Los niños de Frato toman las calles para que reflexionen los ciudadanos

Plazas y viales de la capital acogen a los personajes del dibujante, que el próximo viernes inaugurará una exposición en el Pazo da Cultura
El autor completó una figura frente al Pazo
photo_camera El autor completó una figura frente al Pazo

Los emblemáticos personajes de Frato se han convertido esta semana en transeúntes de Pontevedra para llamar la atención de los ciudadanos y hacerles reflexionar sobre el modo en el que se está educando a los niños.

"Yo no soy un investigador que dibuja, soy un dibujante que investiga y he tenido una trayectoria afortunada"

Las figuras se pueden ver desde el martes en A Ferrería, la plaza de A Peregrina, la avenida Montero Ríos y en otros puntos de la ciudad gracias a una iniciativa de la Deputación, que ha conseguido que el dibujante, psicopedagogo e investigador italiano Francesco Tonucci Frato pase toda esta semana en la provincia para promover su filosofía de que las urbes y villas deben diseñarse tomando como parámetro a los niños.

Para difundir esta idea, el Gobierno provincial ha invitado a todas las personas que lo deseen a hacerse fotografías con las figuras de Frato y colgar las fotografías en el Twitter de la Deputación con el hashtag #SomosTonucci. Todos aquellos que lo hagan participarán en el sorteo de varios lotes de libros. Además, el próximo viernes se inaugurará en el Pazo da Cultura la exposición Imaxinar a educación. 50 anos con Frato y, para presentarla, el autor ofreció este martes una rueda de prensa acompañado por la presidenta y el vicepresidente provinciales, Carmela Silva y César Mosquera.

"Las viñetas hacen visible lo que normalmente no se ve, que es el pensamiento infantil, para mostrarlo a los adultos"

No habló como Francesco Tonucci, sino como su alter ego Frato, alguien que "no prepara sus conferencias", sino que "dibuja". De hecho, el italiano se definió a sí mismo como "un dibujante que investiga" y no al revés, porque incluso sus primeros recuerdos son, según él mismo explicó, "mis dibujos en el pizarrón negro de la escuela infantil y las dos profesoras mirándolos" o "la playa de Fano", su pueblo natal, "donde aprovechaba el casi desnudo que ofrecía la playa para estudiar la figura y el dibujo".

Su faceta de psicopedagogo e investigador la desarrolló más tarde "casi por casualidad" y su pseudónimo Frato también, porque "como artista e investigador tenía vergüenza de hacer dibujitos y por eso me puse una máscara", dijo. "Frato empezó casi vergonzoso, pero luego ha tenido una trayectoria afortunada y ha llegado a ser honoris causa. Ha conseguido entrar en un mundo difícil como es la educación".

"Mis personajes no tienen nombre porque me gusta que cada uno reconozca en ellos a sus hijos, alumnos o a sí mismo"

¿Cómo surgieron entonces sus personajes? Tal y como recordó, a raíz de la realización de un test de medición de la agresividad no verbal para los niños y porque, en el año 68, "todo el mundo buscaba un camino distinto y los intelectuales buscaban una conexión más directa con la gente". Así, procurando esa conexión, desarrolló sus dibujos como "un puente para llegar a los maestros", porque sus artículos de investigación como psicopedagogo "se publicaban en revistas nacionales e internacionales pero nunca llegaban en mano a los maestros, que eran los verdaderos destinatarios".

Y tanto que lo consiguió. Sus viñetas incluso han llegado a usarse como libros de texto en España y se han convertido en una importante referencia pedagógica.

Su mérito es que "hacen visible lo que normalmente no se ve, que es el pensamiento infantil" para mostrárselo a los adultos, a los políticos..., porque "las viñetas nacen de los errores de los adultos que denuncian las palabras o reacciones de los niños" y, de ese modo, "denuncian las debilidades de los adultos al relacionarnos con los niños cuando somos padres, educadores...".

Todo ese recorrido de Frato se podrá ver en la exposición que abrirá sus puertas el próximo viernes en el Pazo.

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