Autocrítica. Eso hizo este miércoles el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, sobre el retraso en la implantación de su proyecto estrella: el compostaje. El nuevo sistema que obligará a todos los vecinos a reciclar sus restos de comida se ha demorado porque es un proyecto "pioneiro" y porque "houbo que facer moitas cousas": conformar un equipo, consignar fondos, adaptar el modelo a la ciudad y sortear el "boicot dalgunhas forzas políticas".
El regidor nacionalista reconoció durante un desayuno informativo con la prensa que el Gobierno local ha sido "moi optimista" con los plazos para la puesta en marcha del nuevo plan de basuras, al que le quedan muchos deberes pendientes. Uno de ellos es repartir los 8.000 composteros individuales entre las casas con huerto. Esto obligará a los ciudadanos que tengan estas propiedades, la mayor parte de ellos en el rural, a tratar sus propios restos de comida. Para ello habrá que contar con un equipo especializado, que será el encargado de coordinar esta fase.
A continuación será el turno de los composteros comunitarios, que se construirán en los barrios urbanos para que los vecinos puedan depositar sus residuos orgánicos. Según Lores, el Concello está recibiendo más peticiones de instalaciones de este tipo. "Os veciños están deseosos de participar", indicó.
Lores destaca que el contrato del agua completará el saneamiento del rural en tres años y mejorará el abastecimiento
Otra de las patas de este proyecto pionero es la instalación de nuevos contenedores, de color marrón, en el centro de la ciudad. Su contenido irá a parar a la planta de compostaje de A Canicouva, que aún está sin construir y para la que no hay fecha. El alcalde recordó que el tamaño de la instalación ha ido variando porque debe adecuarse al tonelaje de basura que le vaya a llegar. Al principio, la instalación iba a tener una capacidad para tratar 30.000 toneladas de restos de comida al año. Ahora se piensa en que llegue a las 5.000.
El plan municipal de basuras también deberá ir acompañado de una "campaña informativa bestial na cidade". En este sentido, Lores aseguró que Pontevedra será la primera ciudad del Estado en cumplir con la normativa europea de biorresiduos. Dicho reglamento obliga a todos los países miembros a reciclar la mitad de sus restos de comida antes de 2020. La implantación total del compostaje en la capital no se hará hasta 2021. "Temos avanzado máis coa compostaxe neste mandato que coa reforma urbana no primeiro", presumió.
El regidor destacó, por otra parte, el salto cualitativo de otro servicio público: el del agua. El nuevo contrato, firmado con Viaqua hasta 2038, completará el saneamiento de todo el rural en los tres primeros años de vigencia. En estas obras se invertirán más de 20 millones de euros. La empresa destinará otros 30 millones a llevar el abastecimiento a varios núcleos.
Por el momento, la concesión está parada por el recurso judicial de una licitadora.
Una ciudad "para vivir e para traballar"
El regidor nacionalista considera que Pontevedra es una ciudad "para vivir e para traballar". Aseguró que lo demuestran emprendedores y empresas consolidadas como Cristalería, Setga, Matriuska, Krack, Hifas da Terra, Carlos Conde, Qbitia o San José.
Apoyo al 8S de la CRTVG
Lores mostró su apoyo a la plantilla de la CRTVG, que el día 8 se manifestará en Santiago en favor de la independencia. Y criticó la cobertura en la ciudad. "Se hai unha rata aparece a televisión. Se nos dan un premio, ó mellor non", dijo.
