Los mariscadores a flote ya están en los bancos tras dos meses de parón

Los trabajadores no han encontrado mucha cantidad de bivalvos, por lo que algunos barcos han optado por seguir faenando con otras artes, sobre todo para capturar choco
Subasta de bivalvos celebrada en la Lonja de Campelo
photo_camera Subasta de bivalvos celebrada en la Lonja de Campelo

Los mariscadores del sector de a flote de las tres cofradías situadas en el fondo de la ría de Pontevedra han retomado su actividad extractiva después de dos meses de paro biológico. El período de veda afectó a unas 150 personas (unas 75 que trabajan a bordo de las 55 embarcaciones registradas en el pósito de San Gregorio de Raxó, otro grupo que faena en 28 barcos incluidos en la cofradía de San Andrés de Lourizán y otros 50 mariscadores en San Telmo).

Desde el pasado enero habían dejado de recoger almeja y berberecho para dar un respiro a su producción y permitir que esta se regenerase de forma natural. Sin embargo, este ‘descanso’ no ha sido todo lo satisfactorio que deseaba el sector, puesto que la cantidad de bivalvos que están encontrando ahora no es elevada y el tamaño de las almejas también es bastante pequeño. "Non hai moita cousa", explicó este lunes el patrón mayor de la cofradía de Raxó, Iago Tomé. "En decembro recolleuse moita cantidade de moluscos e, aínda que agora estivemos dous meses parados, a produción non se recuperou de todo. No Nadal déuselle un bo pau e agora a cantidade de ameixa resíntese", añadió. Lo mismo sucede con el berberecho, del que "hai algún en certas zonas, pero non en todas".

El sector solo recogió 189 kilos de almeja en la zona de A Brensa. Sin embargo, este lunes subastó 234 kilos de choco en la lonja poiense

De hecho, este lunes los mariscadores a flote acudieron a trabajar a los bancos de A Brensa (en las proximidades de la isla de Tambo), de donde extrajeron únicamente 189 kilos de almeja, principalmente babosa.

Aunque la cantidad no fue elevada, los precios no estuvieron nada mal teniendo en cuenta la época del año. Así, la fina de categoría extra alcanzó casi 32 euros por kilo, la A se pagó a algo más de 17 euros y la B, a 14. En lo que respecta a la babosa, las cotizaciones oscilaron entre 14 y 15,35 euros por kilo, dependiendo del tamaño, y la almeja bicuda, de la que solo se subastaron cinco kilos y medio, se pagó a 3,15 euros.

Tanto el patrón de Raxó como el de San Telmo coincidieron al señalar que "en xeral os prezos están indo bastante ben".

Lo cierto es que los trabajadores del sector de flote no lo están teniendo muy fácil para obtener grandes beneficios con las almejas, por lo que algunas embarcaciones han optado por seguir trabajando con otras artes, a pesar de que se haya levantado la veda del marisqueo. Tal y como aclaró Iago Tomé, la opción elegida por muchas de estas lanchas es la pesca de choco. Concretemente, el lunes en la lonja poiense se subastaron 234 kilos de este cefalópodo a un precio medio de 6,17 euros por kilo, además de cinco kilos y medio de raya a solo dos euros y un kilo escaso de solla a cuatro euros.

A pesar de todo, el patrón de Raxó aclaró que la situación no es extraña, sino que "nesta época do ano sempre adoita ser así", es decir, la cantidad y el tamaño de los bivalvos aún se tienen que recuperar.

Eso sí, el sector recuerda que mientras no se drague lo que ellos denominan ‘o río’, es decir, el canal de navegación, la producción de moluscos en esa área continuará resintiéndose.

A PIE. En lo que respecta al marisqueo a pie, las trabajadoras que el lunes faenaron en los bancos de O Ameixal (en Lourido) y en la zona seis de Lourizán trasladaron a la Lonja de Campelo 2.478 kilos de almeja.

En su caso, la única especie recogida fue la japónica, que se ha convertido en el principal recurso para el sector en las cofradías del fondo de la ría pontevedresa. En cuanto a precios, la subasta no les deparó malos resultados: casi nueve euros por kilo en la almeja de categoría extra, alrededor de siete euros para la de tipo A y algo más de 6,30 para la de clase B.