Los vendedores valoran asociarse para evitar la venta ilegal en el rastrillo de la calle Serra

La mayor parte de los comerciantes aplaude el traslado del mercadillo de antigüedades, que este domingo estrenó nueva ubicación con 42 puestos y más público. Apenas se retiraron artículos prohibidos
Ambiente en el mercadillo de la calle Serra, este domingo
photo_camera Ambiente en el mercadillo de la calle Serra, este domingo

Autorregularse o morir. Es el reto al que se enfrentan los vendedores del mercadillo dominical de antigüedades de Pontevedra, que desde este domingo se celebra en la calle Serra y no en la Praza da Verdura, un cambio de ubicación que se produjo tras una disputa entre hosteleros y comerciantes. "O que sería desexable é que os vendedores tiveran unha especie de asociación ou unha directiva que axudara a controlarse", apuntó este domingo el concejal de Mercados, Vicente García Legísima, que acompañó a funcionarios municipales y a agentes de la Policía Local durante las labores de control del nuevo emplazamiento del rastro, situado al lado de la Praza de Abastos.

El guante lanzado por el Gobierno local fue recogido por los vendedores, que valoran la posibilidad de asociarse para evitar la venta ilegal de artículos, garantizar la calidad de la feria y, con ello, la supervivencia de esta actividad. La que parece dispuesta a asumir esta responsabilidad es Carmen Rey Búa, una joven de 32 años que lleva otros diez vendiendo sus productos en este rastrillo dominical. "Eu non tería ningún problema. É algo que se leva intentando montar dende hai moitos anos. Pero nunca chegou a bo porto. Ó mellor agora é o momento de dar un paso adiante", señaló. La mayor parte de los comerciantes aplaude el traslado del mercadillo de antigüedades, aunque ven necesarias algunas mejoras. En total se montaron 42 de los 54 puestos que el Servizo de Mercados tenía apuntados en una lista que, siempre y cuando se cumplan las normas, podrá ampliarse en un futuro. "Lo que ocurre es que se tendrán que poner de acuerdo con el espacio asignado", comentó un funcionario local.

La primera jornada del rastrillo en la calle Serra se cerró con éxito de público, que muchos vincularon al efecto llamada que provocó el conflicto entre hosteleros y vendedores por la ocupación de la Praza da Verdura y el anuncio posterior anuncio de traslado, y con pocos reproches por la venta de artículos prohibidos. "A impresión non é mala. Todos están a colaborar. Salvo pequenas excepcións, estanse a vender mercancías que están autorizadas", comentó García Legísima, que atribuyó la mayor parte de estas irregularidades a "despistes".

El edil participó activamente en las tareas de vigilancia, advirtiendo a algunos comerciantes sobre qué productos podían poner a la venta. Entre los pocos artículos que se obligaron a retirar figuraron una bicicleta, ropa o herramientas eléctricas.

EL REGATEO. Relojes antiguos, monedas, billetes, libros del siglo XIX, cerámicas, castellanos, cristal de Murano, postales de los años 40 o material de la Segunda Guerra Mundial. Estos son algunos de los tesoros que los coleccionistas o amantes de las antigüedades pueden encontrar en el rastrillo de la calle Serra. En él también hay sitio para la música de los años 60, como la que vende Marcos Aparicio, un joven de Ourense que se dedica a comercializar discos de vinilo. "Case todas son primeiras edicións americanas", presume.

Este comerciante, que en su puesto posee 1.500 referencias, asegura que la mayor parte de sus vinilos son de rock and roll, soul, garaje, psicodelia o música surf. "Tamén vendo por Internet. Hai discos que non traio á feira porque son moi caros", asegura.

La pieza de mayor valor que este domingo expuso al público fue una edición "moi estraña" de los Rolling Stones que vendía por 65 euros. Aunque la ubicación del rastrillo no le convence, "porque este non é un lugar de paso e, polo tanto, perderemos ós clientes turistas", Marcos se muestra optimista con las ventas. En su puesto, el regateo está permitido. "Pero os límites póñoos eu porque os prezos xa xon moi axustados", avisa.

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