Los furancheiros reclaman al Concello que controle los locales ilegales

Denuncian la existencia de loureiros que no cumplen con la normativa municipal, pionera en Galicia, y solicitan la intervención policial ► El colectivo, que representa a 25 productores, pide que la temporada de furanchos se adelante a enero ► El BNG estudia la propuesta
Una representación de la Asociación de Viticultores y Furancheiros Val do Lérez, en el Concello
photo_camera Una representación de la Asociación de Viticultores y Furancheiros Val do Lérez, en el Concello

La Asociación de Viticultores e Furancheiros Val do Lérez ha vuelto a alzar su voz contra los establecimientos clandestinos. Reclama al Concello que controle los loureiros que no cumplen la normativa municipal y solicita la intervención policial ante el inminente inicio de la temporada.

Sus reivindicaciones las recogió el miércoles la concejala de Urbanismo y Seguridade Cidadá, Carme da Silva, que mantuvo un encuentro con los afectados en la Casa Consistorial. «En todas las parroquias donde hay un furancho legal hay otros ilegales. Queremos que el Concello esté encima y cumpla con su función de vigilancia», explicó la coordinadora de Val do Lérez, Lucía Gómez.

Pontevedra fue el primer municipio de Galicia en poner en marcha una normativa para regular al actividad de los loureiros. La ordenanza, que entró en vigor en abril de 2014, supuso un antes y un después para el sector. Fijó unos requisitos de apertura y puso contra las cuerdas a los furanchos ilegales: unos 40 en 2012.

La actividad no declarada de estos establecimientos tendría que haberse corregido con el nuevo reglamento, que estableció la obligación de crear un Rexistro Municipal de Furanchos e Loureiros gestionado por la Concellería de Urbanismo.

ampliar temporada. Las peticiones de la asociación, que representa a 25 furancheiros, no se quedaron ahí. El colectivo quiere que la temporada de loureiros, que abarca entre el 1 de marzo y el 30 de junio, se adelante a enero y, si es posible, se amplíe hasta julio. De esta forma, los productores tendrán más margen para decidir cuándo vender sus excedentes de vino.

El BNG estudia ya la propuesta realizada el miércoles por Val do Lérez. Lo único que será inamovible será el período de apertura de los furanchos, tres meses, y los horarios: de 17.00 a 1.00 horas de lunes a jueves y con una jornada más amplia los viernes, sábados, domingos y festivos.

José María Cortizo es uno de los viticultores que reclaman más flexibilidad de la normativa municipal. «Hai moitos compañeiros que quererían abrir antes. Eu, non obstante, o ano que vén abrirei o furancho sobre a Semana Santa», explica.

El loureiro de este pontevedrés se encuentra en el lugar de Pintos, en la parroquia de Marcón. Debido a la buena cosecha de este año, su excedente de vino será mayor al de temporadas anteriores. «Terei sobre 2.000 litros de viño para vender. A colleita foi moi boa, para todos, incluso para os que non deron sulfato. A pena é que quedou moita uva na viña», afirma.

El inicio de la temporada de furanchos está sujeto al cumplimiento de estrictos requisitos. Entre ellos, la obligatoriedad de que cada uno de los establecimientos cuente con una póliza de responsabilidad civil de un mínimo de 90.000 euros, cumpla un horario establecido y se garanticen las condiciones higiénicas y sanitarias. Además, los propietarios de estos locales temporales deberán acreditar a través del Rexistro Vitícola de Galicia que el vino que pondrán a la venta procede de sus propios viñedos, además de colocar una rama de laurel en el exterior del local y el distintivo ‘Furanchos de Pontevedra’ en el interior.

La regulación permite, además de la comercialización de los caldos elaborados siguiendo el método tradicional, la posibilidad de servir hasta cinco tapas: tabla de embutidos y quesos, oreja o chorizo, zorza o raxo, tortilla y pimientos de padrón.

El sector ha aparcado este año la reclamación de variar el menú gastronómico. «Iremos todos coas mesmas tapas», apunta Cortizo.

La temporada de furanchos de este año, que finalizó el pasado 30 de junio, contó con la participación de 20 locales: tres en Campañó, uno en Verducido, tres en Mourente, dos en Bora, seis en Marcón y cinco en Tomeza.

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