Xunta de Persoal por el mal estado de las instalaciones.
El regidor del BNG defendió que la gestión de esta unidad debe ser autonómica porque atiende a personas que precisan servicios sociosanitarios, en este caso, vinculadas con adicciones a sustancias estupefacientes. "É unha incongruencia que o Concello faga a atención sanitaria de persoas que deberían estar no sistema público de saúde", señaló.
La UAD se creó en 1992 previo acuerdo entre el Concello y la Xunta, a la que se ha tratado de traspasar la gestión del mismo, aunque sin éxito. La unidad atiende a doce concellos: Pontevedra, Marín, Poio, Barro, Moraña, Campo Lameiro, Ponte Caldelas, Vilaboa, Forcarei, A Lama, Cerdedo-Cotobade y Soutomaior.
Lores recordó que el traspaso de este tipo de unidades ha sido una vieja reclamación de la Fegamp, en donde están representadas los municipios gallegos. E insistió en la necesidad de que el Gobierno gallego asuma sus competencias gestionando servicios como este.
El alcalde también anunció "facilidades" para facilitar que la plantilla de la UAD pase a depender del Sergas "facendo algunha participación económica se fose necesario". La unidad de drogas tiene cinco empleados. En la financiación del personal colabora la Xunta.
