La mayor parte del centro de Pontevedra cumple ya con la Ley del Cambio Climático, que obligará a todos los municipios de más de 50.000 habitantes a poner en marcha zonas de bajas emisiones antes de 2023. Así lo aseguró este miércoles el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, que quiere que la capital de las Rías Baixas dé un salto cualitativo en materia de movilidad. El objetivo es ampliar a todo el casco urbano las medidas para reducir los tráficos de paso, que son aquellos que atraviesan la ciudad pudiendo llegar a su destino a través de rutas alternativas.
"A nosa proposta é seguir reducindo tráficos innecesarios para facer unha cidade máis habitable. A sensibilidade existe. E temos demostrado con feitos que podemos facelo. Xa somos unha zona de baixas emisións", afirmó el regidor del BNG, que espera que el Gobierno central acepte la singularidad de Pontevedra para aplicar la citada Ley. "A nosa alternativa é a que non quere que a xente pague por entrar na cidade nin que obrigue a cambiar de coche por outro máis caro", expuso Lores.
El regidor del BNG sostiene que la ciudad ha demostrado que puede funcionar con menos coches. "Esperemos que se recolla a terceira alternativa, que consiste en restrinxir ao máximo o tráfico privado, que non se precisa para que a cidade funcione. E, polo tanto, permitir utilizar o viario da cidade á xente que o necesita para actividades económicas, carga e descarga, emerxencias, transporte público ou acceso a garaxes", añadió.
Lores espera contar con el apoyo de la ciudadanía en el diseño definitivo del Plan de Mobilidade Urbana Sostible (PMUS), que marcará las políticas de movilidad en la ciudad. El documento, de 500 páginas, puede consultarse a través de la página web municipal. Además de presentaciones sectoriales y por barrios, el Concello acercará los hitos de este plan a través de una exposición itinerante, que el miércoles se inauguró en la Praza da Peregrina.
EDUARDO PONDAL. Además de Raíña Vitoria, cuyo cierre ha expulsado una media de 5.500 vehículos del centro de la ciudad, el Concello también prevé intervenir en otras zonas de la ciudad para suprimir tráficos "innecesarios". Una de ellas será el eje de Eduardo Pondal.
"Na cidade non se pode correr. Nin en coche, nin en bici, nin en moto. Temos espazos de convivencia. Esa é a gran diferenza de Pontevedra con respecto a outros modelos", recordó el nacionalista. "Queremos que Pontevedra siga sendo un exemplo mundial de mobilidade sostible, de seguridade vial, de accesibilidade universal, de dinamismo económico e, en definitiva, de calidade de vida. Temos moita ilusión neste proceso de participación e esperamos que a xente colabore activamente para facer o mellor PMUS posible", destacó.
ANTES DE 2023. El Plan de Mobilidade deberá ser aprobado antes de que acabe el año. Durante el mes de julio se recogerán todas las aportaciones al documento y, a partir de ahí, se cerrará el diseño definitivo.
Según el edil de Mobilidade, Demetrio Gómez Junquera, la acogida de este programa está siendo positiva. "A explicación gusta e todo o mundo parece estar conforme", aseguró el concejal, que destaca la "sensatez" de los colectivos que han conocido ya el PMUS, como la comunidad escolar, a través de las Anpa.
Sujeto a posibles cambios
Gómez Junquera reconoció, sin embargo, que el bus urbano está sujeto a posibles cambios. "Temos que estar atentos e mellorar", dijo tras recordar que en las ciudades "todo hai que retocalo". "No PMUS plantéxanse varias opcións, unha delas é quedar como estamos, pero iso está descartado", añadió.
100.000 viajes
En sus primeros seis meses, el bus urbano superó los 100.000 viajes.
