Luis María Uriarte Valiente, el capitán general de la ría

Dispone de algunos de los mejores agentes policiales del país y se vanagloria de contar con un gran equipo a su lado. El fiscal Antidroga, que este viernes recibirá la Nécora de Ouro de manos de la Fundación Galega contra el Narcotráfico, ha conseguido, al fin, que los capos tengan miedo cuando son detenidos en Pontevedra
Uriarte, pensativo, inspecciona el pesquero Riptide
photo_camera Uriarte, pensativo, inspecciona el pesquero Riptide

"URIARTE PARA NOSOTROS es fundamental. Él es quien revisa e incluso nos hace rectificar los oficios iniciales, que van al juzgado una vez que él ha dado el visto bueno. Otra de las partes positivas es que puede dirigir nuestras investigaciones y darle un tamiz legal más correcto. Siempre hemos tenido una excelente colaboración y coordinación. Ya la teníamos anteriormente con (Marcelo) Azcárraga, y más ahora con él. Los narcos prefieren ser juzgados en Madrid antes que en Pontevedra". El inspector Duarte, jefe del Grupo de Respuesta contra el Crimen Organizado (Greco) con sede en la Comisaría Provincial, valora así la importancia del fiscal especial Antidroga, que, a base de trabajo, eficacia y eficiencia, se ha convertido en la persona más temida entre quienes se dedican al narcotráfico en las Rías Baixas.

Luis María Uriarte Valiente, que en breve cumplirá seis años al frente de la Fiscalía Antidroga de Pontevedra, una de las más activas de España y la más importante en la lucha contra la introducción de cocaína en Europa, recibe este viernes en Vilagarcía la Nécora de Ouro, distinción que le otorga la Fundación Galega contra o Narcotráfico, que valoró el "compromiso" y la "alta calidad" del trabajo realizado por Uriarte en la "dirección y coordinación" de la lucha contra el tráfico de drogas y delitos conexos desde la Fiscalía Provincial, órgano que gestiona "la mayor parte de los procesos" contra el tráfico de estupefacientes que se instruyen en Galicia. El colectivo antidroga también recordó que a Luis Uriarte Valiente "le avalan numerosos éxitos en la lucha contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales", así como la "labor de coordinación de las policías judiciales e importantes éxitos a nivel judicial".

Uriarte empezó compaginando su actividad como fiscal especial Antidroga con la de responsable del área de Criminalidad Informática, otra de sus especialidades. Sin embargo, el ingente volumen de trabajo en la lucha contra el crimen organizado le obligó a dejar de lado los delitos telemáticos (aunque continúa impartiendo ponencias y participando en charlas junto a los mayores expertos del país en la materia).

El fiscal Antidroga llega cada día a su despacho del edificio judicial de A Parda muy temprano. Desde primera hora mantiene reuniones con los máximos responsables del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil o del Greco Galicia, establece contacto con jueces, fiscales y abogados y trabaja en las investigaciones abiertas, no menos de media docena cada semana, y en hacer avanzar los procedimientos que están en marcha. Desde su llegada a Pontevedra ha sacado adelante procesos que se habían atascado en los juzgados de O Salnés (el juicio contra Ramiro Vázquez Roma y su clan, cuya sentencia aún se desconoce, o el proceso contra la red criminal liderada por O Mulo en 2008, cuya vista oral se celebrará este mismo año). Paralelamente, ha impulsado con celeridad los asuntos cuyas investigaciones concluyeron bajo su propia supervisión. El proceso del pesquero Riptide, con las condenas de Marcos Vigo, Antonio Carballa y José Luis Viñas Morgade, ‘Manzanita’, solo dos años después de sus arrestos, fue un claro ejemplo de ello. Se les atribuyó la dirección de un narcotransporte de 3.400 kilos de cocaína. Uriarte consiguió probar en la Audiencia que eran los jefes del entramado, y lo hizo a pesar de que a ninguno de ellos se le intervino un solo gramo de estupefaciente.

Los citados Vigo, Carballa y Manzanita se unen a David Pérez Lago, Ramiro Vázquez Roma (aún sin condena), Juan Carlos Martín ‘Culebras’, varios miembros del clan de Los Charlines y decenas de súbditos de distintos países de Sudamérica (en especial colombianos), que constituyen solo la punta del iceberg que componen los más de cien condenados por delitos contra la salud pública en Pontevedra desde que Luis Uriarte es el responsable de la acusación.

El fiscal Antidroga destaca por su eficiencia, pero también por su templanza y su sigilo. Tiene la habilidad para coordinar las investigaciones policiales pensando en su acusación, con la mente puesta en la práctica de la prueba que sirva para convencer a un tribunal de que una persona se dedica al narcotráfico. En los juicios se muestra seguro. Los abogados defensores le temen, lo mismo que los narcos gallegos, que presentan recursos y contrarrecursos para intentar desviar sus procesos judiciales a Madrid. Ninguno quiere vérselas con Uriarte. Saben que, con más de un 90 por ciento de probabilidades, acabarán entre rejas.

El fiscal, humilde, ensalza la labor de sus compañeros en Antidroga, Pablo Varela, Servando Caíño y David Calzada. "El mérito es de la Fiscalía, de un fiscal jefe (Juan Carlos Aladro) que nos permite trabajar de esta manera y de otros 50 compañeros que se encargan de otros asuntos y me permiten dedicarme en exclusiva al narcotráfico. Aunque suene a tópico, el mérito no es mío. En esta película hay muchos actores y yo soy uno más".

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